A vueltas con el agua

Valcárcel pide a la ministra que «deje de deshojar la margarita» de Valdecasas (La Verdad. 22 de mayo 2009).

Queridos niños: Cuando seáis mayores, aprendáis a leer correctamente y tengáis oportunidad de repasar lo que se ha escrito sobre Murcia y el agua en la última década, y lo que te rondaré morena, vosotros mismos podréis comprobar la utilización torticera que se ha hecho del tema, usándolo como arma política engañosa para arrancar votos y para tapar alguna que otra vergüenza que en esta Región tenemos y que, esperemos, haya sido superada cuando os llegue el momento de incorporaros al mundo de los adultos.

Nadie discute que en Murcia, en la cuenca del Segura, hay un déficit hídrico que necesitamos cubrir con aportaciones externas, como así está ocurriendo hasta el momento. Pero es una falacia que una fuerza política se arrogue la exclusividad del interés por resolver este problema, que, hoy por hoy, está resuelto, y que haga aparecer a otras como fuerzas políticas taimadamente perversas que nos niegan la solución de este problema murciano, mejor dicho del Levante español, utilizando tal debate para evitar que se hable de algunas carencias preocupantes que arrastramos.

Necesitamos aportaciones externas de agua, pero a los socialistas nos gustaría que se hiciera mediante un acuerdo nacional, como el que proponemos en nuestro manifiesto electoral para las elecciones europeas; con el agua, factor que limitará las posibilidades de crecimiento futuras más que ningún otro recurso, no se deben gastar bromas. Lo dijimos cuando un ministro llamado Borrell, presentó un Plan Hidrológico que derribó el PP y que no quisimos poner en marcha por falta de acuerdo, y cuando el PP desde el Gobierno presentó el suyo seguimos pidiendo acuerdos y consensos, y ahora lo incorporamos a nuestras propuestas electorales. Lo que ocurre es que la derecha intuyó, y con razón, que al menos en Murcia el guirigay podía ser un arma electoral decisiva, y se ha dedicado a ello con verdadera fruición.

Ningún Gobierno, sea del color que sea, dejará a Murcia sin los caudales necesarios para su desarrollo armónico, compatibilizando nuestros intereses con los de los ciudadanos de las cuencas cedentes. Y eso es tan palmario y tan obvio que darle vueltas permanentemente al mismo zompo no se puede interpretar más que un intento, exitoso para algunos, de utilizar el agua como arma electoral a falta de otras propuestas más edificantes y como tapadera para que no hablemos de aquellos aspectos en los que de verdad nos jugamos el futuro en Murcia, tales como la investigación, el medio ambiente, la sociedad del conocimiento, la innovación, las nuevas tecnologías... y toda la panoplia de temas en los que vamos más que retrasados respecto al resto de comunidades autónomas españolas.

Para mayor disparate, nuestro presidente le dice a la ministra que ponga énfasis, y que airee a los cuatro vientos, si está contemplando alguna otra solución para prevenir el futuro, en un tema en el que, como todos sabemos, la discreción y la prudencia, por ser tema de especial sensibilidad, es un factor clave del éxito. Da la impresión de que anda buscando el fracaso de cualquier solución que venga de la mano de ZP, pensando no en el futuro de los murcianos sino en réditos electorales, tal y como han ido haciendo hasta el momento. Ya os lo dije una vez y os lo repito: huid de los políticos populistas que son capaces de sacrificar futuro en aras de puñados de votos, por muchos puñados que sean.

¿Habéis aprendido a nadar? El domingo nos bañamos juntos en la casa nueva de vuestros padres.


Enrique Amat