Publicación de la vida laboral de nuestros políticos

CARLOS RODRÍGUEZ IBÁÑEZ - @CarlosRibanez

Los parlamentarios españoles tienen la obligación de especificar cualquier ingreso, salvo sus retribuciones parlamentarias, que son públicas y ya se pueden consultar en las páginas web del Congreso de los Diputados y del Senado.También el número de inmuebles que poseen, aunque sin especificar su dirección exacta, por motivos de seguridad, ni su precio.

Considero que esta norma aplicable a los miembros del Congreso y del Senado debería ampliarse a cualquier ciudadano que ostente un cargo institucional en un ejercicio claro y evidente de transparencia.

No se trata, ni por asomo, en convertir los ingresos y propiedades de nuestros representantes en una especie de “Salsa Rosa” pero es obvio que conocer el patrimonio, de todo tipo, que se tiene al tomar posesión de un cargo y también al abandonarlo serviría para “pulsar” si ha habido cualquier tipo de enriquecimiento extraño.

Considero que se debe dar un paso más. No estaría de más que nuestros políticos hicieran públicas sus“vidas laborales”. No pasaría nada por saber cómo han logrado esos patrimonios. En qué empresas públicas o privadas han trabajado y que responsabilidad han tenido dentro de ellas.

En varios casos, la sensación de que algúnos de los que ocupan responsabilidades políticas no han hecho otra cosa en toda su vida hay que despejarlas. Quizá una solución sería limitar los años de mandato como pasa en otros países, cosa que de momento en nuestro país ni está ni se la espera a corto plazo.

Creo que es necesario distinguir al político profesional del que no lo es. Conozco casos concretos de personas que ostentan cargo tras cargo: Ahora en la administración regional, después en la local , después en la nacional, después en la provincial y si no en la europea... pasan de un sillón a otro siempre remunerado, que, aunque legítimo, dado que en cierta manera han sido elegidos por los ciudadanos, y digo bien “en cierta manera” porque las listas electorales no son abiertas y los nombres y su orden se nos imponen por los diferentes partidos, hacen que la vida política no se oxigene y que se de la sensación de que siempre los mismos están ahí sin que se de la apariencia y/o aparición de nuevas caras, acompañadas de ideas, puedan formar parte de la misma.

Igual nos llevaríamos “sorpresas” al comprobar que algunos han trabajado fuera del ámbito político poco o nada, que no saben lo que es fichar ni “esas otras cosas” que los que tenemos la suerte de tener (aún) trabajo tenemos que hacer.

Que nadie tome esta proposicion como un ataque porque no lo es.

No es más ni menos que un paso más en busca de la transparencia que considero necesaria y que serviría para lavar un poco la imagen, bastante maltrecha, que de los políticos, tiene nuestra sociedad.