Quizá debería ser disciplinado e hipócrita y decir lo contrario de lo que pienso. Pero no. Si en algo me he caracterizado, con los errores y los aciertos que solo puede cometer quien habla y da la cara, es por decir siempre aquello que sentido, notado, percibido y pensado.
Estamos ante unas elecciones muy importantes. Primeramente porque elegimos a los concejales de los diversos municipios y a “nuestros” representantes en las diferentes Asambleas de varias Comunidades Autonómicas y si todo lo anterior ya de por sí es muy importante no puedo obviar el dato y la sensación de que estas elecciones se juegan también más allá del terreno local o autonómico y tienen mucho de precampaña hacia las elecciones generales del próximo año.
Es evidente que la estrategia de los dos grandes partidos ha sido muy diferente: El PSOE se ha dedicado más a lo próximo porque no ha querido “mezclar” ambos comicios y más cuando ya es sabido que otra persona distinta a Zapatero va a ser el candidato o candidata, en cambio el PP no ha tenido empacho de dedicar su “discurso” al terreno nacional, culpando a Zapatero de todo, incluso de su mala gestión, la del PP, en aquellos municipios y comunidades donde sí gobierna y no asumiendo ningún tipo de responsabilidad ni explicando sus fórmulas mágicas que sacarán a España de esta crisis mundial que nos aprieta y aprieta. Una oposición vergonzante, antipatriota y regodeada del “cuanto peor, mejor”.
Ha aparecido un fenómeno nuevo y quizá inesperado y que gente como yo echaba de menos: La ciudadanía. El ciudadano de todo tipo y condición pero en general joven se ha echado a la calle pidiendo cambios inminentes. Cambios que son necesarios. La gente está cansada y quiere soluciones. Queremos soluciones. Hay muchas cosas que cambiar. Demasiadas. Una de ellas es la Ley Electoral y esto lo dice un socialista de carné. Un, aún, representante del PSOE ante las instituciones. Las listas de los diversos partidos deben de dejar de ser cerradas y bloqueadas y la circunscripción no puede ni debe ser la provincia. No es democrático que un voto tenga “un valor” en un sitio y otro muy diferente en otro. Pero hay más cosas que cambiar. Muchas más.
Ahora lo que toca es votar. Es un derecho adquirido que ha costado mucho esfuerzo, sudor, lágrimas y sangre recuperar. Un derecho que nos fue subyugado por 40 años de dictadura fascista y de derechas. No lo olvidemos. El sistema funcionará mal o regular. Pero creo y estoy convencido de ello que el sistema se debe cambiar pero desde dentro del sistema. Es posible. Votemos. Cada cual que vote de acuerdo a su conciencia la que crea la mejor opción. Pero no olvidemos la sangre derramada que nos permite ahora poder decidir.
Animo a que al ciudadano a que acuda a las urnas y que haga sentir en ellas su descontento o su alegría o lo que sienta pero con su voto. Quedarse en casa no sirve para nada. En todo caso serviría para que todo se quedara como está y no es eso lo que queremos. Vamos a votar con más fuerza y rabia que nunca, pero ejerzamos nuestro derecho.
Como habéis visto en ningún momento he intentado “orientar” a nadie en qué sentido debe votar. No he pedido el voto para nadie porque creo en la gente. Creo en su inteligencia. Creo que saben que es lo que necesita nuestro país, nuestra comunidad y nuestro municipio. Somos un país culto, asentado democráticamente y eso me genera confianza.
Recordad: El poder está en nuestras manos, ahora más que nunca.
Votemos. Yo ya lo he hecho.
1 comentario:
Carlos lo primero solidarizarme con Lorca, me leyeron tu entrada en el blog...a mi me cogió todo esto con mis jaleos médicos y con lo de la trombosis, no queria dejar pasar la ocasión, he mandado ayuda a través de Cruz Roja,porque si estuvimos en el tema con Japón, Lorca está mucho más cerca y lORQUINOS SOMOS TODOS.
En lo referente a tu entrada de hoy, te tengo que dar la razón, hacer dejación del voto implica someterse a lo que otros que seguro no nos gustan ni nos van sus politicas neoliberales lo tomen, por muy "indignados" que estemos no hay que resignarse ni regalar ni un milimetro a quien no merece el poder.
Nada de voto en blanco, ni me quedaré en casa viendo como "otros" se frotan las manos ante la dejación; yo votaré el domingo aunque me han de llevar en silla de ruedas, es mi derecho pero tambiénm es mi deber para cambiar lo que no me gusta con las reglas de la democracia.
Un abrazo socialista querido compañero.
¡Salud!
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