Después de cuatro meses y medio, 57 sesiones y más de 450 horas de vista oral, ayer el juicio por los atentados del 11-M quedó visto para sentencia, dejando en el banquillo a 28 acusados para los que se piden condenas de miles de años de prisión. Un proceso ejemplar por la agilidad con la que se ha desarrollado pese a su extensísimo sumario en cuyas páginas se ha intentado introducir en numerosas ocasiones la sombra de las teorías de la conspiración. Sin embargo, lo que ha quedado demostrado es el "no ha lugar" a estas teorías, descalificadas por el propio presidente del tribunal.
Ayer quedó visto para sentencia el juicio por el mayor atentado de la historia de Europa, que dejó tras de sí 192 muertos y 1841 heridos. Desde el 15 de febrero el tribunal que preside Javier Gómez Bermúdez ha escuchado más de 450 horas de declaraciones de los 28 imputados, abogados defensores, acusación y unos 300 testigos. La investigación, que recoge un total de 60 pruebas policiales, ha dado lugar a un sumario de cerca de 80.000 folios que han sido puestos en duda en numerosas ocasiones, no solo por los letrados de la defensa, sino también por algunas acusaciones, especialmente la de la AVT.
Las sombras de la conspiración
Sin embargo, pese a que la implicación de ETA ha tratado de colarse por todos los medios en el juicio, la vista oral ha descartado toda sombra de duda, desbancando una por una las teorías auspiciadas por medios de comunicación como El Mundo y la COPE. El PP, que ahora asegura que jamás dio pábulo a estos agujeros negros, también intervino en numerosas ocasiones haciéndose eco de estas vías alternativas.
Díaz de Mera
De hecho, de entre todos los testigos que han comparecido ante la sala, sólo uno ha salido imputado en este juicio: el que fuera ex director general de la Policía durante el último Gobierno de José María Aznar, Agustín Díaz de Mera. El ahora eurodiputado se enfrentó a Gómez Bermúdez al negarse a identificar a una fuente que, según decía, le habló de un informe en el que se vinculaba a ETA con el 11-M.
Tras ser sancionado por no colaborar con el Tribunal, los presuntos policías que Mera había aludido comparecieron ante la Sala y negaron la existencia del supuesto informe. Como resultado, el ex director general de la Policía tendrá que enfrentarse ahora a un procedimiento por desobediencia y acusaciones de falso testimonio y encubrimiento.
Rajoy y "la verdad"
Fuera de los juzgados de la Audiencia Nacional ubicados en la casa de campo, muchos dirigentes del PP han apoyado también estas tesis. El propio Mariano Rajoy afirmó el pasado 13 de febrero, dos días antes de que comenzase la vista oral, que no sabía si ETA había participado en la masacre, y pidió que se siguiera investigando para que “se sepa la verdad”.
“Hay cosas de las que acabamos enterándonos mucho después o de las que no acabamos enterándonos nunca”, apuntó, y pidió “que se siga investigando”, ya que no se tenían “datos suficientes para hacer una afirmación ni en uno ni en otro sentido” sobre la autoría del atentado.
Días después, cuando el tribunal citó como testigos a tres miembros de ETA a petición de uno de los abogados de la defensa, Rajoy calificó este hecho de “enorme trascendencia y relevancia”, y no tardó en recordar que esa comparecencia estaba en la línea de o que su partido había estado defendiendo durante los últimos tres años. No obstante, la testificación de los etarras se convirtió en una cadena de negaciones de estos a las preguntas que trataban de vincularles con los islamistas procesados.
El PP, ETA y el 11-M
En la misma línea, Eduardo Zaplana acusó, por ejemplo, en junio de 2005 al Gobierno de “no querer esclarecer si ETA tenía o no una realción con la trama de los explosivos de Asturias”. Ángel Acebes, tres meses de los atentados apuntaba que “mientras existan incertidumbres, lagunas, interrogantes y cosas por despejar” el PP seguiría “cumpliendo” con su “responsabilidad y obligación” de pedir explicaciones al Ejecutivo. Son solo algunos ejemplos de una larga lista de declaraciones que los líderes populares han venido haciendo desde que se cometieron los atentados en 2004.
Miles de años de cárcel
No obstante, el minucioso trabajo de la fiscalía ha ido desmontando, sesión tras sesión, todos los pilares en los que se sustentaban las teorías conspirativas sobre la masacre. A día de hoy, la Fiscalía pide 38.932 años de cárcel para los autores intelectuales del atentado, 38.950 para ,Zougam y Bouchar 38.958 para Zouhier y El Gnaoui, y la pena más alta, de 38.962 años para el ex minero José Emilio Suárez Trashorras.
Habrá que esperar a que la Sala dicte una sentencia, que se espera esté lista para el mes de octubre y que tendrá en torno a 1.000 folios, para saber si finalmente el tribunal encuentra culpables a los 28 imputados (ninguno perteneciente al entorno de ETA).
Ayer quedó visto para sentencia el juicio por el mayor atentado de la historia de Europa, que dejó tras de sí 192 muertos y 1841 heridos. Desde el 15 de febrero el tribunal que preside Javier Gómez Bermúdez ha escuchado más de 450 horas de declaraciones de los 28 imputados, abogados defensores, acusación y unos 300 testigos. La investigación, que recoge un total de 60 pruebas policiales, ha dado lugar a un sumario de cerca de 80.000 folios que han sido puestos en duda en numerosas ocasiones, no solo por los letrados de la defensa, sino también por algunas acusaciones, especialmente la de la AVT.
Las sombras de la conspiración
Sin embargo, pese a que la implicación de ETA ha tratado de colarse por todos los medios en el juicio, la vista oral ha descartado toda sombra de duda, desbancando una por una las teorías auspiciadas por medios de comunicación como El Mundo y la COPE. El PP, que ahora asegura que jamás dio pábulo a estos agujeros negros, también intervino en numerosas ocasiones haciéndose eco de estas vías alternativas.
Díaz de Mera
De hecho, de entre todos los testigos que han comparecido ante la sala, sólo uno ha salido imputado en este juicio: el que fuera ex director general de la Policía durante el último Gobierno de José María Aznar, Agustín Díaz de Mera. El ahora eurodiputado se enfrentó a Gómez Bermúdez al negarse a identificar a una fuente que, según decía, le habló de un informe en el que se vinculaba a ETA con el 11-M.
Tras ser sancionado por no colaborar con el Tribunal, los presuntos policías que Mera había aludido comparecieron ante la Sala y negaron la existencia del supuesto informe. Como resultado, el ex director general de la Policía tendrá que enfrentarse ahora a un procedimiento por desobediencia y acusaciones de falso testimonio y encubrimiento.
Rajoy y "la verdad"
Fuera de los juzgados de la Audiencia Nacional ubicados en la casa de campo, muchos dirigentes del PP han apoyado también estas tesis. El propio Mariano Rajoy afirmó el pasado 13 de febrero, dos días antes de que comenzase la vista oral, que no sabía si ETA había participado en la masacre, y pidió que se siguiera investigando para que “se sepa la verdad”.
“Hay cosas de las que acabamos enterándonos mucho después o de las que no acabamos enterándonos nunca”, apuntó, y pidió “que se siga investigando”, ya que no se tenían “datos suficientes para hacer una afirmación ni en uno ni en otro sentido” sobre la autoría del atentado.
Días después, cuando el tribunal citó como testigos a tres miembros de ETA a petición de uno de los abogados de la defensa, Rajoy calificó este hecho de “enorme trascendencia y relevancia”, y no tardó en recordar que esa comparecencia estaba en la línea de o que su partido había estado defendiendo durante los últimos tres años. No obstante, la testificación de los etarras se convirtió en una cadena de negaciones de estos a las preguntas que trataban de vincularles con los islamistas procesados.
El PP, ETA y el 11-M
En la misma línea, Eduardo Zaplana acusó, por ejemplo, en junio de 2005 al Gobierno de “no querer esclarecer si ETA tenía o no una realción con la trama de los explosivos de Asturias”. Ángel Acebes, tres meses de los atentados apuntaba que “mientras existan incertidumbres, lagunas, interrogantes y cosas por despejar” el PP seguiría “cumpliendo” con su “responsabilidad y obligación” de pedir explicaciones al Ejecutivo. Son solo algunos ejemplos de una larga lista de declaraciones que los líderes populares han venido haciendo desde que se cometieron los atentados en 2004.
Miles de años de cárcel
No obstante, el minucioso trabajo de la fiscalía ha ido desmontando, sesión tras sesión, todos los pilares en los que se sustentaban las teorías conspirativas sobre la masacre. A día de hoy, la Fiscalía pide 38.932 años de cárcel para los autores intelectuales del atentado, 38.950 para ,Zougam y Bouchar 38.958 para Zouhier y El Gnaoui, y la pena más alta, de 38.962 años para el ex minero José Emilio Suárez Trashorras.
Habrá que esperar a que la Sala dicte una sentencia, que se espera esté lista para el mes de octubre y que tendrá en torno a 1.000 folios, para saber si finalmente el tribunal encuentra culpables a los 28 imputados (ninguno perteneciente al entorno de ETA).
1 comentario:
Pero tendrán la jeta dura de decir que los jueces no saben hacer su trabajo o cosas similares. Es el recurso del pataleo. Con tal de salirse con la suya son capaces de obviar las verdades de la Justicia.
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