Últimamente, hemos podido leer en diversos periódicos artículos de opinión muy interesantes pero ante todo muy interesados sobre el mercado inmobiliario. En ellos, promotores y constructores hacen ver que “la burbuja inmobiliaria” es un mito creado por una parte minoritaria de la sociedad que no desea que continúe prosperando la bonanza económica del país. Esta estrategia pretende incidir en el subconsciente de los lectores con objeto de inculcar que la idea de la temida explosión de dicha burbuja no es más que una invención. En definitiva, la caída del mercado inmobiliario, ya probada a día de hoy, parece ser aún un tema tabú pues dicho sector representa el 30% del PIB.
En cambio, lo que resulta imposible de camuflar es el impacto en la zona de flotación que esta sufriendo la economía familiar con la imparable y continua subida del Euribor resultando un juego de malabares llegar a final de mes. Es un hecho irrefutable que destinar más del 50% del sueldo para poder disfrutar de un derecho constitucional, como es la vivienda, escapa de toda lógica. De este modo, según EQUIFAX (Empresa de Información Estratégica) y ASNEF (Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito), la morosidad en nuestro país esta aumentando en más de un 20% respecto al año pasado y lo va a seguir haciendo durante este mismo año.
A su vez, otra prueba del negro futuro que se le avecina al sector del ladrillo se confirma con la espectacular caída de las acciones en bolsa de las inmobiliarias desde principios de año. El mercado bursátil europeo se ha tambaleado a consecuencia del batacazo de la bolsa de referencia mundial neoyorquina. En la actualidad, EEUU representa un fiel espejo donde mirarse y así, el auge y la caída del ladrillo que ha sufrido su economía adelantan lo que sucederá irrefutablemente en España en los próximos años.
Aún así, continuará habiendo quienes aseguren que el sector siempre gozará de buena salud tratando de ocultar graves decadencias económicas. Desde la Plataforma Por una Vivienda Digna no queremos que se disfrace la realidad. El Euribor va a seguir subiendo, así ABN amro augura una subida de tipos hipotecarios de hasta el 6,5% en España para el 2008. Este aumento supondría para muchas economías domesticas superar hasta más de un 50% el sueldo destinado a la vivienda. Según Antón Costas, catedrático de política económica de la Universidad Autónoma de Barcelona, en la hipoteca no se debería superar el 30% de los ingresos familiares, pero actualmente hasta la adquisición de una vivienda de protección supera con creces este valor. A esta situación, se suma la necesidad de contratar hipotecas a un mayor plazo de tiempo, considerándose finalmente como generalizado hipotecas de 35-40 años. Otro dato que confirma el inicio de un receso de la economía es el informe de las expectativas de negocio de las Cajas de Ahorro, que estiman que las hipotecas irán disminuyendo paulatinamente su crecimiento, igual que el mercado inmobiliario, debido a los tipos de interés (Europa Press).
Gran parte de los perjudicados con el problema de la vivienda son los más jóvenes. La vivienda, junto a otros problemas sociales como la consecución de un trabajo estable y correctamente remunerado, les condiciona sobremanera el futuro. Además, con los elevadísimos precios del mercado actual, una persona soltera o divorciada tiene serios problemas para encontrar un piso que se adapte a sus posibilidades, viéndose obligados a compartir vivienda.
En muchos casos, la mayoría de las entidades financieras no informan a sus nuevos clientes de los aumentos previstos de los tipos de intereses. Esto, junto con las “hipotecas perpetuas” de hasta 40 años, provoca que la economía familiar en muchos hogares esté llegando a una situación dramática, a la se que han visto arrastrados. Lo sangrante es que no se trata de gente con pocos recursos o en situaciones de minusvalía social, estamos hablando de gente con una renta dentro de la media, viéndose obligados a destinar el 60% (o más) de su sueldo a la vivienda.
La sociedad en conjunto ha permitido esta deriva hasta una situación insostenible y casi de emergencia, en la que se debe tomar ya medidas contundentes. Una vuelta atrás se antoja harto complicada, pero no por ello se puede excusar responsabilidades de todas las partes implicadas (gobierno, comunidades autónomas, ayuntamientos, constructores, promotores ... y sobretodo la ciudadanía) quienes deben hacer todo el esfuerzo posible para revertir este grave problema social.
Angel Castillo, Jose Manuel Marin, Susana Grimalt y Carlos Guerrero son miembros de la plataforma PVD Comunidad Valenciana.
vegamediapress.com
En cambio, lo que resulta imposible de camuflar es el impacto en la zona de flotación que esta sufriendo la economía familiar con la imparable y continua subida del Euribor resultando un juego de malabares llegar a final de mes. Es un hecho irrefutable que destinar más del 50% del sueldo para poder disfrutar de un derecho constitucional, como es la vivienda, escapa de toda lógica. De este modo, según EQUIFAX (Empresa de Información Estratégica) y ASNEF (Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito), la morosidad en nuestro país esta aumentando en más de un 20% respecto al año pasado y lo va a seguir haciendo durante este mismo año.
A su vez, otra prueba del negro futuro que se le avecina al sector del ladrillo se confirma con la espectacular caída de las acciones en bolsa de las inmobiliarias desde principios de año. El mercado bursátil europeo se ha tambaleado a consecuencia del batacazo de la bolsa de referencia mundial neoyorquina. En la actualidad, EEUU representa un fiel espejo donde mirarse y así, el auge y la caída del ladrillo que ha sufrido su economía adelantan lo que sucederá irrefutablemente en España en los próximos años.
Aún así, continuará habiendo quienes aseguren que el sector siempre gozará de buena salud tratando de ocultar graves decadencias económicas. Desde la Plataforma Por una Vivienda Digna no queremos que se disfrace la realidad. El Euribor va a seguir subiendo, así ABN amro augura una subida de tipos hipotecarios de hasta el 6,5% en España para el 2008. Este aumento supondría para muchas economías domesticas superar hasta más de un 50% el sueldo destinado a la vivienda. Según Antón Costas, catedrático de política económica de la Universidad Autónoma de Barcelona, en la hipoteca no se debería superar el 30% de los ingresos familiares, pero actualmente hasta la adquisición de una vivienda de protección supera con creces este valor. A esta situación, se suma la necesidad de contratar hipotecas a un mayor plazo de tiempo, considerándose finalmente como generalizado hipotecas de 35-40 años. Otro dato que confirma el inicio de un receso de la economía es el informe de las expectativas de negocio de las Cajas de Ahorro, que estiman que las hipotecas irán disminuyendo paulatinamente su crecimiento, igual que el mercado inmobiliario, debido a los tipos de interés (Europa Press).
Gran parte de los perjudicados con el problema de la vivienda son los más jóvenes. La vivienda, junto a otros problemas sociales como la consecución de un trabajo estable y correctamente remunerado, les condiciona sobremanera el futuro. Además, con los elevadísimos precios del mercado actual, una persona soltera o divorciada tiene serios problemas para encontrar un piso que se adapte a sus posibilidades, viéndose obligados a compartir vivienda.
En muchos casos, la mayoría de las entidades financieras no informan a sus nuevos clientes de los aumentos previstos de los tipos de intereses. Esto, junto con las “hipotecas perpetuas” de hasta 40 años, provoca que la economía familiar en muchos hogares esté llegando a una situación dramática, a la se que han visto arrastrados. Lo sangrante es que no se trata de gente con pocos recursos o en situaciones de minusvalía social, estamos hablando de gente con una renta dentro de la media, viéndose obligados a destinar el 60% (o más) de su sueldo a la vivienda.
La sociedad en conjunto ha permitido esta deriva hasta una situación insostenible y casi de emergencia, en la que se debe tomar ya medidas contundentes. Una vuelta atrás se antoja harto complicada, pero no por ello se puede excusar responsabilidades de todas las partes implicadas (gobierno, comunidades autónomas, ayuntamientos, constructores, promotores ... y sobretodo la ciudadanía) quienes deben hacer todo el esfuerzo posible para revertir este grave problema social.
Angel Castillo, Jose Manuel Marin, Susana Grimalt y Carlos Guerrero son miembros de la plataforma PVD Comunidad Valenciana.
vegamediapress.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario