14 de marzo de 2009

¡Y aquí no dimite ni Dios!


....Y no paran de pedir dimisiones....! Creo que han perdido toda la credibilidad politica, y no tienen derecho a realizar esas peticiones.

Haciendo un pequeño trabajo de investigación sobre dimisiones de políticos relevantes estos días, nos hemos encontrado con una serie de datos reveladores de la política española en tiempos democráticos. Adolfo Suárez, presidente del gobierno desde 1977, dimitió en 1981. Después llegó otra dimisión sonora, ya en el gobierno de Felipe González, la del vicepresidente Alfonso Guerra, por la presunta participación de su hermano Juan Guerra, en una cuestión de tráfico de influencias. Sufrió muchos juicios y en ninguno se le pudo probar nada. También podemos citar la del ex presidente de Castilla-León, Demetrio Madrid, por un escándalo que no pasó de lo mediático porque al final la justicia dictaminó que era inocente de todo lo que se le acusaba. No obstante esto sirvió para que Aznar lograra la presidencia de la comunidad castellano-leonesa. Recordamos también la dimisión del que fuera ministro del Interior, Antoni Asunción, que tuvo que dimitir por la fuga de Luís Roldán, cuando apenas llevaba unos días al frente del ministerio. Y no podemos olvidar la del ex ministro de Sanidad, Julián García Valverde, que dimitió por que se le imputaba un delito por unos presuntos hechos irregulares cuando era presidente de RENFE. Posteriormente se demostró que no era culpable.


¿Y en nuestra querida Región? Carlos Collado, presidente de la Comunidad Autónoma de Murcia presentó su dimisión.


Mariano Fernández Bermejo ha dimitido hace pocas fechas asumiendo su error y que ha servido al Partido Popular para "trasladar la mirada mediática" de SUS ESPIONAJES en la Comunidad de Madrid en la se constituyó una esperpéntica “Comisión de Investigación” que justamente ha buscado todo menos investigar, por no hablar aún más de la presunta prevaricación de Camps...

Todas estas dimisiones, exceptuando la de Suárez, corresponden a políticos socialistas.


No conozco, y corríjannos si nos equivocamos, una dimisión de un alto cargo del Partido Popular, y casos y ocasiones los ha habido por doquier. Recordemos al ex ministro de defensa Federico Trillo, que después del accidente del Yak-42 y su posterior investigación, tuvo los santos huevos (esos que nombraba) de seguir en la poltrona y ahora es el portavoz de “justicia” del PP. Mancha su presencia ese nombre: Justicia.

Otro es Ángel Acebes, ex ministro del interior, que en lugar de haberse "enterrado" políticamente hablando, y desaparecer del mapa, continuó prestando sus servicios al país, sí el mismo que mintió hasta la saciedad con el “ha sido ETA” después de la masacre del 11-M ¿Y que me dicen del señor Aznar?, ese presidente que nos metió en una guerra ilegal, que poca falta nos hacía, vendiéndonos el cuento de que habían armas de destrucción masiva, cuando no era cierto. Se fue por si sólo, pero cuando acabaron sus 8 años de mandato, las urnas le hicieron ver su "buen trabajo realizado".

En definitiva, ¿Qué potestad tiene la derecha española para pedir dimisiones cuando nunca ellos han dimitido?, ¿Cómo es posible aguantar tanto caradura junto? Los dirigentes del PP se sienten infalibles: Nunca se equivocaron, nunca se equivocan y nunca se equivocarán.

¿Y en Murcia? ¿Hablamos de nuestra querida Región? ¿Quien dimite? ¿Quién asume cualquier tipo de responsabilidad politica?


Vamos a realizar un pequeño recordatorio de la autentica vergüenza nacional de imputados que tiene el PP por una u otra causa (todos ellos, claro, presuntos…) : José Martínez Andreo (alcalde de Totana), prevaricación y tráfico de influencias), Manuel M. Sánchez (alcalde de Archena), delitos urbanísticos, Antonio Tamayo (alcalde de Cieza), delitos urbanísticos y contrataciones ilegales, José Luís López (alcalde de Villanueva), delitos urbanísticos y medioambientales, José Bolarín (alcalde de Ulea), delitos urbanísticos y tráfico de influencias, Pedro A. Sánchez (alcalde de Puerto Lumbreras y nº 1 en todas las quinielas como sustituto de Valcárcel), varías querellas por delitos urbanísticos, José Hernández (ex alcalde de San Javier), delitos urbanísticos, Matías Carrillo (alcalde de Fortuna), compra de votos, Daniel García (alcalde de Torre Pacheco), delitos urbanísticos, Juan Ramírez (alcalde de Águilas) delitos urbanísticos, entre ellos, La Zerrichera, J. A. Blasco (1º Teniente Alcalde de Abanilla), falsificación de documentos, Leandro Pérez (ex concejal en Mula), delitos urbanísticos, Joaquín Peñalver (Urbanismo Murcia), delitos urbanísticos, Antonio Alvarado (ex director general), delitos urbanísticos, Marco Ortuño (ex director general), delitos urbanísticos, José Mª Ródenas (subdirector general de urbanismo), delitos urbanísticos, Encarna Muñoz (ex directora general del medio natural), delitos urbanísticos, Manuel Alfonso Guerrero (ex director general de urbanismo), delitos urbanísticos, Lázaro Mellado (alcalde de Alcantarilla), delito medioambiental, Gregorio Guerrero (concejal de Fortuna), delitos urbanísticos, Juan Cánovas (ex presidente Confederación Hidrográfica del Segura) delito medioambiental, José Martínez (ex alcalde de Librilla y único expulsado, que no dimitido), corrupción y cobro de comisiones ilegales), Juan Morales (diputado regional, ahora en el Grupo Mixto y ex alcalde de Totana), delitos urbanísticos y cobro ilegal de comisiones y “el gran mullidor” Francisco Marqués (ex consejero y ex delegado del gobierno de Aznar), prevaricación, cohecho y delito fiscal.


¿Quien es el que debe asumir la responsabilidad ÚLTIMA de que bajo su MANDATO se han cometido los mayores casos de presunta corrupción.... de toda la historia de esta, nuestra tierra?

Sinceramente todo apunta a una sola persona


¿Adivinan quién es?




Carmen Baños - Carlos Rodríguez


2 comentarios:

Im-Pulso dijo...

Voy a apunytar algo a título orientativo y personal.
En mi opinión, uno de los escollos ideológicos (y electorales) del PSOE, insisto en que es una opinión personal, es que sus dirigentes y parte de sus militantes prescinden de un hecho probado que es sustancial: hay un sector y una serie de dirigentes del PP que son pura y sistemática "mafia". Y para combatir ese comportamiento sobran los aspavientos y las prudencias políticamente cobardes.
Hay que llamar a las coaas por su nombre.
Sabes que no lo digo por ti, que eres directo y valiente; lo digo por esos socialistas que anteponen supuestos principios institucionales a la necesidad social y política de llamar a las cosas por su nombre.
En el fondo, el problema no es que haya corrupciones personales, las hay por doquier en la sociedad civil, esto es comprobable cada día. El problema político e institucional (y electoral) es cuando la corrupción se organiza y funciona como un aparato gregario centrado en la justificación y en acceder al poder a costa de lo que sea, incluso mintiendo y comprando voluntades. En el PP hay un sector que funciona así, como una mafia político-institucional, y eso el PSOE parece que no acaba de entenderlo.
Espero ardientemente que la dirección del PSOE deje de confundir prudencia con timidez política, o con ese "maldito" sentido de la conveniencia en la que tantas veces incurrimos todos... Y que tan escasos resultados éticos proporciona.
Espero que haya menos taimados que contribuyen a hacer bueno al PP y más "Apodérate".
Saludos.

Cu... dijo...

Me parece una afirmación muy arriesgada la de Valcárcel, ya que en la República de Crimea (Ucrania), entre el mar Negro y el mar de Azov, donde se encuentra Sebastopol, el término legal es un concepto difuso. República ucraniana de mayoría rusa, cuyo estatuto de autonomía aprobado en referéndum fue suspendido por el gobierno central, vive actualmente en un clima de desobediencia civil.

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