El meteorito, el más grande de la península ibérica, cayó a las 2:45 horas de la Nochebuena de 1858, y hoy puede verse en el museo nacional de ciencias naturales, en Madrid.
Las crónicas relatan que inicialmente quienes lo vieron creyeron que iba a tocar la torre de la catedral de Murcia, pero "pasó por encima...y recorrió tres leguas más, salvando esta ciudad y su término", y el impacto se produjo en un bancal de cebada de Molina de Segura, con tal sacudida que levantó a los vecinos de sus camas, como relata Rafael Martínez Fortúm, en cuya parcela cayó el meteorito.
Los expertos lo catalogan como una condrina H5 por su alto contenido en hierro y por el grado de alteración sufrido, es decir, un meteorito rocoso procedente de la solidificación de polvo y gas de la nebulosa solar primigenia que dio origen al Sistema Solar.
Un globo de una brillantez extraordinaria
En la madrugada de la Nochebuena de 1858 "las personas que estaban en las calles, en los caminos y en los campos vieron aparecer un magnífico globo de fuego de una brillantez extraordinaria y deslumbradora, que ostentando los colores del arco iris, oscureció la luz de la luna y descendió majestuosamente desde las regiones aéreas". Así se recoge en un informe encargado por Rafael Martínez Fortún, vecino del municipio murciano de Molina de Segura, en cuya hacienda cayó el mayor meteorito recogido en España.
En 1863 la reina Isabel II aceptó su donación al Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC), donde se conserva y exhibe desde entonces.
Este es el relato de este vecino: "Se oyó de repente un gran ruido parecido al que produce la electricidad en las nubes y las personas que estaban en las calles, en los caminos y en los campos, vieron aparecer un magnífico globo de fuego de una brillantez extraordinaria y deslumbradora que ostentando los colores del arco iris oscurecía la luz de la luna, y descendió majestuosamente desde las regiones aéreas, atravesando nuestro horizonte en dirección oblicua del Mediodía a Norte".
Más tarde, segando la cebada, a uno de los segadores le llamó la atención un hoyo y escarbando con la hoz tocó un cuerpo duro y resistente, encontrando una piedra de figura cuadrangular, color negruzco y de un peso extraordinario comparado con su volumen, pues tenía diez arrobas y quince libras, lo cual unido a que no se parece a piedra alguna de las que ellos habían visto hasta entonces en aquellos alrededores ni en otra parte, les llamó sobremanera la atención, quitándole uno de ellos un pedazo de uno de sus ángulos con un golpe que le dio con una maza de hierro.
Actualmente una reproducción del meteorito se puede contemplar en el Aula de la Naturaleza que la concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Molina de Segura tiene en la pedanía del Rellano de Molina.
El meteorito al caer tenía 144 kilogramos, pero se dividió en varios fragmentos y el más grande, de 112,5 kilos, es el que actualmente se muestra en el MNCN.
Astronomy and Geophysics
5 comentarios:
Enhorabuena por el magnífico artículo, aunque falta indicar que la información procede de una investigación reciente realizada por Jesús Martínez Frías y Rosario Lunar y publicada en la prestigiosa revista científica "Astronomy and Geophysics".
Enhorabuena de nuevo y un cordial saludo,
Marta
Tphyo* te desea Feliz Navidad!. o como nosotros preferimos decirlo...Feliz fiesta de las luces!
Hola,
Gracias Carlos, ójala todos actuaran con la misma rapidez.
Y, como dije antes, qué artículo más interesante!!!!
Marta
valla susto no? felicidades para ti y los tuyos
pedazo de meteorito
lastima no poder verlo
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