Días apasionantes...

Llegan días trepidantes, días en los que faltan las horas y en los que los diferentes partidos políticos como organización y los candidatos y candidatas intentan hacer ver y convencer a los ciudadanos que su opción, la que ellos y ellas defienden, es la mejor o quizá la menos mala. No se entienda esta última frase mía como algo negativo, es cierto que a veces los políticos o los partidos hablan más de los “malos” que son los otros que de las virtudes propias. En lo que yo llamo “campaña en positivo”: Hablo de los beneficios de votar la opción que defiendo o sensu contrario “campaña en negativo”: Hablo de los males que nos traerá cual Apocalipsis votar a otra opción que no sea la nuestra. Personalmente, y evidentemente es solo mi opinión, es más enriquecedor convencer o intentarlo de los beneficios que mi opción traerá a  mis vecinos. A los que me voten y a los que no.

Jornadas apasionantes, con cruces de acusaciones, reproches, discursos, intervenciones, coches con megafonía que se cruzan por las calles, buzoneos y reparto de candidaturas, cuasi puerta a puerta.

El 22 por la noche unos estarán más contentos que otros, aunque al final todos suelen estar satisfechos: El que gana porque gana, el que pierde porque quizá ha perdido por menos de lo que esperaba, en fin, algo ya “tradicional” en nuestra ya asentada democracia.

Razonemos nuestro voto. Y sobre todo vayamos en masa a votar. No debemos olvidar que el poder está en las manos de todos los ciudadanos, nosotros “ponemos y quitamos rey” y debemos obligarnos a acudir a las urnas a ejercer un derecho que se nos “robó” durante más de cuarenta años.

Yo iré, si ninguna desgracia me lo impide, a las urnas. Participemos todos, como debemos hacerlo: Votando.