
Desde su tramitación parlamentaria, la ley ha generado una agria polémica entre quienes defendían el derecho a elegir fumar, acusando a la norma de intervencionista, y quienes ponían por delante de cualquier falso libre albedrío -la nicotina causa una severa adicción- la defensa de los que habiendo decidido no fumar se veían obligados a hacerlo por mor del humo ajeno.
La salud es un derecho recogido en la Constitución Española y los estudios sobre los riesgos de las 50 sustancias cancerígenas del humo ambiental no admiten matización alguna. Es por ello que frente a la normativa de Sanidad -que sigue la tendencia dominante en los países desarrollados- sólo quepa apelar a una inmediata coordinación entre las Administraciones para evitar que una ley bienintencionada en esencia se malogre por discrepancias relativas a plazos de aplicación, flexibilización de algunos aspectos normativos o repercusión en determinados sectores empresariales. Cuestiones realmente menores frente a la salud de todos.
laverdad.es
1 comentario:
Creo que falta un poco de rigor en la aplicación de la ley. No ha acabado de cuajar y es una pena, porque la intenciones parecían buenas.
Saludos desde Andalucía.
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