14 de febrero de 2007

Los privilegios de De Juana con el PP

Cuando el PP gobernaba, el etarra Juan Ignacio de Juana Chaos, provocó incidentes similares por los que ha sido condenado a tres años de cárcel por el Tribunal Supremo, sin que ninguna autoridad tomara cartas en el asunto. En el año 1998, tras el asesinato del concejal del PP Jiménez Becerril, De Juana mostró sin tapujos su satisfacción y celebró el asesinato del portavoz de UPN en Pamplona Tomás Caballero con champán y langostinos. Un año después, el Gobierno de Aznar decidió su traslado de la prisión de Melilla a la de Puerto de Santa María y posteriormente al centro de Botafuegos en Algeciras, donde los funcionarios denunciaron trato de favor y privilegios por parte del entonces director de esa prisión, Manuel Palenzuela, quien se convirtió después en el candidato del PP a la alcaldía de Algeciras.
Las denuncias de los funcionarios del Centro Penitenciario de Algeciras corresponden fundamentalmente al periodo entre 2000 y 2003, en el que la dirección del centro gaditano estaba en manos de Manuel Palenzuela. Dichos funcionarios aseguraron que los etarras presos recibían sistemáticamente permisos para mayor número de contactos personales (vis a vis) y telefónicos, y que en muchas ocasiones se desplazaban a módulos en los que no se habían instalado los dispositivos para controlar sus comunicaciones.

Privilegios con Aznar
En el caso de De Juana Chaos, denunciaron que las facilidades eran evidentes. Además de las comunicaciones llamadas de convivencia (vis a vis) a las que tenían derecho, él y su compañera también recibían permiso para las de tipo familiar, reservadas exclusivamente a parejas con hijos. Además, se les permitía acumular el tiempo de ambas comunicaciones, algo que tampoco está permitido.

“Sonrisas” por el asesinato de Jiménez Becerril
De Juana
se benefició de estos privilegios después de que en 1998, desde la cárcel de Melilla, el etarra celebrara el asesinato del concejal del PP, Alberto Jiménez Becerril y su esposa Ascensión García Ortíz, con estas palabras: “Sus lloros son nuestras sonrisas y terminaremos a carcajada limpia”. En una carta intervenida, dirigida a una amiga, afirmó también que “con esta ekintza (acción) ya he comido yo para todo el mes” y amenazó con nuevas acciones, pese a estar en prisión, más duras todavía.

Champán por el asesinato de Tomás Caballero
Poco después, en mayo de 1998, De Juana solicitó por escrito al subdirector de la prisión de Melilla una botella de champán francés, una tarta y un kilo de langostinos para celebrar «la jubilación forzosa del franquista antivasco Tomás Caballero», en referencia al asesinato a tiros del portavoz municipal de UPN en Pamplona, el día anterior.

Traslados de presos
El 18 de diciembre de 1998 el Gobierno autorizó el traslado de 21 presos de ETA que estaban encarcelados en prisiones de Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla, a distintos centros penitenciarios de la Península. De Juana fue trasladado desde la prisión de Melilla a la prisión del Puerto de Santa María en Cádiz y posteriormente al centro de Botafuegos en Algeciras. El entonces director de esa prisión, Manuel Palenzuela, acusado de trato de favor a De Juana, es ahora portavoz del PP en Algeciras.

Rebaja del TS
Con la ley en la mano, de Juana tenía que estar ya en libertad desde hace más de un año, como salieron otros terroristas igual de sangrientos. Para evitarlo, la Audiencia Nacional le imputó un delito de amenazas terroristas, por dos artículos publicados en Gara en diciembre de 2004, en los que decía: “Sacad vuestras sucias manos de Euskal Herria o el futuro terminará demostrando que os quedasteis sin ellas”. El Tribunal Supremo rebajó el lunes la sentencia de la Audiencia Nacional, y dejó la pena de 12 años y 7 meses en tres años de prisión, al apreciar un delito de amenazas genéricas, no terroristas, y enaltecimiento del terrorismo.

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