Unas 5.000 personas asistieron ayer a la manifestación de Murcia contra el terrorismo. El PP marchó por separado con su propia pancarta y el PSOE e IU lo hicieron con los sindicatos.
La Región de Murcia demostró ayer que todos los partidos políticos pueden manifestarse juntos contra el terrorismo de ETA. Juntos, pero guardando las distancias. Unas 5.000 personas, según el cálculo de La Verdad (4.500 para la Policía Local y 15.000 para los convocantes), se sumaron a la manifestación de protesta por el último atentado etarra que recorrió el centro de Murcia y que transcurrió en su mayor parte en silencio y sin incidentes.
La Región de Murcia demostró ayer que todos los partidos políticos pueden manifestarse juntos contra el terrorismo de ETA. Juntos, pero guardando las distancias. Unas 5.000 personas, según el cálculo de La Verdad (4.500 para la Policía Local y 15.000 para los convocantes), se sumaron a la manifestación de protesta por el último atentado etarra que recorrió el centro de Murcia y que transcurrió en su mayor parte en silencio y sin incidentes.
Dada la libertad que concedieron los convocantes, los asistentes se ubicaron detrás de cada pancarta según su afinidad, lo que hizo que la manifestación se estructurara en varias secciones separadas entre sí por una decena de metros. A la cabeza figuraban los convocantes, el Foro Social de Murcia y la Asociación de Inmigrantes Inti Raymi, con una pancarta en la que se leía «Murcia, por la paz y contra el terrorismo». Por encina de la primera línea de manifestantes sobresalía una bandera de Ecuador que ondeaba un inmigrante. En segundo lugar marchó el grupo más nutrido. Lo lideraban los sindicatos UGT y CC OO, y junto a ellos marcharon el PSOE e IU. Los principales dirigentes de estas organizaciones sujetaban la pancarta: «Por la paz, la libertad y contra el terrorismo». A continuación marchó el PP por su propio lema: «Por la libertad y contra el terrorismo». El alcalde de Murcia y secretario general del PP murciano, Miguel Ángel Cámara, comandaba la representación popular, a la que sólo se sumó un miembro del Gobierno regional, el consejero de Educación, Juan Ramón Medina Precioso.
Un grupo de mujeres del PP, concejales y diputadas varias de ellas, caminaron con las banderas de Bolivia, Ecuador, Colombia, Cuba y Perú desplegadas. La cuarta pancarta la firmaba el movimiento vecinal y repetía el mismo mensaje que la de los convocantes. Una quinta pancarta, portada por militantes y simpatizantes del PSOE, provocó al comienzo de la manifestación cierta polémica entre el PP y los organizadores. «Todos con Zapatero contra ETA» rezaba la pancarta y el intento de colocarla tras la de los sindicatos motivó las quejas del PP, que habían acordado que irían en tercer lugar. Al final fue desplazada tras la del movimiento vecinal. Por último, un pequeño grupo de integrantes del Consejo de la Juventud desfiló con su propia pancarta: «Jóvenes por la paz y contra el terrorismo». A penas se oyeron gritos durante la marcha, y los más coreados fueron los de «¡ETA no!», «¡ETA asesinos!». Los seguidores del PSOE y el PP, que siempre mantuvieron las distancias, protagonizaron algún pique verbal e intercambiaron gritos a favor y en contra de Zapatero.
La manifestación salió de la plaza Circular sobre las 18.00 horas y concluyó en el Jardín Floridablanca cerca de las 20.00 horas. En el acto final, y después de guardar dos minutos de silencio, el presidente de Inti Raymi, Luis Ochoa, expresó su esperanza de que «el terrorismo sea vencido por la unión de todos sin distinción de razas ni nacionalidades».El manifiesto de la marcha, leído por María Ros, del Foro Social, se refirió a la «burla sangrienta que supone hablar de opresión» en la actual sociedad vasca, y apeló a los presentes a «lanzar todos unidos un grito de rabia y hastío, pero al mismo tiempo sereno, comprometido y solidario».
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