La formidable exclusiva de El País al desvelar el acta que recoge el contenido íntegro de la conversación que José María Aznar y George W. Bush mantuvieron en el rancho tejano de Crawford, el 22 de febrero de 2003, fortalece la posición de aquellos que consideran y promueven la imputación penal del anterior presidente del Gobierno.
Por si no era suficiente el conocimiento del acta, cuya veracidad admitió expresamente el parlamentario del PP Gustavo de Arístegui en diálogo mantenido con Elena Valenciano en la SER, ahí están las declaraciones de Rajoy en Cuatro TV. El presidente del Partido Popular y candidato a la Presidencia admitió de forma inequívoca que la invasión de Irak se realizó sin mandato de las Naciones Unidas.
Sin desmentido alguno
De nuevo, el PP dice digo donde dijo Diego. Pero la rectificación tiene, en este caso, especial trascendencia y gravedad. Se reconoce que se actuó al margen de la legalidad internacional y no consta desmentido alguno a la complacencia y respaldo brindados por el anterior presidente a los ilegales planes bélicos de Bush.
Risas en el Parlamento
Pero no queda ahí la cosa. La responsabilidad trasciende del correveidile Aznar a su gabinete y grupo parlamentario, que jalearon con regocijo e inquebrantable adhesión el resultado de la votación parlamentaria en aciaga sesión del Congreso. No se pueden olvidar las risotadas de los diputados peperos que usaron su mayoría para avalar el ilegal disparate iraquí.
Seguir rindiendo cuentas
Y, entre ellos, recuerden, estaba D. Mariano Rajoy, nominado candidato del PP a la presidencia del Gobierno por designio del dedo todopoderoso de Aznar. Un Rajoy que ahora reconoce que “a Irak se fue sin resolución de la ONU”. Electoralmente, ya rindieron unas primeras cuentas por su actuación. Ahora es el tiempo de los jurisconsultos.
V.H. - elplural.com
Sin desmentido alguno
De nuevo, el PP dice digo donde dijo Diego. Pero la rectificación tiene, en este caso, especial trascendencia y gravedad. Se reconoce que se actuó al margen de la legalidad internacional y no consta desmentido alguno a la complacencia y respaldo brindados por el anterior presidente a los ilegales planes bélicos de Bush.
Risas en el Parlamento
Pero no queda ahí la cosa. La responsabilidad trasciende del correveidile Aznar a su gabinete y grupo parlamentario, que jalearon con regocijo e inquebrantable adhesión el resultado de la votación parlamentaria en aciaga sesión del Congreso. No se pueden olvidar las risotadas de los diputados peperos que usaron su mayoría para avalar el ilegal disparate iraquí.
Seguir rindiendo cuentas
Y, entre ellos, recuerden, estaba D. Mariano Rajoy, nominado candidato del PP a la presidencia del Gobierno por designio del dedo todopoderoso de Aznar. Un Rajoy que ahora reconoce que “a Irak se fue sin resolución de la ONU”. Electoralmente, ya rindieron unas primeras cuentas por su actuación. Ahora es el tiempo de los jurisconsultos.
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