9 de diciembre de 2011

Made in Casa Real

Hay tantos titulares como creatividad en la manipulación de fondos por parte de Urdangarín. Un escándalo real, el talonmano, el cantazo tras las puertas de la Zarzuela y en medio de todo ello, el suegro con las gafas. Juan Carlos I no imita a Martirio aunque pudiera utilizar su nombre para describir la actuación de su yerno. Hay tantos puntos de vista que analizar que ni siquiera nos planteamos cuánto nos ha costado la carta de presentación de este duque…


Lo cierto es que en este país el silencio se paga caro, muy caro… Nos cuesta el silencio de los caudillos, el que se fue y el que ha llegado, que ha preferido articular palabra lejos de nuestras fronteras, claro, que como aún no es presidente, el estado en funciones le avala ¿no?


Y como en este país no avala quién puede sino quién quiere, parece que es lo que está haciendo la Casa Real… En el contexto terrenal ya ni siquiera podemos buscar avales, porque para argumentar la precaria situación de millones de familias sólo nos quedan atrincherarnos ante los desahucios, mientras que un deportista casado con una mantenida por todos pretende construir palacios bajo el paragüas de los Borbones. Señores, nunca una Carta de Presentación había dado tanta riqueza y tan poca vergüenza. Ahora bien, me tocó nacer y verlos ya en la Zarzuela, me tocó crecer y verlos casarse en catedrales, me niego a madurar y verlos pasar por la puerta de la justicia, y solo de paso, aunque el 24 de diciembre al suegro le siga llenando de orgullo y satisfacción… Nací bajo una monarquía parlamentaria en la que como Jefe del Estado, el Rey es el jefe del ejército y el máximo representante de nuestro país en el exterior. Así, si Juan Carlos I guarda también silencio, aquí y en el exterior y la Reina Doña Sofía se hecha fotos con el deportista intrépido en Washington, yo seguiré sin entender nuestra Constitución y sus definiciones obsoletas, y si no que alguien me explique si las Cortes elaboran las leyes y proponen al Presidente del Gobierno, y luego las Cortes son elegidas por los votos de los ciudadanos, y por todo eso ¿nuestro sistema político es democrático?. Voy a hacerme la ciega, sin gafas ni nada y me voy a pasar el puente a IKEA, porque allí al menos me reciben sin carta de presentación y estaré en la República Independiente de mi Casa…


Vanesa  Navarro Calero

3 comentarios:

angel dijo...

Pues sip. Lo mejor irse de comprar y desconectar del mundanal ruido que nos rodea.
Aunque más que de compras, ultimamente salgo a ver tiendas, porque comprar lo que se dice comprar, con la que está cayendo, puedo comprar más bien poco.

Anónimo dijo...

si

Juegos Virtuales dijo...

Ayyy, que verdades más grandes que dices. Yo también los he visto crecer, casarse y tener hijos y estoy harta, ya no me importa la monarquía ni un poquito. Creo que van por el camino de la iglesia, de perder todo el respeto.

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