De puertas para fuera fue un encuentro a la búlgara. 97 % de los votos a favor de la nueva junta directiva. Ninguno en contra. Sólo seis abstenciones. Sin embargo, la Asamblea General de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) celebrada el pasado sábado por la mañana en Madrid, no fue la balsa de aceite que intentaron trasladar ese mismo día a la opinión pública tanto el presidente saliente, Francisco José Alcaraz, como su sustituto, Juan Antonio García Casquero.
La “sintonía total” de la que ayer insistían en hablar portavoces oficiales fue, en opinión de algunos miembros del colectivo que asistieron a la misma, “algo ficticio, ya que en la asamblea se vivieron momentos muy tensos”, incluso con ataques personales a los asociados más críticos con la gestión de Alcaraz.
En mal lugar ante la Audiencia
El principal motivo de las discrepancias fue, siempre según estas fuentes, la política judicial de la asociación. Hubo “muchas críticas” a las recusaciones presentadas por la AVT contra el juez Baltasar Garzón. De ellas se responsabilizó al principal abogado, Juan Carlos Rodríguez Segura, quien también fue acusado por algunos asistentes de dejar en mal lugar al colectivo ante la Audiencia Nacional con algunas de sus últimas actuaciones.
No fue el único punto de tensión de la asamblea. Algunas víctimas criticaron cómo se había torpedeado la presentación de candidaturas alternativas a la de García Casquero. Otros, que no se facilitase con antelación las cuentas del último ejercicio –se les dijo que los estatutos sólo obligaban a ponerlas a su disposición en la sede madrileña de la AVT– y de tener que conformarse con la rápida proyección que ese mismo sábado se hizo de los cuadros económicos.
Precisamente, en uno de ellos aparecieron reflejadas las cantidades pagadas a los miembros de la junta directiva saliente durante 2007 y, entre ellas, una llamó especialmente la atención a los presentes por su cuantía, según los testimonios recabados: los 6.700 euros cobrados por Alcaraz en concepto de kilometraje. Una cantidad que algunos califican de “claramente excesiva”, pero que los portavoces de la asociación intentaron ayer minimizar: “Poco es para los kilómetros que ha recorrido”.
Significativo absentismo
Uno de los detalles más criticados del encuentro fue la escasa asistencia de asociados. Menos de 200 personas estuvieron presentes, que, con los votos delegados, no alcanzaban los 300 sufragios. Es decir, en la Asamblea participó menos del 10% de los más de 3.200 afiliados con los que la AVT dice contar. Una cifra muy lejos del más de medio millar de personas que había acudido a anteriores convocatorias.
Portavoces oficiales de la AVT aseguraban ayer que este absentismo es “sinónimo” de que la mayoría de los asociados está de acuerdo con las líneas de actuación marcadas por la anterior junta directiva, y que la actual ha manifestado ya públicamente que piensa seguir. “Si no hubieran
estado conformes, hubieran acudido para manifestar sus discrepancias”, aventuran. Una lectura totalmente contraria a la que hacen los asociados críticos consultados. “Es un desastre, algo penoso, que cada vez acuda menos gente”, reconoce a Público un miembro de la AVT que pide no ser identificado.
Un anonimato buscado que encuentra su explicación, precisamente, en algunos de los sucesos del pasado sábado, cuando Daniel Portero, uno de los miembros más críticos con la gestión de Francisco José Alcaraz, fue duramente atacado por los partidarios del ya ex presidente, incluso acusándole de traicionar la memoria de su padre, asesinado por ETA.
1 comentario:
Daniel Portero......¿Dolido con ciertos compañeros de su padre (q.e.p.d.) de la Audiencia Nacional? Eso parece de sus declaraciones en el programa "La tarde con Cristina" de la Cadena Cope
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