18 de agosto de 2011

¿Hacia dónde vamos?

Siempre me he caracterizado por decir aquello que pienso. Esa es una opción personal que puede ser buena o mala según desde el ángulo del prisma que se mire. Considero que es lo mejor, por eso lo hago y ciertamente me hace sentir bien.  Decir una cosa y hacer la contraria me parecería, desde mi punto de vista, puro cinismo e hipocresía aunque no es menos cierto que la verdad duele. Y yo intento y no sé si consigo decir mi verdad sobre esta y otras cuestiones. Eso crea debate que al fin y al cabo a tod@s nos enriquece.


El PSOE tiene un candidato sobradamente conocido por todos y todas: Alfredo Pérez Rubalcaba. Nada tengo que decir al respecto que no se sepa. Es un candidato que une en su persona una característica que es igualmente positiva y negativa: Es muy conocido. Para lo bueno, eso facilita no tener que “vender” al candidato y es negativa porque puede estar quemado política y/o socialmente y quizá no levantar “pasión” entre aquellos votantes no socialistas de carné o simpatizantes que al fin y al cabo son los que deciden con su voto quien será o no el próximo Presidente del Gobierno. El 20 de noviembre lo sabremos.


En realidad esta entrada no es para hablar de Rubalcaba. No es para debatir si a mi, o a ti que me lees, te gusta o no. No, no es eso. Si he puesto el ejemplo de Rubalcaba es porque lo tengo más próximo y por tanto es lo que más me duele y conozco.


El equipo electoral del candidato socialista, como quizá sabréis, está realizando una serie de “Diálogos con Rubalcaba” a los que evidentemente me inscribí porque realmente me encantaría poder intercambiar con él, ideas y opiniones. La oficina del candidato me ha enviado muy educadamente un correo donde me agradece mi interés y me adjunta una carta tipo de Alfredo Pérez Rubalcaba en la que él me agradece igualmente mi interés, etc., etc. El texto de la misma es claro y concreto pero me ha sorprendido la falta de símbolos. La indicada carta está encabezada por una tipografía –en rojo, eso sí- en la que se puede leer un gran  “RUBALCABA” y acompañado en un menor tamaño por los verbos/eslogan: “escuchar, hacer, explicar” situándose al fin de la misma un PSOE, también en rojo y ya está.


Aquí viene el porqué de lo que estoy intentando explicar y me he preguntado al verla: ¿Y los símbolos del PSOE? ¿Dónde está la rosa y el puño? ¿Dónde han quedado olvidados esos signos y símbolos que han identificado al partido durante más de 130 años? ¿Estas campañas de marketing político no están fallando en lo esencial? ¿No son demasiado personalistas y muy centradas, demasiado, en la persona del líder obviando señas de identidad que han sido santo y seña de la organización que pretenden representar? La campaña de Zapatero fue muy similar donde el ZP, la marca ZP ocultaba o se veía más que las siglas del partido fundado por Pablo Iglesias a finales del sigo XIX.


Personalmente considero que es un error, porque si olvidamos los signos y nos alejamos de las políticas de izquierdas que debería hacer un partido que tiene entre sus siglas la “O” de obrero y la “S” de socialista ¿Hacía dónde vamos?


Es mi parecer y así queda reflejado.


¿Y tú, qué opinas? 

4 comentarios:

Jesús Herrera Peña dijo...

Carlos, estoy en total acuerdo contigo en lo que al artículo respecta.
Además, no serás tú el único socialista con carné que lamente esa campaña de hacer cada año más chiquitito el símbolo del PsoE, hasta logra que desaparezca a favor de los personalismos individualistas.
¿Qué hacer? No lo sé.
Hace años que vengo viendo el camino inconfundible hacia la UCD.

Poemas y Poesías dijo...

Estoy contigo.

Sonsoles dijo...

Carlos, muy bien expresado, compañero.
Somos muchos los que no comprendemos estos cambios a peor, si nos quitan, hacen sucedáneos o edulcoran la ideología, si puede mas un "lider", su imagen que la trayectoria de unas siglas centenarias; mal vamos porque nada nos va a diferenciar del resto, de hecho poca diferencia ha notado el electorado que nos ha dado un castigo severo del que poco o nada se habla de forma responsable.
Asi si no sabemos quienes somos o no mantenemos el caudal que se nos legó ¿cómo vamos a saber a donde ir? Si no recuperamos la aguja de marear, es decir la brújula, me parece que nos diluiremos en la nada y yo no sé como parar esto,porque las más veces los militantes der base no contamos, salvo para pagar cuotas, hacer de "clá" en los mitines y si hablas te amordazan o eres traidor/a.
Carlos eso es lo que opino, puede que haya dejado de tener el optimismo rampante que me ha caracterizado por muchos años; ya estoy cansada y algo tocada...Tú que conoces bien el mundo del Marketing, venden un "producto" al estilo anglosajón, no sé si estamos "educados" para este tipo de campañas, a mi no me gustan; pero es mi sentir y mi pensar; de la modernidad y de la tecnología hay que coger no todo porque no conviene ;pero si, lo que puede resaltar unos valores, un programa serio y solvente y por último un candidato rerspaldado y solvente ¿no te parece?.
Gracias por esta oportunidad de comentario.
Un abrazo socialista desde este Teruel de mis afectos y de mis dolores.
Salud por siempre!
T

Pablo dijo...

Me parece interesante. Es verdad que los partidos hoy en día parece que muestran sus ideas en servicio de unos objetivos de marketing político para alcanzar determinadas cotas de poder. Pienso que por ello se tiende a personalizar la campaña en el lider del partido para mostrar un rostro que defina el producto al que se pretende que se adscriba el electorado. En definitiva, me parece que los grandes partidos están perdiendo su identidad en el "mercado" electoral.

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