El inmediato ataque dialéctico del PP al Gobierno tras la ruptura de la tregua con la banda terrorista ETA -motivada por el atentado de Barajas- refleja enormes diferencias con respecto a la conducta que la oposición socialista mantuviera con el PP a la conclusión de la tregua gestionada por Aznar en 1999.
El diario El País, en su edición de ayer, realizaba un análisis comparativo del comportamiento de la oposición al romperse las treguas con la organización terrorista ETA, que tuvieron lugar, respectivamente, durante 1999 y 2006. Este estudio muestra unas diferencias ciertamente preocupantes, y deja, a todas luces, la reacción del PP como desmedida con respecto a la que protagonizaron los socialistas dos legislaturas atrás. Unidos contra el PSOE
El diario El País, en su edición de ayer, realizaba un análisis comparativo del comportamiento de la oposición al romperse las treguas con la organización terrorista ETA, que tuvieron lugar, respectivamente, durante 1999 y 2006. Este estudio muestra unas diferencias ciertamente preocupantes, y deja, a todas luces, la reacción del PP como desmedida con respecto a la que protagonizaron los socialistas dos legislaturas atrás. Unidos contra el PSOE
Mariano Rajoy reaccionó con virulencia al discurso de Zapatero tras el atentado -en el que éste suspendía todo contacto con la banda-, al declarar que "ningún país civilizado de nuestro entorno daría una respuesta como la dada por Zapatero a los terroristas". Al tren de la acusación y la crítica sin ambages se subieron hasta los cargos más moderados del PP, como Gallardón o Javier Arenas. La unidad, por tanto, sólo tuvo lugar en el seno de la oposición conservadora, y esta sucedió para cargar contra el Ejecutivo.
Fue ETA
La crítica y la obcecada oposición y acusación al Gobierno llevaron al punto de que los autores del crimen podían llegar a pasar desapercibidos. Tuvo que ser el secretario de organización del PSOE, José Blanco, quien recordara a la derecha los autores del atentado: "Echamos en falta que el PP no culpabilice a ETA de lo sucedido y dirija su mirada al Gobierno".
La oposición, en el 99
La unidad de la derecha frente al PSOE quedaba más que de manifiesto. Pero quizá tanto Rajoy como Arenas y Gallardón, entre otros, olvidan lo que hace siete años sucediera con el fracaso de la tregua gestionada por el ahora intocable José María Aznar. Por entonces, el PSOE figuraba en la oposición, con Joaquín Almunia como secretario general. Por entonces, la lectura por parte de Aznar de una declaración institucional muy parecida a la que hiciera pública Zapatero el sábado no concitaría las iras y reacciones de la oposición y sus grupos afines. Almunia evitó cuidadosamente culpar al Gobierno del fracaso de la tregua y eludió todo tipo de reproches: "Es el momento de estar unidos y no caer en los reproches ni en la desesperanza".
Unidad
Además de estas conciliadoras declaraciones, Almunia invitó a Aznar y al lehendakari Juan José Ibarretxe a movilizar a la sociedad española "por la paz y por la vida con el apoyo de los demás partidos". Almunia intentó entonces evitar lo que precisamente ha hecho la oposición en la actual situación: "buscar responsables donde no los hay". Y es que entonces el único enemigo era ETA.
La AVT, tranquila
La unión en el pasado contrasta con la feroz oposición de la derecha hoy día. No hubo ninguna manifestación de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, cuyo portavoz de entonces, Juan Antonio Corredor, señaló que "el Gobierno ha hecho lo que tenía que hacer. Los que han quedado completamente descubiertos son los pactos con ETA del mundo nacionalista". Del Alcaraz, que hoy se alza desafiante contra el Gobierno, nada se sabía por entonces. Ninguna movilización pidió la dimisión del presidente que, en aquella ocasión, había dado mucho más a los terroristas que el Gobierno socialista en la presente tregua.La posibilidad de futuros contactos, en caso de que ETA renunciara a la violencia no es exclusiva del presente: en el pasado también esta puerta quedaba abierta, como expresaba Jaime Mayor Oreja, al afirmar que "si ETA continúa cometiendo atentados, las exigencias a la sociedad serán más duras".
El análisis refleja un sesgo político notorio por parte del PP en la presente situación. Una tarea de oposición que debería ser dirigida a reunir las fuerzas suficientes para acabar con la lacra del terrorismo y no para cargar contra el legítimo Gobierno. Las distintas reacciones de la oposición nos llevan a preguntarnos en qué ha cambiado la situación o, más allá, cuáles son los nuevos objetivos de la derecha ante los presentes acontecimientos.
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