“Si (las primarias) se realizan bien, democráticamente, limpiamente, sin interferencias de aparatos y después se respetan los resultados y todos apoyan al ganador o ganadora, este o esta se convertirán en un competidor o competidora con muchas posibilidades de ganar a su oponente de la derecha”. (Luis Yáñez-Barnuevo, eurodiputado)
Con permiso de su autor, hago mía esta frase.
Estamos viviendo un momento que puede y debe ser apasionante ¿Por qué? ¿Qué puede haber más apasionante que el ejercicio de la democracia interna dentro de una organización política? Una organización con más 130 años de historia que ha vivido la clandestinidad, la dictadura y todo tipo de regímenes políticos.
Como gran familia que tod@s formamos es lógico y hasta saludable que aparezcan roces, distintos puntos de vista, diferencias en hacer las cosas… pero el fin siempre debe ser el mismo ¡No derrotarnos entre nosotros! si no derrotar electoralmente a este califato valcarcialano en el que se ha convertido tristemente nuestra querida región. Para lograrlo debemos mantenernos más unidos que nunca. No valen zancadillas. El objetivo es claro y conciso.
Por eso estoy tan de acuerdo con la frase del compañero Luis Yáñez-Barnuevo. Las primarias en el PSRM deben ser total y absolutamente limpias, con la menor interferencia del aparato y sea cual sea el resultado, tod@s apoyando al límite de nuestras posibilidades y sapiencia al candidat@ ganador. Este o esta, si siente y se transmite a la sociedad que el partido, todo el partido, está con él o ella, será un serio y digno oponente a la derecha extrema.
Así mismo, es necesario que la Ejecutiva Regional, encabezada por su Secretario General, Pedro Saura, dejen las manos –y los píes- libres al ganador/a para que componga su equipo de acuerdo a su perspectiva particular y siempre buscando el interés general de la organización y por ende de la sociedad. No pueden haber imposiciones. No pueden haber hipotecas. No se puede comenzar con las manos atadas o semiatadas. Creo que es necesaria una regeneración.
El/la ganador/a de las primarias debe salir al campo de batalla electoral autonómico total y absolutamente libre y evidentemente tod@s con él o ella. Y yo, el primero.
No perdamos el rumbo, no cambiemos solo el mascarón de proa, porque si solo cambiamos la “careta” y todo lo demás no cambia, será percibido por la sociedad como un burdo engaño y eso es justo lo que no deseamos.
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