¿Se acuerdan ustedes de cuando a alguna mente preclara -y cuadrada- se le ocurrió organizar un boicot navideño al cava catalán? ( Y si así se las gastan en fechas de Paz y Amor, qué no harán en el aniversario del Alzamiento) En El Mundo ofrecían una exhaustiva lista de todos los productos de fabricación catalana que uno podía enconmtrar en el supermercado. Ya me imagino a las señoras de los visones yendo al Carrefour con dos listas: una, la de la compra, la otra la de las marcas prohibidas.
Pues me parece que aquellos del boicot no se habían leído el Estatut, porque no veo yo grandes diferencias entre el Estatuto catalán y el andaluz, excepto en que unos dicen “nación” y los otros “identidad nacional histórica”, y a nadie se le ocurrió boicotear la compra de los polvorones de La Estepa. Cada vez que voy a un estreno de una película o una obra de teatro catalana en Madrid me soprende lo vacío que está el patio de butacas. ¿Habrá boicot también al cine y al teatro catalanes?, me preguntó. ¿Y tendrá ese vacío algo que ver con el hecho de que una excelente película como Salvador solo se haya llevado un Goya? ¿O con la injusticia carnicera de que un soberbio trabajo de contención interpretativa como el que hacía Eduard Fernandez en “Ficción” de Cesc Gay no haya merecido una nominación ?
No sé, a lo peor m´estic tornant paranoica.
(Publicado el pasado lunes en la última página del diario ADN)
3 comentarios:
A los catalanes toda esta movida nos parece increible. Esto del boicot no creo que sea un ejercicio supremo de inteligencia, más bien lo contrario.
Muy agradable tu blog.
Gracias y bienvenido!
Algunos no catalanes estamos muy de acuerdo con las impresiones de los catalanes.
En mi caso tengo un poco de sangre catalana, pero hablo por el resto. Sé a quién represento en cada momento, no como otros.
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