El
dictador argentino Jorge Videla ha sido condenado por la justicia de
su pais a 50 años de cárcel por un delito de lesa humanidad por la
práctica sistemática y generalizada de sustracción, retención y
ocultamiento de menores de 10 años que formaba parte de un plan de
aniquilamiento contra parte de la población.
Junto
a Videla se han sentado en el banquillo el ex dictador Reynaldo
Bignone, condenado a 15 años, Antonio Vañek, ex-almirante,
condenado a 40 años, el ex-capitán de fragata Jorge Eduardo Acosta,
sentenciado a 30, y el exgeneral Omar Riveros, a 20
años.
Una
gran noticia para la justicia, para los derechos humanos y para las
víctimas. Cierto es que la cárcel no restituirá el daño causado
pero ojala este siniestro personaje, sin alma, y sus acompañantes, se pudran en la cárcel
por el resto de sus días.
Tener
conocimiento de noticias así no hacen más que suscitar sana
envidia. En nuestro país “nuestro” dictador -muerto en la cama-
y sus secuaces, siguen recibiendo homenajes en forma de calles y
plazas en nuestras ciudades y pueblos, nuestros campos llenos de
fosas comunes y jueces como Baltasar Garzón, que quisieron investigar los
crímenes del franquismo, apartados de la carrera judicial.
Es
increíble, parece una cruel pesadilla si no fuera porque es la
triste, dura e injusta realidad digna de una mala república
bananera.
Seguimos
y seguiremos recibiendo ejemplos desde fuera mientras nos las damos
de país avanzado y moderno, incapaz de hacer justicia ni de abrir
un solo proceso que restituya la dignidad de los represaliados,
fallecidos en cárceles o fusilados y de sus familiares y/o
descendientes.
¡País!
¡Qué país!
Mapa de fosas comunes en España
1 comentario:
AL menos con uno se hizo justicia en mi país ahí no fue así.
Publicar un comentario