Los llamados anti-globalización o grupos anti-G8 han mostrado una oposición feroz no sólo en la última reunión, sino en reuniones anteriores que involucraron al G8, al Fondo Monetario Internacional (FMI), al Banco Mundial (BM), o a la Organización Mundial del Comercio (OCDE).
Los tres últimos representan las instituciones que promueven la agenda neoliberal que se basa en la minimización del déficit fiscal, políticas económicas austeras, la privatización de las industrias clave, la eliminación de aranceles, la promoción del comercio, y la apertura a los flujos financieros internacionales.
Los llamados anti-globalización o grupos anti-G8 son realmente grupos anti-pobreza. Nada más y nada menos. Representan una parte creciente de la sociedad descontenta con la dirección de las actuales políticas establecidas por la única superpotencia y sus principales aliados comerciales.
Infelices porque parece ser que la agencia internacional de la única superpotencia y sus necesidades energéticas fijan la dirección de lo que debe hacer el resto de gobiernos.
Descontenta porque el FMI y el Banco Mundial son instituciones pseudo-internacionales que representan falsamente los verdaderos intereses de los países más pobres del mundo, y teniendo su sede principal en Washinton, están más preocupadas con mantener contentos a los Estados Unidos y a sus políticos.
Pide compromiso a tus representantes políticos. Pide responsabilidad a tus representantes políticos. Y si no están a la altura, reacciona.
Esta sociedad del siglo XXI necesita ser sostenible. Y las políticas actuales establecidas por y para el interés de las naciones industrializadas y de los organismos internacionales que ellas sustentan no parecen estar en la línea de lo que una mayoría de la población mundial desea ver.
Juan Pozuelo Monfort
Los tres últimos representan las instituciones que promueven la agenda neoliberal que se basa en la minimización del déficit fiscal, políticas económicas austeras, la privatización de las industrias clave, la eliminación de aranceles, la promoción del comercio, y la apertura a los flujos financieros internacionales.
Los llamados anti-globalización o grupos anti-G8 son realmente grupos anti-pobreza. Nada más y nada menos. Representan una parte creciente de la sociedad descontenta con la dirección de las actuales políticas establecidas por la única superpotencia y sus principales aliados comerciales.
Infelices porque parece ser que la agencia internacional de la única superpotencia y sus necesidades energéticas fijan la dirección de lo que debe hacer el resto de gobiernos.
Descontenta porque el FMI y el Banco Mundial son instituciones pseudo-internacionales que representan falsamente los verdaderos intereses de los países más pobres del mundo, y teniendo su sede principal en Washinton, están más preocupadas con mantener contentos a los Estados Unidos y a sus políticos.
Pide compromiso a tus representantes políticos. Pide responsabilidad a tus representantes políticos. Y si no están a la altura, reacciona.
Esta sociedad del siglo XXI necesita ser sostenible. Y las políticas actuales establecidas por y para el interés de las naciones industrializadas y de los organismos internacionales que ellas sustentan no parecen estar en la línea de lo que una mayoría de la población mundial desea ver.
Juan Pozuelo Monfort
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