4 de noviembre de 2006

Comunidad Autónoma de la "Resort" de Murcia

Trampolín Hills, Hacienda el Álamo, Nature Caravaca de la Cruz, Resort Tres Molinos, Residencial Santa Ana del Monte, Ciudad del Sol Golf & Resort o Condado de Alhama son algunos de los macroproyectos de urbanizaciones residenciales que ya han puesto en venta viviendas en nuestra región.
En los próximos años más de cuarenta y cinco urbanizaciones residenciales con campo de golf inundarán el territorio regional, a las que hay que añadir las que no lo incorporan, los nuevos residenciales que masifican la costa murciana y las que aún están por proyectar.
Según los datos de las propias promotoras, la superficie media de estas mini-ciudades ronda las 350 Has., e incorporan una media de 3.700 viviendas. Teniendo en cuenta que ya están proyectadas más de cuarenta y cinco, en un corto periodo de tiempo, solamente en urbanizaciones asociadas al golf, se crearán en Murcia más de 165.000 nuevas viviendas, en su mayoría unifamiliares, con capacidad de albergar más de 500.000 residentes. Esto supondría un incremento superior al 35% sobre la población actual. Pero como ya hemos indicado antes, este incremento se refiere únicamente a residenciales asociados a campos de golf. Analizando la trayectoria del parque de viviendas de la Región (datos del Ministerio de Vivienda) vemos que éste crece a un ritmo desproporcionado. De continuar esta tendencia en tan sólo 12 años se duplicará el número de viviendas actual, y en 20 años se triplicará. Crecemos (a lo ancho) siguiendo un modelo exponencial y a una celeridad 3,5 veces mayor que la del conjunto de España, aun siendo nuestro país uno de los que experimentan mayor crecimiento urbanístico de Europa.No hace falta decir que esta tendencia no es sostenible bajo ningún punto de vista. ¿Cuánto tiempo vamos a poder seguir creciendo así? ¿Qué va a pasar con los puestos de trabajo, empresas y negocios que se han creado a raíz de este boom urbanístico cuando explote la burbuja?La impunidad y ausencia de respeto por el medio ambiente de la que hacen gala los artífices de esta barbaridad es pasmosa. Gran parte de los nuevos desarrollos residenciales, en especial los que siguen el modelo resort, golf resort o golf & beach resort, se sitúan junto a, o dentro de, espacios naturales protegidos, y cínicamente los utilizan como un reclamo más, con eslóganes tan atractivos como «su casa dentro de una Reserva Natural», «en primera línea de playa» o «en plena naturaleza, viviendas muy urbanas». Espacios tan emblemáticos de la Región de Murcia como el Valle de Ricote (próximo enclave del residencial Spa Valley II), el Parque Regional de Carrascoy (con Frondoso Valley), el Sabinar de Moratalla (con Residencial Albar) o el Parque Regional de Cabo Cope-Calnegre (con la Actuación de Interés Regional de Marina de Cope) se han convertido en terrenos urbanizables o urbanizados, y en jardines y áreas de recreo de estos residenciales. Se trata pues de un ataque masivo al territorio murciano, con armas muy poco inteligentes y con demasiados daños colaterales, llevado a cabo por promotores con muy pocos escrúpulos y administraciones públicas demasiado permisivas o con intereses ocultos.bY muchos son los que todavía comulgan con estas ruedas de molino: que si este crecimiento es bueno para todos; que si es sostenible; que si es necesario hacer ciertos sacrificios medioambientales para obtener mayor calidad de vida. Pero ¿cómo es posible que, gozando el mercado inmobiliario de tan buena salud, los murcianos tengamos que hipotecarnos cada vez más para poder adquirir una vivienda, y que los precios se hayan disparado así en los últimos años? Nuestro Gobierno parece no percatarse de esta situación, ya que Murcia ha pasado de ser la segunda comunidad de España en construcción de vivienda protegida en 2000, con un 30% sobre el total, a ser la tercera por la cola en 2005, con sólo un 5%, superando únicamente a Cantabria y a Melilla. A los responsables de esta situación les decimos que la historia no olvida: ustedes serán recordados como aquellos que se llenaron los bolsillos a costa de vender nuestra tierra, nuestro patrimonio natural y de hipotecar nuestra calidad de vida. Están dando un espectáculo lamentable de corrupción, codicia y despotismo, y tarde o temprano deberán dar cuentas de ello.
José Robles López es periodista y Davis Saura López e Ignacio Soto Molina, estudiantes de Ciencias Ambientales.

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