Cada día desayunamos con noticias que vienen ofreciendo nuevos datos preocupantes sobre la actual situación económica, que dejan en cualquier caso a la Región de Murcia en los peores lugares en cualquier indicador que tenga que ver con el bienestar social con respecto al resto de Comunidades Autónomas. Concretamente estamos hablando de un goteo incesante de cifras tan preocupantes como es el de la destrucción de empleo, con un incremento interanual de casi un 60% en Murcia que duplica la media estatal. En Caravaca la situación no es menos preocupante, pues solamente entre abril y septiembre del presente año este incremento se ha disparado entorno al 45%, provocado fundamentalmente por el sector de la construcción y afines, principalmente el mármol.
De la misma manera en el conjunto de la Región tenemos los peores indicadores interanuales del incremento de los precios, con un 5,3%; además el número de murcianos que no pueden hacer frente a sus deudas también se ha duplicado, es decir, la morosidad; y por si faltaba poco, las últimas noticias indican que también la delincuencia crece mas del doble que la media nacional.
Ahora bien, lo que más nos ha sorprendido, o quizás era lo esperable en una Región donde la redistribución de la riqueza ocupa los perores escalafones, es que dos de cada diez murcianos sobrevive por debajo del umbral de la pobreza, pues un 21,2% tiene unos ingresos que no llegan a los 500 euros al mes, situación esta que castiga especialmente a jóvenes, personas mayores e inmigrantes.
Ahora muchos ciudadanos que piensan en ahorrar a la espera de mejores tiempos, se preguntan si sus depósitos están a salvo frente a la tormenta financiera internacional. Probablemente aquí no haya motivos fundados para la alarma, ahora bien, lo que no deja de ser un secreto a voces es que algunas de las entidades de ahorro que operan en nuestra Región están pasando serios problemas de liquidez ante los altos riesgos asumidos en el sector inmobiliario.
Para no cansar al lector, mejor dicho deprimir, porque lamentablemente esto no para, termino con esta reciente noticia que es importante tener en cuenta: La Comisión Europea ha iniciado una investigación sobre los planes urbanísticos que se han puesto en marcha en España a pesar de no contar con los recursos hídricos suficientes. De esta manera, la UE quiere que las autoridades españolas expliquen cómo piensan garantizar el cumplimiento de los objetivos medioambientales de la directiva marco del agua, que vela por preservar la calidad y cantidad de los recursos hídricos.
De los más de 250 planes urbanísticos aprobados en Andalucía, Castilla-La Mancha, Murcia y la Comunidad Valenciana, que están sin recursos hídricos garantizados por las respectivas Confederaciones Hidrográficas, buena parte corresponden a Murcia, como no podía ser de otra manera. Concretamente, según ha transcendido, hay 8 planes parciales que están en Caravaca, entre los que evidentemente se encuentra el famoso Roblecillo. Supongo que algo deberán decir los responsables municipales.
Quisiera detenerme en este último dato por una cuestión fundamental. En primer lugar porque no se puede desligar el azote de la crisis en la Región de Murcia de la explosión urbanística de los últimos años, en una escalada especulativa sin precedentes, cuando por otro lado no se garantizaban las necesidades reales de vivienda asequible a la mayoría de los ciudadanos. Es evidente además que los Ayuntamientos con el visto bueno de las autoridades regionales aprobaban planes parciales como churros en los que, por decir algo, los Estudios de Impacto Ambiental se convertían en documentos de mero trámite, pues como todos sabemos esto alcanzaba hasta espacios protegidos (Zerrichera), que es tanto como decir aquí todo vale, o como alguien que está entre rejas dijo: «Murcia es la leche». Quien se oponía tratando de evitar lo que se avecinaba es porque estaba en contra del progreso o cuando menos se dedicaba a demonizar el sector. Así las cosas, casi el único factor limitante de tantos disparates urbanísticos, ha sido el agua. Estoy convencido de que curiosamente el déficit del preciado recurso nos ha librado de estar embarcados en muchos más planes, con las correspondientes suspensiones de pagos, despidos de trabajadores, clientes sin poder ver sus casas, etc. Y por fin va a permitir que la UE, aunque algo tarde, tire para atrás algún que otro plan urbanístico que, no obstante, el mercado inmobiliario ya se ha encargado de hacer inviable.
Alfonso Sánchez-Marín, es profesor de secundaria y concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Caravaca.
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