¿Todo vale?

Cuando tuve el honor de ser elegido por los ciudadanos concejal del Ayuntamiento de Cehegín, era consciente de la responsabilidad que asumía, dado que has sido elegido por cientos de cehegineros a los que intentas con todas tus fuerzas no defraudar. Es un asunto este, que desde el primer momento todo representante de la ciudadanía debe tener bien claro: Eres la voz de los que te votaron en ese órgano que no es otro que el Ayuntamiento.

Dicho lo anterior, cuando hablas o defiendes una postura lo haces por ellos, por ellos y también por los que no te votaron, pero principalmente lo haces por los que depositaron en ti la máxima y suprema confianza. Luego en tu quehacer diario, en tus hechos y en tus gestos e intervenciones queda el demostrar que no se equivocaron.

En mi caso en particular, sí puedo decir y eso nadie me lo puede negar que mi esfuerzo por hacerlo lo mejor posible ha sido máximo ¿Qué siempre se puede hacer mejor? Desde luego, pero también sé y saben que también se puede hacer mucho peor. “Quien lo da todo, no está obligado a dar más”, dice el sabio refranero español.

Mi trabajo 2.0 es ampliamente conocido tanto en Cehegín, como en nuestra Región y fuera de ella a través de mi blog www.begastri.com, como a través de distintas redes sociales, en Facebook tengo cerca de 1.300 seguidores, de ellos más de 300 están suscritos a mi blog y por el uso del videomarketing y otras herramientas como Twitter y por eso he sido invitado a acudir a otras Agrupaciones Socialistas a charlar sobre mi labor diaria, tanto física como virtualmente en la llamada Política 2.0

Es sabido que en política casi todo vale, pero ese casi todo debe o debería ir marcado por unos mínimos de ética, moralidad o normalidad que parece que son ignorados por ciertos “elementos” de la derecha de Cehegín que se sirven del insulto, del menosprecio y de otras malas artes para intentar desgastar a un concejal que como dije anteriormente, ha sido elegido democráticamente. Al intentar insultarme a mi, insultan a aquellos cehegineros que decidieron votar a las siglas que yo represento e insultan de forma colateral a la democracia, que es ese sistema político en el que “ellos” no creen pero del que sí se sirven de manera tendenciosa porque solo les vale cuando les es favorable.

Dos años dos, este que les escribe es concejal y lo seguirá siendo hasta que finalice mi mandato, y después, yo, mi organización y el votante decidirá. Digo esto para que aquellos que día sí y día también se dedican a lanzarme insultos, ofensas, injurias o a denostarme públicamente pero amparados en el anonimato, tengan claro que seguiré desempeñando mi función al 100%. Mentiría si no dijera que esos insultos, ofensas e injurias lo único que consiguen es reafirmarme en que mi labor está bien hecha, porque lo que sí me preocuparía es que se me alabara por parte de la derecha extrema pero como eso no es así, me doy por contento.

Estos que realizan estas acciones, el intentar ofenderme o provocarme con palabras o acciones, o injuriarme de palabra o denostarme, o ultrajar mi nombre con obras o palabras o simplemente infamarme, no son más que viles cobardes incapaces, no se le puede pedir peras al olmo, de decir lo que dicen a la cara o firmando con nombres y apellidos esas tonterías supinas que dicen ¿Por qué? Porque conscientes de su cobardía saben que nada ni nadie les librarían de la correspondiente demanda que dentro de un estado de derecho como es el nuestro, lo siento Franco ya murió, les iba a caer encima.

Y como este tema solo tiene la importancia que tiene, que es ínfima, decir a estos “anónimos” que gracias, porque como dije antes, sus acciones me reafirman en mis convicciones y confirman el trabajo bien hecho, y malo… malo… sería que no se hablara de mi, aunque sea mal, y para finalizar y parafraseando a Oscar Wilde diré: “Es horrible que hablen mal de uno, pero hay aún algo peor y es que no hablen”

“Ladran, luego cabalgamos”, así que a seguir cobardes, a seguir….