Ramón Luis Valcárcel, después de doce años de ejercicio del poder y de nuevo candidato del PP, quedó KO ante su adversario político, el secretario general del PSRM-PSOE y candidato a la presidencia de la Comunidad de Murcia, Pedro Saura, en el debate celebrado por Canal 6, la televisión regional del grupo mediático de la derecha murciana, pero sin cobertura total en la región.
Valcárcel, falto de fuelle, carente de resortes argumentales y con un agotado discurso fue noqueado por un líder socialista con garra, fuerza, vigor y, sobre todo, sabia nueva para el futuro inmediato de la región de Murcia.
Valcárcel fue arrinconado entre las cuerdas de la corrupción de su gobierno y de sus alcaldes investigados por la Fiscalía e imputados por los tribunales de justicia del que no pudo evadirse ni supo zafarse durante las dos horas de duración de un debate cara a cara, a pesar de que el moderador del programa intentó en vano vehicular el programa por temas genéricos en los que el presidente del PP regional pudiera, presumiblemente, salvar su docenal mandato e intentar revalidarlo otros cuatro años más. Si hubiera que trasladar el resultado de este debate a las urnas del próximo 27 de mayo, el PSRM-PSOE de Saura ganaría ante un PP de Valcárcel apagado, en retirada y hasta abatido.
El debate reflejó el hundimiento de un proyecto político (a esa misma hora Antena 3 proyectaba la película El hundimiento, interpretada por Bruno Ganz) al pretender agarrarse Valcárcel, como un clavo ardiendo, a un trasvase del Ebro, cuya ejecución ni tan siquiera inició el gobierno Aznar, que no aparece en el programa nacional del PP, que no es viable políticamente con el nuevo estatuto de autonomía aragonés votado por los populares de esta comunidad autónoma y del que no habla ni su presidente nacional, Mariano Rajoy, tal como evidenció el candidato socialista. Saura denunció a Valcárcel de no interesarle un Pacto del Agua en la Región de Murcia, para poder utilizar así este asunto para, teóricamente, intentar repetir la misma mentira electoral que le permitió ganar las elecciones de 2003.
Valcárcel, a la defensiva
Pero dos terceras parte del debate, a pesar de la penalidad que se apoderaba del candidato Valcárcel y la molestia que parecía causar al propio moderador del programa, al que se le quedaba en papel mojado su guión establecido, Valcárcel quedó enredado en las propias tramas de la corrupción urbanística de sus alcaldes y su gobierno, y sólo con el gong del último tramo de publicidad pudo respirar para poder llegar al último asalto. Frente a éste, estuvo un líder regional del PSOE, al que llegó a su secretaria general en 2004, correcto, fresco y sobre todo seguro, poniendo a su adversario a la defensiva a lo largo del debate.
Fue en el cierre del programa, cuando Saura ofreció lo mejor de un líder político para comunidad que necesita la savia de un proyecto político nuevo, avanzado, de cambio y optimista, frente a un Valcárcel prácticamente sin discurso que ofrecer a la ciudadanía murciana, sin tono y extinguido. Así se vio las ganas de ganar unas elecciones para trabajar por el futuro inmediato de una región por parte de un líder preparado y con fuerza para despertar esperanzas, frente a un político acorralado por su propia nulidad, carente de un discurso en el que los ciudadanos de esta región puedan ilusionarse.
Saura fue más listo, más inteligente, más vivo, más eficaz, más directo en una estrategia de la que Valcárcel no pudo ni supo escaparse, y al que se le ocurrió retrotraerse a cuando el joven candidato fue asesor del último gobierno socialista en esta región, hace más de doce años. El líder socialista se amparó de que había votado el programa AGUA del Gobierno Zapatero, a mi millones de euros de inversión para Murcia, a través del los cuales se está pagando la “deuda histórica hídrica” dejada a esta región durante los ocho años de gobierno Aznar.
Saura, en tono relajado
El debate lo inició Saura con cortesía, diciendo que “me cae bien el candidato del PP, me parece inteligente”, a lo que Valcárcel respondió que respetaba como “persona” a su oponente. Pero acto seguido saltaron los escándalos de corrupción urbanística que azotan a los ayuntamientos y al gobierno del PP, que negó Valcárcel arguyendo que la región de Murcia no se “caracteriza por un caos” en torno al ladrillo. Aún así, el presidente en funciones del gobierno regional fue también el único que durante el debate utilizó descalificaciones de grueso calibre contra su opositor a la presidencia de la comunidad, con palabras insultantes de cobardía o traición e, incluso, llegó a utilizar palabras de dudoso gusto como “grosero” o “se le ve la pluma”, frente a un Saura que, en tono relajado pero contundente, le espetó en varias ocasiones: “No le permito que diga que miento”, y señalándole al candidato del PP que “su política está agotada” y que los murcianos, que piden “un cambio con más ilusión y cabeza”, le agradecerán sus “servicios prestados”.
Saura acusó a quien ha gobernado la región durante los últimos doce años que su política urbanística ha generado una agresión al medio ambiente, una especulación sin precedentes y corrupción y “eso no es futuro”. “Es un modelo de barra libre y bajo sospecha” en la que se dan pelotazos de 75 millones de euros, como en el caso de La Zerrichera, investigado por la Fiscalía y en manos de los tribunales de justicia y que afecta directamente a altos cargos del gobierno del PP por cohecho, prevaricación y falsedad documental, entre otros presuntos delitos, y en donde han corrido los “maletines” de la mordida. Abogó el candidato socialista por un urbanismo más inteligente, bajo el ordenamiento de un planeamiento supramunicipal, señalando que el proyecto de crear 200.000 nuevas viviendas en el Mar Menor, que ya cuenta con 70.000, es una “barbaridad”, y cuestionando que este tipo de desarrollo urbanístico fuera además “rentable”.
Aunque el moderador del programa quiso traer a debate temas como el terrorismo o el paro, los candidatos de los dos principales partidos siguieron envueltos en el debate de la corrupción urbanística que azota la región. Saura recordó los diecisiete altos cargos del PP imputados por los tribunales de justicia, mientras que los socialistas no tienen ninguno, aseguró, y al entrar en otros asuntos, dijo que el gobierno de Valcárcel ha dejado a la región a la cabeza en temporalidad laboral, mayor fracaso escolar, con el menor apoyo a los mayores y la primera en especulación, mientras que el candidato popular pretendió traer el tema del agua, acompañado de la seguridad ciudadana, pero lo que hizo fue traer a debate el retranqueo de la vivienda de la familia de Saura en Torre Pacheco.
Ocho empresas de la “Saga de los Valcárcel”
El candidato socialista le respondió entonces: “No le permito que diga que yo estoy afectado por un caso de corrupción, porque yo no he votado nunca intereses particulares”, exigiéndole a continuación a Valcárcel por qué no ha explicado esa “oscura cooperativa a la que pertenece” en la Gran Vía de Murcia por la que se hizo con una vivienda de cuatrocientos metros cuadrados a precio de chollo. Pero ahí no quedó la cosa, porque Saura le encajo a Valcárcel los millones de metros cuadrados que el gobierno del PP le ha recalificado a los socios y clientes de su hermano, Carlos Valcárcel.
Subió el tono del debate porque Valcárcel dijo de Saura estar “moviéndose en su propio fango” por haber votado el retranqueo de la vivienda de su familia. A lo que el candidato socialista respondió: “Es una falsedad. Ha venido usted a mentir. Yo no voté la aprobación definitiva de 35 metros donde no hubo beneficio para mi familia. Me he querellado con un compañero suyo, porque es una calumnia”. Fue entonces cuando el debate llegó al clímax al hacer referencia a la “Saga” de los Valcárcel, de las ocho empresas inmobiliarias, sin empleados y con sedes sociales en domicilios particulares, que desde 1998 pertenecen a hermanos, cuñados y primos del que ha gobernado la comunidad murciana los últimos doce años. Saura acusó a Valcárcel: “Tiene un gobierno no decente” y “al hilo de la especulación, su familia hace pingües negocios”.
Valcárcel, que durante todo el debate sólo pudo atacar con el asunto del retranqueo y el de dos concejales socialistas condenados por acusar de un delito ecológico a un concejal del PP, respondió al candidato socialista: “Esto hay que demostrarlo y le exijo que lo haga. Si esto es así, yo me voy de la política, si no es así, usted se va de la política. Le hablo con claridad y contundencia. Quedamos emplazados”.
Saura abogó entonces porque el patrimonio de los cargos públicos aparezcan publicados en el boletín oficial y en internet y anunció que creará un Tribunal de Cuentas regional para que fiscalice todos los convenios urbanísticos. “Los convenios no pueden ser la norma. Tienen que ser la excepción y tienen que ser transparentes”, auguró. Y pidió que, “por higiene, decencia y transparencia democrática”, sean apartados todos los cargos públicos del PP imputados y afectados por casos judiciales, señalando además al alcalde de Alcantarilla, del PP, sobre el que el juez ha aceptado la petición de prisión por un presunto delito ecológico, así como la actuación de la Fiscalía Anticorrupción que investiga a todo el Ejecutivo de Valcárcel por los presuntos delitos de prevaricación y malversación de caudales públicos, por el caso de la balsa Jenny.
Valcárcel, por su parte, negó las imputaciones y señaló que la denuncia de Anticorrupción “carece de rigor”. “Este es su plato estrella. Siempre acusando, injuriando y calumniando. Es usted fácil en la mentira, incapaz de decir la verdad”. A lo que Saura respondió de nuevo de forma contundente: “No le permito que diga que miento”.
La última parte del programa estuvo dedicado a otros asuntos. Valcárcel dijo que la listas de espera en la sanidad regional estaban por debajo de la media nacional, mientras que Saura le recordó las camillas en los pasillos de los hospitales y que los ciudadanos tienen una sanidad pública de tercera, donde se desvían enfermos a la sanidad privada. También denunció que los ayuntamientos del PP entregan el suelo a los promotores para luego éstos repartir a dedo las viviendas oficiales, por lo que abogó por su transparencia. Valcárcel mostró su preocupación por la “mala imagen de la región de Murcia” y Saura le respondió: “Lo que da mala imagen es su política”, y anunció que sólo ocuparía la presidencia durante dos mandatos.
Este tipo de debates sumamente esclarecedores y necesarios ante elecciones tan importantes como las municipales y regionales que se celebran el próximo 27 de mayo deberían ser programados por la televisión autonómica puesta en funcionamiento recientemente por Valcárcel y pagada por todos los contribuyentes.
El debate reflejó el hundimiento de un proyecto político (a esa misma hora Antena 3 proyectaba la película El hundimiento, interpretada por Bruno Ganz) al pretender agarrarse Valcárcel, como un clavo ardiendo, a un trasvase del Ebro, cuya ejecución ni tan siquiera inició el gobierno Aznar, que no aparece en el programa nacional del PP, que no es viable políticamente con el nuevo estatuto de autonomía aragonés votado por los populares de esta comunidad autónoma y del que no habla ni su presidente nacional, Mariano Rajoy, tal como evidenció el candidato socialista. Saura denunció a Valcárcel de no interesarle un Pacto del Agua en la Región de Murcia, para poder utilizar así este asunto para, teóricamente, intentar repetir la misma mentira electoral que le permitió ganar las elecciones de 2003.
Valcárcel, a la defensiva
Pero dos terceras parte del debate, a pesar de la penalidad que se apoderaba del candidato Valcárcel y la molestia que parecía causar al propio moderador del programa, al que se le quedaba en papel mojado su guión establecido, Valcárcel quedó enredado en las propias tramas de la corrupción urbanística de sus alcaldes y su gobierno, y sólo con el gong del último tramo de publicidad pudo respirar para poder llegar al último asalto. Frente a éste, estuvo un líder regional del PSOE, al que llegó a su secretaria general en 2004, correcto, fresco y sobre todo seguro, poniendo a su adversario a la defensiva a lo largo del debate.
Fue en el cierre del programa, cuando Saura ofreció lo mejor de un líder político para comunidad que necesita la savia de un proyecto político nuevo, avanzado, de cambio y optimista, frente a un Valcárcel prácticamente sin discurso que ofrecer a la ciudadanía murciana, sin tono y extinguido. Así se vio las ganas de ganar unas elecciones para trabajar por el futuro inmediato de una región por parte de un líder preparado y con fuerza para despertar esperanzas, frente a un político acorralado por su propia nulidad, carente de un discurso en el que los ciudadanos de esta región puedan ilusionarse.
Saura fue más listo, más inteligente, más vivo, más eficaz, más directo en una estrategia de la que Valcárcel no pudo ni supo escaparse, y al que se le ocurrió retrotraerse a cuando el joven candidato fue asesor del último gobierno socialista en esta región, hace más de doce años. El líder socialista se amparó de que había votado el programa AGUA del Gobierno Zapatero, a mi millones de euros de inversión para Murcia, a través del los cuales se está pagando la “deuda histórica hídrica” dejada a esta región durante los ocho años de gobierno Aznar.
Saura, en tono relajado
El debate lo inició Saura con cortesía, diciendo que “me cae bien el candidato del PP, me parece inteligente”, a lo que Valcárcel respondió que respetaba como “persona” a su oponente. Pero acto seguido saltaron los escándalos de corrupción urbanística que azotan a los ayuntamientos y al gobierno del PP, que negó Valcárcel arguyendo que la región de Murcia no se “caracteriza por un caos” en torno al ladrillo. Aún así, el presidente en funciones del gobierno regional fue también el único que durante el debate utilizó descalificaciones de grueso calibre contra su opositor a la presidencia de la comunidad, con palabras insultantes de cobardía o traición e, incluso, llegó a utilizar palabras de dudoso gusto como “grosero” o “se le ve la pluma”, frente a un Saura que, en tono relajado pero contundente, le espetó en varias ocasiones: “No le permito que diga que miento”, y señalándole al candidato del PP que “su política está agotada” y que los murcianos, que piden “un cambio con más ilusión y cabeza”, le agradecerán sus “servicios prestados”.
Saura acusó a quien ha gobernado la región durante los últimos doce años que su política urbanística ha generado una agresión al medio ambiente, una especulación sin precedentes y corrupción y “eso no es futuro”. “Es un modelo de barra libre y bajo sospecha” en la que se dan pelotazos de 75 millones de euros, como en el caso de La Zerrichera, investigado por la Fiscalía y en manos de los tribunales de justicia y que afecta directamente a altos cargos del gobierno del PP por cohecho, prevaricación y falsedad documental, entre otros presuntos delitos, y en donde han corrido los “maletines” de la mordida. Abogó el candidato socialista por un urbanismo más inteligente, bajo el ordenamiento de un planeamiento supramunicipal, señalando que el proyecto de crear 200.000 nuevas viviendas en el Mar Menor, que ya cuenta con 70.000, es una “barbaridad”, y cuestionando que este tipo de desarrollo urbanístico fuera además “rentable”.
Aunque el moderador del programa quiso traer a debate temas como el terrorismo o el paro, los candidatos de los dos principales partidos siguieron envueltos en el debate de la corrupción urbanística que azota la región. Saura recordó los diecisiete altos cargos del PP imputados por los tribunales de justicia, mientras que los socialistas no tienen ninguno, aseguró, y al entrar en otros asuntos, dijo que el gobierno de Valcárcel ha dejado a la región a la cabeza en temporalidad laboral, mayor fracaso escolar, con el menor apoyo a los mayores y la primera en especulación, mientras que el candidato popular pretendió traer el tema del agua, acompañado de la seguridad ciudadana, pero lo que hizo fue traer a debate el retranqueo de la vivienda de la familia de Saura en Torre Pacheco.
Ocho empresas de la “Saga de los Valcárcel”
El candidato socialista le respondió entonces: “No le permito que diga que yo estoy afectado por un caso de corrupción, porque yo no he votado nunca intereses particulares”, exigiéndole a continuación a Valcárcel por qué no ha explicado esa “oscura cooperativa a la que pertenece” en la Gran Vía de Murcia por la que se hizo con una vivienda de cuatrocientos metros cuadrados a precio de chollo. Pero ahí no quedó la cosa, porque Saura le encajo a Valcárcel los millones de metros cuadrados que el gobierno del PP le ha recalificado a los socios y clientes de su hermano, Carlos Valcárcel.
Subió el tono del debate porque Valcárcel dijo de Saura estar “moviéndose en su propio fango” por haber votado el retranqueo de la vivienda de su familia. A lo que el candidato socialista respondió: “Es una falsedad. Ha venido usted a mentir. Yo no voté la aprobación definitiva de 35 metros donde no hubo beneficio para mi familia. Me he querellado con un compañero suyo, porque es una calumnia”. Fue entonces cuando el debate llegó al clímax al hacer referencia a la “Saga” de los Valcárcel, de las ocho empresas inmobiliarias, sin empleados y con sedes sociales en domicilios particulares, que desde 1998 pertenecen a hermanos, cuñados y primos del que ha gobernado la comunidad murciana los últimos doce años. Saura acusó a Valcárcel: “Tiene un gobierno no decente” y “al hilo de la especulación, su familia hace pingües negocios”.
Valcárcel, que durante todo el debate sólo pudo atacar con el asunto del retranqueo y el de dos concejales socialistas condenados por acusar de un delito ecológico a un concejal del PP, respondió al candidato socialista: “Esto hay que demostrarlo y le exijo que lo haga. Si esto es así, yo me voy de la política, si no es así, usted se va de la política. Le hablo con claridad y contundencia. Quedamos emplazados”.
Saura abogó entonces porque el patrimonio de los cargos públicos aparezcan publicados en el boletín oficial y en internet y anunció que creará un Tribunal de Cuentas regional para que fiscalice todos los convenios urbanísticos. “Los convenios no pueden ser la norma. Tienen que ser la excepción y tienen que ser transparentes”, auguró. Y pidió que, “por higiene, decencia y transparencia democrática”, sean apartados todos los cargos públicos del PP imputados y afectados por casos judiciales, señalando además al alcalde de Alcantarilla, del PP, sobre el que el juez ha aceptado la petición de prisión por un presunto delito ecológico, así como la actuación de la Fiscalía Anticorrupción que investiga a todo el Ejecutivo de Valcárcel por los presuntos delitos de prevaricación y malversación de caudales públicos, por el caso de la balsa Jenny.
Valcárcel, por su parte, negó las imputaciones y señaló que la denuncia de Anticorrupción “carece de rigor”. “Este es su plato estrella. Siempre acusando, injuriando y calumniando. Es usted fácil en la mentira, incapaz de decir la verdad”. A lo que Saura respondió de nuevo de forma contundente: “No le permito que diga que miento”.
La última parte del programa estuvo dedicado a otros asuntos. Valcárcel dijo que la listas de espera en la sanidad regional estaban por debajo de la media nacional, mientras que Saura le recordó las camillas en los pasillos de los hospitales y que los ciudadanos tienen una sanidad pública de tercera, donde se desvían enfermos a la sanidad privada. También denunció que los ayuntamientos del PP entregan el suelo a los promotores para luego éstos repartir a dedo las viviendas oficiales, por lo que abogó por su transparencia. Valcárcel mostró su preocupación por la “mala imagen de la región de Murcia” y Saura le respondió: “Lo que da mala imagen es su política”, y anunció que sólo ocuparía la presidencia durante dos mandatos.
Este tipo de debates sumamente esclarecedores y necesarios ante elecciones tan importantes como las municipales y regionales que se celebran el próximo 27 de mayo deberían ser programados por la televisión autonómica puesta en funcionamiento recientemente por Valcárcel y pagada por todos los contribuyentes.
F.M. MARTÍNEZ / VEGAMEDIAPRESS
1 comentario:
El cambio en Murcia está cerca, ánimo.
Saludos.
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