Se han hecho tantas valoraciones y pronósticos a partir de los resultados de las recientes elecciones que ya no hace falta insistir, sino esperar los resultados de los pactos para ver quién gobierna en las ciudades y pueblos que precisen de sus tripartitos particulares. Lo que sí me gustaría es llamar la atención sobre dos hechos a los que, a mi modo de ver, no se les ha dado toda la importancia que tienen para la sociedad y para la política.
El primero es la tranquilidad con que la mayoría de los ciudadanos acepta todo tipo de corruptelas sean del alcance que sean, como lo demuestra el hecho de que el electorado, en general, no ha castigado con los votos a ningún corrupto confeso y demostrado. ¿Quiere esto decir que la permisividad con la corrupción señala un relajamiento en la ética ciudadana o que quienes vociferan contra los pecados sexuales han excluido a los económicos de aquella categoría pecadora, dejando la vigencia del séptimo mandamiento sólo para los cacos y atracadores de bancos? ¿O tampoco?
Y en segundo lugar llama también la atención ver cómo en ciertos casos la estrategia política diseñada para alcanzar el triunfo electoral pasa por delante de la defensa de la ideología o, más aún, se apunta a todo tipo de fraudes incluidos la contradicción, el engaño, la mentira.
Es cierto que somos una democracia joven que no pasa de los treinta años más los cinco que nos concedió la Segunda República, y que el resto de nuestra Historia hemos estado bajo la férula de dictaduras y monarquías absolutas. Es cierto también que no podemos pretender que nuestro comportamiento y discurso políticos estén a la misma altura y se aprovechen de la misma experiencia que los de países que llevan siglos de actividad y defensa de la democracia, pero me pregunto si al paso que vamos acabaremos algún día teniendo un nivel aceptable de coherencia política, sobre todo cuando veo, por ejemplo, que UPN-PP ofrece un pacto de gobierno a los socialistas a quienes se ha machacado acusándoles de vender el país a los terroristas. O esta monstruosa afirmación no era cierta (con lo que quedaría clara la intención de desprestigio moral), o, si se sigue defendiendo la grosera acusación, no parece que sea demasiado ética la oferta.
A lo que iba: todo con tal de ganar unas elecciones, con tal de mantenerse en el poder. Pero de ideas, ¿quién habla? ¿Quién las defiende de forma racional y no sólo visceral, como si el voto no fuera otra cosa que la feroz defensa de nuestro equipo de fútbol?
Rosa Regás
El primero es la tranquilidad con que la mayoría de los ciudadanos acepta todo tipo de corruptelas sean del alcance que sean, como lo demuestra el hecho de que el electorado, en general, no ha castigado con los votos a ningún corrupto confeso y demostrado. ¿Quiere esto decir que la permisividad con la corrupción señala un relajamiento en la ética ciudadana o que quienes vociferan contra los pecados sexuales han excluido a los económicos de aquella categoría pecadora, dejando la vigencia del séptimo mandamiento sólo para los cacos y atracadores de bancos? ¿O tampoco?
Y en segundo lugar llama también la atención ver cómo en ciertos casos la estrategia política diseñada para alcanzar el triunfo electoral pasa por delante de la defensa de la ideología o, más aún, se apunta a todo tipo de fraudes incluidos la contradicción, el engaño, la mentira.
Es cierto que somos una democracia joven que no pasa de los treinta años más los cinco que nos concedió la Segunda República, y que el resto de nuestra Historia hemos estado bajo la férula de dictaduras y monarquías absolutas. Es cierto también que no podemos pretender que nuestro comportamiento y discurso políticos estén a la misma altura y se aprovechen de la misma experiencia que los de países que llevan siglos de actividad y defensa de la democracia, pero me pregunto si al paso que vamos acabaremos algún día teniendo un nivel aceptable de coherencia política, sobre todo cuando veo, por ejemplo, que UPN-PP ofrece un pacto de gobierno a los socialistas a quienes se ha machacado acusándoles de vender el país a los terroristas. O esta monstruosa afirmación no era cierta (con lo que quedaría clara la intención de desprestigio moral), o, si se sigue defendiendo la grosera acusación, no parece que sea demasiado ética la oferta.
A lo que iba: todo con tal de ganar unas elecciones, con tal de mantenerse en el poder. Pero de ideas, ¿quién habla? ¿Quién las defiende de forma racional y no sólo visceral, como si el voto no fuera otra cosa que la feroz defensa de nuestro equipo de fútbol?
Rosa Regás
2 comentarios:
Las prioridades actuales de la "gente corriente" no pasa precisamente por luchar como se luchaba en los 70. Pasa, como en los 60, por mantener un status conseguido a base de letras, hipotecas y tarjetas de crédito. Ayuda a esto la manipulación que la derechona hace de la política y de "la cosa pública". Da igual que sean todos unos corruptos, mientras yo pueda seguir como estoy....
Esa es la idea, sino ¿Como entender los de Murcia, lo de Valencia, etc)
Tampoco ayuda mucho un PSOE con poco liderazgo y demasiada encuenstas demoscópica.
Quizás porque Rosa Regás, era ex jefa mía de la Biblioteca Nacional, quizás porque firmé en su día una claúsula de confidencialidad, no puedo ni quiero extenderme sobre ella en particular. Porque las "majaderías" las sobreviví.
Con esto no quiero decir, que no tenga su parte de razón. Pero si algo me enseñaron desde bien "enana" es a votar, y después tengo todo el derecho del mundo a protestar.
Desde luego y tú lo sabes, ese mismo comentario, lo he hecho yo, como la gente, en vez de castigar lo que no gusta, encima los premia, me dá la sensación de que somos unos "aprendices de caciques".. porqué, en la vida real, la tuya, la mía, y la del vecino. Se tiende siempre a leer (cuando se hace) la letra inmensa y una muy buena tipografía, y no se para ni Dios, a leer la letra pequeña.
Sin ir más lejos, en Madrid, es de pucherazo el asunto, siguen estando los mismos desde hace solo 12 años, y lo único que puedo decir, es que se cepillaron pilares básicos de un ser humano, la educación, la sanidad, las prestaciones sociales y así un largo etcetera.
Se vanaglorian de su inexistente 2º sentido, porque al 5º no llegan, es demasiado cansino, de que hubo un atentado en Madrid, un aciago 11 de Marzo, y todavía hay seres humanos dañados, muy dañados por eso echos, y están en listas de espera de cerca de 2 años; pero siguen votando, a los que durante 48 horas de ese 11 de Marzo, decían y siguen diciendo que la culpa la tuvo "chachachá"..
Hay un juicio, desde hace muchos meses, y todavía tienen la desfachatez, de decir que la culpa fué del "chachachá".
Son tan inmensamente "borricos" (ojo me dá pena de los borricos, son una especie en vías de extinción), que siguen con sus discursos "amarillistas" dá igual si es lo que vende.
Cuando eran las elecciones para la aprobación de la Constitución Europea, ellos fueron los primeros que son xenófobos, caciques y de bastantes poquita luces, diciendo poco más o menos, "entrar en Europa es de catetos" (con todos los respetos para los catetos y Pitágoras).
Pero no tenemos que sufrir, ellos no lo hacen, y al parecer algunos de a pie tampoco, o son sados, o les motiva tener a semejantes "impresentables". Pero ellos van a misa de doce, con un abrigo de pieles, y todos los "joyos" que tengan guardados.
Así nos va, y si he de decir, que en Cataluña, no tiene ninguna presencia el PP. Otros si, ellos no, creo que es de los poquísimos sitios, donde "ellos" no están.
Son detestables, y es una palabra que apenás utilizo, porque no me gusta detestar, me encanta conversar, pero en este caso, ya tenemos obras para otros 4 años en Madrid, ya nos talarán el Pº de Recoletos, o ya se inventarán alguna para "demostrar" que es pecado las bodas entre homosexuales, o quizás que las prostitutas, no tienen derecho a insertarse.. para que lo van a hacer si son ellos mismos los que utilizan esos "servicios", y además de bajo coste, y no es necesario que sepan ni leer ni escribir... si lo supieran, no les harían juego.. ;)
Me pone mal, el que se hayan perdido las maneras, esas que hubo no hace muchos años, aunque la Sra Regás diga, que España es una Democracia joven, pero por joven, hubo grandes políticos de un partido u otro que lideraban ideas, no hacían apologías variadas y variopintas, según dictase Doña COPE, Don El Mundo y Don ABC..
Insisto tenemos lo que nos merecemos, por renegados, por no defender las ideas con buenas maneras, solo las defendemos si chillamos, a la hora de escribir, que mal nos va a tod@s.
Un besazo, pero quizás es que conozco el "percal", y una cosa es el discurso de marras, y otra bien diferente estar ahí, donde está ella.
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