Nadie con un mínimo de objetividad puede negar el esfuerzo inversor en materia de agua del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. En Murcia, desde hace décadas se habla de agua, de soluciones y de macroproyectos, pero no había más que palabras hasta que llegó este Gobierno. Aznar anuló todos los proyectos en materia de agua del gobierno de González, y no tomó ni una sola medida hasta el final de su mandato, en la proximidad de las nuevas elecciones generales, inventando un macrotrasvase desde el Ebro que tenía mucho de propaganda y muy poco de viabilidad. Europa no acababa de ver el proyecto claro, los aragoneses tampoco, Cataluña y Castilla-La Mancha sólo apoyaban el proyecto si a cambio conseguían importantes contrapartidas (las de Castilla-La Mancha ya se conocen: el paulatino cierre del Trasvase Tajo-Segura). Todo fueron primeras piedras y propaganda.
El Gobierno socialista prometió más agua, mejor y antes. Hay que recordar que el trasvase del Ebro, de haberse realizado (muchos pensamos que no iba a hacerse realmente) no habría llegado a Murcia antes del 2012. ¿Y mientras tanto, qué? El programa AGUA ha aportado ya muchos hectómetros cúbicos a Murcia, y no sólo por la desalación, sino también por la modernización de regadíos, el uso eficiente de los acuíferos y la reutilización. Están en marcha nuevas desalinizadoras, la modernización del Trasvase Tajo-Segura, obras de abastecimiento para el Altiplano y un largo etcétera. El agua está ya asegurada para el consumo humano, llueva o no llueva, de por vida, y la agricultura también va a ver a corto plazo resuelto su problema.
El discurso catastrofista del Gobierno de Valcárcel, que ha manoseado el agua con burdas mentiras, tomando por tontos a los murcianos, empieza a derrumbarse. Por eso aprovechan cualquier contratiempo en el programa AGUA, incluso nimio, para negar la evidencia y seguir asustando a los murcianos con el agua, o reclamando un trasvase del Ebro que saben imposible porque ni el PP apoya ya ese trasvase a nivel nacional. La última es la del boro. Veamos los datos objetivos:
El boro es un microelemento esencial. Y como tal, tiene unos límites mínimos y máximos que no deben sobrepasarse. El agua desalinizada se controla más que ninguna otra, analizándose permanentemente para conocer su pureza. El agua de diferentes manantiales sobrepasa a veces los límites permitidos de algún microelemento; el agua desalada, nunca, porque se analiza con el máximo rigor. Un Real Decreto aconseja que el agua para consumo humano no sobrepase 1 mg. de boro por litro (1 ppm). Las aguas de riego no deben llevar menos de 0,5 ppm de boro (para evitar carencias) ni sobrepasar 2-3 ppm para la mayoría de los cultivos, excepto para los cítricos, muy sensibles a su exceso, donde se aconseja no sobrepasar 0,75 ppm.
Las membranas de dos desalinizadoras, las primeras en construirse, pueden dejar escapar puntualmente en verano concentraciones de boro ligeramente superiores a 1 ppm. Para resolver ese exceso puntual basta con diluirla parcialmente con agua de otros orígenes, como hace la Mancomunidad de los Canales del Taibilla, o enviarla a los agricultores para regadío, como ha ocurrido. Las nuevas desalinizadoras no presentan ya ese pequeño problema, porque no permiten el paso de más de 0,5 ppm de boro.
Ni ha habido problema para la salud, ni falta de información, sino control exhaustivo y riguroso en todo momento, y absoluta transparencia a los medios de comunicación. Es, por tanto, verdad que hemos aportado más agua (480 Hm3 en sólo tres años), de mejor calidad (excelente para todos los usos, frente a un agua del Ebro muy contaminada química y biológicamente, con larvas de mejillón cebra), y más barata (35 céntimos puesta en destino, cuando el agua del hipotético trasvase, según estudios serios, saldría a 40-45 céntimos). Y lo más importante: agua de verdad, para siempre, llueva o no, y sin tensiones permanentes con otros españoles. No es lo mismo predicar que dar trigo, ni prometer el agua que ponerla aquí en Murcia, como ha hecho José Luis Rodríguez Zapatero.
José Ramón Jara es portavoz del PSRM-PSOE.
El Gobierno socialista prometió más agua, mejor y antes. Hay que recordar que el trasvase del Ebro, de haberse realizado (muchos pensamos que no iba a hacerse realmente) no habría llegado a Murcia antes del 2012. ¿Y mientras tanto, qué? El programa AGUA ha aportado ya muchos hectómetros cúbicos a Murcia, y no sólo por la desalación, sino también por la modernización de regadíos, el uso eficiente de los acuíferos y la reutilización. Están en marcha nuevas desalinizadoras, la modernización del Trasvase Tajo-Segura, obras de abastecimiento para el Altiplano y un largo etcétera. El agua está ya asegurada para el consumo humano, llueva o no llueva, de por vida, y la agricultura también va a ver a corto plazo resuelto su problema.
El discurso catastrofista del Gobierno de Valcárcel, que ha manoseado el agua con burdas mentiras, tomando por tontos a los murcianos, empieza a derrumbarse. Por eso aprovechan cualquier contratiempo en el programa AGUA, incluso nimio, para negar la evidencia y seguir asustando a los murcianos con el agua, o reclamando un trasvase del Ebro que saben imposible porque ni el PP apoya ya ese trasvase a nivel nacional. La última es la del boro. Veamos los datos objetivos:
El boro es un microelemento esencial. Y como tal, tiene unos límites mínimos y máximos que no deben sobrepasarse. El agua desalinizada se controla más que ninguna otra, analizándose permanentemente para conocer su pureza. El agua de diferentes manantiales sobrepasa a veces los límites permitidos de algún microelemento; el agua desalada, nunca, porque se analiza con el máximo rigor. Un Real Decreto aconseja que el agua para consumo humano no sobrepase 1 mg. de boro por litro (1 ppm). Las aguas de riego no deben llevar menos de 0,5 ppm de boro (para evitar carencias) ni sobrepasar 2-3 ppm para la mayoría de los cultivos, excepto para los cítricos, muy sensibles a su exceso, donde se aconseja no sobrepasar 0,75 ppm.
Las membranas de dos desalinizadoras, las primeras en construirse, pueden dejar escapar puntualmente en verano concentraciones de boro ligeramente superiores a 1 ppm. Para resolver ese exceso puntual basta con diluirla parcialmente con agua de otros orígenes, como hace la Mancomunidad de los Canales del Taibilla, o enviarla a los agricultores para regadío, como ha ocurrido. Las nuevas desalinizadoras no presentan ya ese pequeño problema, porque no permiten el paso de más de 0,5 ppm de boro.
Ni ha habido problema para la salud, ni falta de información, sino control exhaustivo y riguroso en todo momento, y absoluta transparencia a los medios de comunicación. Es, por tanto, verdad que hemos aportado más agua (480 Hm3 en sólo tres años), de mejor calidad (excelente para todos los usos, frente a un agua del Ebro muy contaminada química y biológicamente, con larvas de mejillón cebra), y más barata (35 céntimos puesta en destino, cuando el agua del hipotético trasvase, según estudios serios, saldría a 40-45 céntimos). Y lo más importante: agua de verdad, para siempre, llueva o no, y sin tensiones permanentes con otros españoles. No es lo mismo predicar que dar trigo, ni prometer el agua que ponerla aquí en Murcia, como ha hecho José Luis Rodríguez Zapatero.
José Ramón Jara es portavoz del PSRM-PSOE.
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