8 de marzo. Otro 8 de marzo más. Un día que no debería tener más importancia que otros si no fuera porque es el Día Internacional de la Mujer. Serenémonos. Que no se malinterpreten mis palabras. Porque que
debamos dedicar un día en concreto a la mujer ya es de por sí
sintomático de que la igualdad de género no es ni real ni efectiva.
Los distintos partidos políticos, sindicatos y
diferentes organizaciones u organismos lanzarán diversos manifiestos
llenos de las mejores de las intenciones. Lo aplaudo. Pero no es
suficiente, todos lo sabemos, y utilizo el masculino intencionadamente,
porque somos los hombres principalmente los que debemos concienciarnos de las grandes diferencias y brechas existentes, aún hoy, entre hombres y mujeres en casi todos los ámbitos.
Esto es algo inaceptable.
Si hay diferencias evidentes en los llamados países “avanzados” ¿Qué
podríamos decir de los otros? Países donde ser mujer impide disfrutar
de los derechos más básicos y el imperio del hombre es absoluto.
Por estas y otras razones, permitidme no celebrar hoy este día.
Considero que todos los días del año debemos trabajar, hacer esfuerzos,
concienciarnos de que esa igualdad debe ser nuestro santo y seña los
365 días del año. Nuestro fin. Tanto de las mujeres como del hombre.
La noticia no es que se celebre el Día Internacional de la Mujer. La noticia será cuando ya no se celebre porque eso significará que la igualdad es real, efectiva, plena, sin cortapisas ¿Llegaremos a ello?
Vamos a trabajar, aún mucho más, para que así sea.
1 comentario:
Dudo mucho que algún día alcancemos la igualdad ya que no somos. Para mi mas que celebrar la desigualdad en manera negativa es una manera de decirnos a los hombres que las mujeres son únicas y que más que buscar igualdad es valoración lo que se espera, con esto digo que los hombre no deben ganar más que las mujeres sólo por ser hombres si no por hacer mejor el trabajo y viceversa.
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