Ayer se consumó el tetrillo de la
reunión Rajoy y Mas con un resultado que era previsible por las
manifestaciones y ambiente previo a la misma.
Ciertamente no sé de qué hablaron
durante esas dos horas que duró. Podría haber durado perfectamente
cinco minutos y quizá habría sobrado alguno. Ambos se enrocaron en
sus posiciones: Mas pidiendo un pacto fiscal para Cataluña similar
al vasco y Rajoy en su no sin cortapisas.
Les ha faltado a los dos talante y
talento.
Rajoy desde su perspectiva nacionalista española no
ha querido ceder ni un ápice en las reivindicaciones fiscales de Mas
y este no rotundo no va a lograr otra cosa que animar y alentar aún
más las ideas y tendencias independentistas que están surgiendo en
Cataluña con más ahínco que nunca. No hay nada peor que sentirse
rechazado por Madrid para alimentar la idea de una Cataluña
independiente.
Mas juega un partido peligroso. Tanto
que es incapaz de usar la palabra “independencia”. Representa a
una fuerza política de derechas que no ha tenido empacho ni problema
alguno en pactar con PP o PSOE según le ha convenido. Nunca en su
programa electoral ha hecho mención a la independencia de España
aunque si al hecho diferencial catalán. Ahora ha pasado líneas
rojas que le van a obligar a convocar anticipadamente -a solo dos
años de las últimas- elecciones autonómicas y a declarar si CiU
quiere o no la independencia. Peligrosa partida está jugando Mas
para tapar su incompetencia y la quiebra económica de Cataluña
tirándose al monte para desviar atenciones.
Personalmente
considero que la situación tiene arreglo. Es obvio que el actual
estado autonómico ha llegado a su cenit y está agotado. Es
necesario y urgente dar un paso más que podría dar solución y
contentar a todos: Nacionalistas españoles y nacionalistas
catalanes, vascos y gallegos y si me apuran hasta a los nacionalistas
murcianos que alguno habrá. Todo esto pasa por una reforma
constitucional que reconozca un estado federal asimétrico que
permitiría la existencia de un Estado español y la existencia de
los otros estados sin la necesidad de separaciones que, como casi
todas, son dolorosas.
La constitución no es pétrea. Tanto
no lo es, que Rajoy y Zapatero, tomándose un café, la reformaron sin
consultar con nadie. Ahora refórmese y consúltese. A todos.
Por
otro lado no estaría de más, sería básico, saber la opinión de todos los
catalanes y debería convocarse un referéndum para que manifiesten
con un sí o un no su intención independentista, porque sabemos los
que salieron a las calles a manifestarse pacíficamente en pro de la
independencia pero desconocemos qué opinan los que se quedaron en
casa y nadie puede traducir la no asistencia a un acto como un
rechazo al mismo.
Otro día hablaremos de la posibilidad
de un Estado Federal y REPUBLICANO. Que es lo que a mi me gustaría.