Coincidiendo con la crisis económica que cíclicamente nos afecta, como si nos quisiera avisar reiteradamente de que el sistema capitalista y liberal es el paradigma del fracaso de organización económica y social, se estrena en los cines la película que nos habla del Che Guevara (y que yo todavía no he visto).
El estreno de la película, con un notable éxito, coincide con los actos que se hacen en muchos lugares con motivo del 35 aniversario del golpe de estado en Chile contra el socialista Salvador Allende; este año también se conmemora el centenario de su nacimiento.
Sin ataduras
La caída del muro de Berlín, consecuencia de la caída del sistema estrictamente socialista, dejó al capitalismo como único sistema económico válido (Cuba se ha convertido en la excepción que confirma la regla). Producción y beneficio, estas son las únicas dos máximas de un sistema que no tiene ningún escrúpulo hacia quienes no se adaptan a sus reglas. Quienes no pueden producir y quienes no pueden originar beneficios, son sencillamente un estorbo para el sistema.
Nuevo sentimiento
Después de unos años de vorágine capitalista, y con una crisis económica despiadada que afecta especialmente a los países que hace cuatro días ataban los perros con longanizas, comprobamos que renace una especie de nuevo sentimiento social.
Utopías posibles
La gente que va al cine a ver al Che entiende que el personaje era real y que la utopía también puede convertirse en realidad. Quienes asisten a los actos en honor de Salvador Allende, redescubren a un nuevo personaje, idealista y que sabía qué era lo mejor para su pueblo y para el conjunto de la sociedad.
Lo que fracasó
El socialismo, como ideología, como sistema, no fracasó. En todo caso fracasaron las personas, los gobiernos y las organizaciones que, atendiendo a una extraña característica de especie, fueron incapaces de aplicar las directrices que debían de ser las herramientas para hacer un mundo más justo.
Pocos ejemplos
Hoy, apenas quedan unas tristes caricaturas cargadas de mesianismo en la América Latina, y que pretenden llamarse socialistas.
Doble rasero
¿Es más justo el neoliberalismo que el intervencionismo de los grandes centros de producción? ¿Es mejor, quizás, el salvaje libre mercado que una sanidad y una educación al alcance de todo el mundo? Yo no lo creo.
Justa por definición
Una sociedad puramente socialista es una sociedad justa por definición. Y, eso, significa que ante un reparto de los recursos y de la riqueza, algunos no podrían continuar enriqueciéndose de una manera indigna.
Resfriado y pulmonía
Hablo de aquellos que tienen el poder (en su sentido más amplio) y que mueven los hilos de la sociedad mundial. Mandan, tienen el poder, y la crisis que para los trabajadores es una pulmonía, para ellos es un resfriado primaveral. Por eso hay crisis económica, pero no crisis de sistema. Porque el sistema lo mantendrán sí o sí. Porque es su sistema: el sistema capitalista.
Jaume Pros es bloggero y técnico de Promoción Económica
http://www.jaumepros.blogspot.com/
El estreno de la película, con un notable éxito, coincide con los actos que se hacen en muchos lugares con motivo del 35 aniversario del golpe de estado en Chile contra el socialista Salvador Allende; este año también se conmemora el centenario de su nacimiento.
Sin ataduras
La caída del muro de Berlín, consecuencia de la caída del sistema estrictamente socialista, dejó al capitalismo como único sistema económico válido (Cuba se ha convertido en la excepción que confirma la regla). Producción y beneficio, estas son las únicas dos máximas de un sistema que no tiene ningún escrúpulo hacia quienes no se adaptan a sus reglas. Quienes no pueden producir y quienes no pueden originar beneficios, son sencillamente un estorbo para el sistema.
Nuevo sentimiento
Después de unos años de vorágine capitalista, y con una crisis económica despiadada que afecta especialmente a los países que hace cuatro días ataban los perros con longanizas, comprobamos que renace una especie de nuevo sentimiento social.
Utopías posibles
La gente que va al cine a ver al Che entiende que el personaje era real y que la utopía también puede convertirse en realidad. Quienes asisten a los actos en honor de Salvador Allende, redescubren a un nuevo personaje, idealista y que sabía qué era lo mejor para su pueblo y para el conjunto de la sociedad.
Lo que fracasó
El socialismo, como ideología, como sistema, no fracasó. En todo caso fracasaron las personas, los gobiernos y las organizaciones que, atendiendo a una extraña característica de especie, fueron incapaces de aplicar las directrices que debían de ser las herramientas para hacer un mundo más justo.
Pocos ejemplos
Hoy, apenas quedan unas tristes caricaturas cargadas de mesianismo en la América Latina, y que pretenden llamarse socialistas.
Doble rasero
¿Es más justo el neoliberalismo que el intervencionismo de los grandes centros de producción? ¿Es mejor, quizás, el salvaje libre mercado que una sanidad y una educación al alcance de todo el mundo? Yo no lo creo.
Justa por definición
Una sociedad puramente socialista es una sociedad justa por definición. Y, eso, significa que ante un reparto de los recursos y de la riqueza, algunos no podrían continuar enriqueciéndose de una manera indigna.
Resfriado y pulmonía
Hablo de aquellos que tienen el poder (en su sentido más amplio) y que mueven los hilos de la sociedad mundial. Mandan, tienen el poder, y la crisis que para los trabajadores es una pulmonía, para ellos es un resfriado primaveral. Por eso hay crisis económica, pero no crisis de sistema. Porque el sistema lo mantendrán sí o sí. Porque es su sistema: el sistema capitalista.
Jaume Pros es bloggero y técnico de Promoción Económica
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