El 7 o el 8 de abril. Ésa es la fecha que baraja La Moncloa para el pleno de investidura de José Luis Rodríguez Zapatero. Sólo una semana después de la constitución formal de las nuevas Cortes, prevista para el 1 del mes próximo. La fecha no es segura, ya que dicho pleno debe ser convocado por la nueva Mesa del Congreso, pero pone de manifiesto la confianza que tiene Zapatero en conseguir los apoyos necesarios para completar la mayoría absoluta que no le dieron las urnas.
Además, en la primera semana de abril, el jefe del Gobierno en funciones debe acudir a la cumbre de la OTAN en Bucarest (Rumania), por lo que fuentes gubernamentales indicaron que las conversaciones con los partidos minoritarios para recabar su apoyo las mantendrá inmediatamente después de las vacaciones de Semana Santa. Quien tiene legalmente que esperar a la constitución del Congreso para recibir a los portavoces de los grupos parlamentarios es el Rey, puesto que sólo después de cumplido este trámite podrá encargar a Rodríguez Zapatero la formación de Gobierno.
Zapatero fue recibido ayer en Bruselas como un triunfador por sus correligionarios del Partido Socialista Europeo. Cuando el líder del PSOE llegó a la biblioteca Solvay, donde celebraban los socialistas europeos la tradicional reunión previa al Consejo Europeo, varios de ellos se levantaron para aplaudirle y le saludaron con el signo de la victoria, según relató el secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda. A la reunión asistieron, entre otros, los primeros ministros del Reino Unido y Bulgaria, Gordon Brown y Sergei Stanishev, y los ministros de Asuntos Exteriores de Italia y Austria, Máximo D'Alema y Alfred Gusenbauer, así como los españoles Javier Solana y Joaquín Almunia.
El Partido Socialista Europeo había anunciado una rueda de prensa de Zapatero, pero éste, que raramente acude a este tipo de reuniones, se retiró a su hotel antes de que concluyera. Posteriormente explicó, en una conversación informal con periodistas, que se había abordado el reparto de cargos (presidente del Consejo Europeo, Alto Representante, presidente de la Comisión y presidente del Parlamento Europeo) que la UE debe elegir entre este año y el próximo.
Por su parte, el presidente de los socialistas europeos, el danés Poul Nyrup Rasmussen, se felicitó por la victoria de Zapatero y expresó su confianza en que sea el inicio de un "cambio de tendencia" en toda Europa y que tenga su continuidad en las elecciones italianas de abril, en las que el alcalde de Roma, Walter Veltroni, se enfrenta a un favorito Silvio Berlusconi.
La nueva victoria de Zapatero le ha convertido en un referente para la socialdemocracia europea, que en los últimos años se ha visto desalojada del poder en los países de mayor peso de la UE, con la excepción del Reino Unido, donde Brown no se ha sometido aún al juicio de las urnas y mantiene posiciones muy alejadas de la izquierda continental.
El hecho de que Bruselas haya sido el destino de la primera salida al extranjero de Zapatero tras el 9-M tiene también un fuerte significado. El presidente ha anunciado que Europa será una de las prioridades de su segunda legislatura, en la que España debe asumir la presidencia rotativa de la UE en el primer semestre de 2010.
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