Hemos oído infinidad de veces al presidente Valcárcel decir que cuando él llegó al Gobierno solo había paro y que él solito lo solucionó.
Se ve que se le ha acabado tanta sapiencia económica pues, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa, en los últimos 12 meses, el paro en la Región de Murcia ha aumentando el 81,22 %, el más alto del país. Sólo que ahora, aplicando la ley del embudo, la responsabilidad por los malos datos la encuentra Valcárcel en otros.
También se ve que se le ha acabado su perfecta visión económica; ¿No será que en vez de buena gestión económica, en vez de «milagro Valcárcel», lo que ocurrió fue que al Partido Popular le pilló un ciclo alcista de la economía, coincidiendo con una ingente entrada de fondos europeos y con una más que importante bajada de tipos de interés?.
A este respecto hay preguntas ineludibles como por qué no se aprovecharon estos años de bonanza económica para propiciar el cambio de modelo de desarrollo que desde todos los sectores se venía propugnando, por qué se prefirió seguir inflando la burbuja inmobiliaria y quién va a asumir de una vez esa responsabilidad.
Los presupuestos para 2008 de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia se hicieron con una estimación del crecimiento del 3,8 %, incluso esta previsión era superior en una décima al año 2007, cuando ya se empezaban a ver síntomas de desaceleración. A estas alturas el Gobierno regional sigue sin modificar las previsiones de crecimiento, pese a la que está cayendo.
Para postre en vez de reducir el número de Consejerías, hace un año las aumentó en tres y han crecido como setas consorcios, fundaciones, entes, organismos y entidades públicas. De alguno de ellos, ni siquiera tiene conciencia la propia administración responsable, la Intervención General de la Comunidad, ya que no los contabiliza en su relación de entes públicos, como ocurre con la Sociedad de Suelo Industrial y Equipamientos empresariales.
Valcárcel predica austeridad mientras su gobierno sigue despilfarrando los recursos públicos. Crecer cuando el viento soplaba a favor era relativamente fácil. Gobernar cuando las cosas se ponen difíciles requiere en principio un gobierno responsable y preparado. De momento, el Gobierno de Valcárcel no cumple ni con lo uno, ni con lo otro.
El presidente prefiere, de momento, seguir ausente. Arrepentido al parecer de no haberse ido antes, cuando los hados de la economía le eran favorables.
Begoña García Retegui es viceportavoz del Grupo Parlamentario Socialista
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