Verguenza de ser europeo

Siento la más profunda repugnancia, asco y tristeza cada día que me levanto y pienso si tengo algún derecho a seguir viviendo por ser europeo, pues esta condición sólo me lleva a estar bajo un manto podrido de tanta indignidad, tanta afrenta, tanta ruindad, tanta indecencia, tanta ignonimia, tanta perversidad.

Desde mi cómodo sillón, veo cómo en un cajón mediático pasan imágenes y omiten otras, las más graves, y veo crímenes masivos de seres humanos indefensos e inocentes, y lo peor de todo veo, impávido, impertérrito, tranquilo, sereno todas esas masacres, matanzas, destrucción de vidas humanas de niños, adultos, mayores de forma tan perversa, tan abyecta, tan vil, tan despreciable, tan deshonrosa, tan vergonzante, con tanta inmoralidad e impunidad. Si la humanidad tiene algún futuro y algún Dios de Dioses osa asomarse al concepto moral de justicia de este planeta, todos seremos juzgados y castigados.

Los autores directos de las matanzas, masacres, los cooperadores necesarios, los colaboradores directos e indirectos, los cómplices, los encubridores, los mirones pasivos de toda condición que miramos tan horrendo espectáculo lleno de la peor inmundicia de la maldad humana sin límites. Y los medios, ni tan siquiera atendéis a personas tan importantes como José Saramago, Harold Pinter, John Berger, Noam Chomsky y sus denuncias reiteradas de tanta masacre, matanzas que EE UU y su lugarteniente de Oriente Medio, Israel, están infligiendo a Palestinos, irakíes, libaneses, etc.

P.M.C.