20 de septiembre de 2010

Mi derecho a la libertad de expresión

De vez en cuanto es necesario releer nuestra Constitución. Ese gran documento de 169 artículos del que nos hemos dotado todos y todas, producto del consenso y que marca las directrices en las que se fundamenta nuestro Estado de Derecho.



Evidentemente tras más de 30 años desde su aprobación mediante referéndum podemos estar más o menos de acuerdo en que quizá algún artículo, título o capítulo necesite de una “renovación” o “retoque” pero me imagino que este aspecto tendrá tantas opiniones como españoles somos.



En lo que sí considero que podemos estar de acuerdo es en que varios artículos son y serán inamovibles. Uno de ellos es, por ejemplo, el artículo 20. Derecho fundamental básico.



El artículo 20 dice en su punto nº 1:



“Se reconocen y protegen los derechos:



a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones, mediante la palabra el escrito o cualquier medio de reproducción.



b) A la producción y creación literaria, artística, científica, y técnica.



c) A la libertad de cátedra



d) A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. La ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y el secreto profesional en el ejercicio de estas libertades.



2. El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa”.



No me queda más remedio, vistos los últimos acontecimientos, que recordar a algun@s mi libertad de expresar aquello que pienso, siento y apoyo. No hay derecho a que nadie intente vilipendiar mi nombre porque defienda esta u otra opción, u opte dentro de mi libertad individual por este u otro color. Me parece triste, muy triste que lejos de la dictadura fascista aún se tenga que recordar el derecho de todos y todas a la libertad de expresión. Se puede disentir y hasta argumentar si se es capaz, pero el argumento no puede ser el insulto. Sé que “peras al olmo no se le pueden pedir” pero en mi ingenuidad espero y deseo que la lectura de este artículo específico consiga lo cuasi imposible: Que algun@ recapacite y argumente su distinto punto de vista sin caer en la bajeza –para él o ella- del insulto gratuito y cobarde.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ese mismo articulo se lo deberian de aprender al dedillo los dueños de todos los blogs propagandistas de falsas de Cehegin

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