Hay veces, por no decir que muchas, que les damos vueltas y vueltas a las cosas. Que si dimes y diretes, que si tú más... que si esto y que si lo otro...Ahora, sin ir más lejos hay una polémica bastante importante por la cuantía y por el personaje relacionada con unos trajes que "supuestamente" fueron regalados a Camps, donde el ya famosos sastre dice una cosa y el aludido Camps dice otra. Y digo que a veces estas polémicas se acabarían pronto si el Sr. Camps sacara las facturas de todos sus estupendos y maravillosos trajes..... y polémica zanjada ¿A qué es fácil? Pues debe ser MUY dificil porque de momento ¡No sabemos quien ha comprado o pagados esos ya famosos trajes!
Desde luego la publicidad que se le está dando a las dos marcas presuntamente favoritas de Camps es impagable ¡Se habla a todas horas y en todos los medios de ellas! Enhorabuena.
¡¡VAYA!! Parece que yo ayer no iba muy desencaminado al escribir este post porque al hacer hoy mi habitual "ronda" por los distintos medios informativos on-line me encuentro con esto: EL PP INSINÚA QUE CAMPS NO TIENE FACTURAS Y EXIGE A LA TIENDA DE ROPA QUE LAS BUSQUE, traducido, un Sr. que es Presidente de una Comunidad Autónoma tiene el armario lleno de trajes y resulta que "el buen hombre" no tiene facturas.... ¡Qué cosas!
2 comentarios:
De verdad crees que un Presidente de una Comunidad Autónoma se deja corromper o sobornar por 12.000 euros? Con ese dinero puedes hacer como la UGT en Avilés e invitar a Garzón a dar una conferencia a 100 personas. Eso sí para la comida de 3000 euros lo mismo tienes que recurrir al dinero de las subvenciones sindicales.
No creo que puedas corromper a un Presidente de una Comunidad Autónoma por 12.000 euros, cuando tienen dinero a espuertas para representación. Si hasta los ex-ministros tienen pensiones, pobrecitos míos. Por 12.000 euros puedes hacer como la UGT en Avilés e invitar a Garzón a dar conferencia a 100 personas. Para los 3000 euros que costó la comida habrá que pedirle a los obreros de Avilés que hagan otro esfuerzo, que seguro que lo más importante en Avilés, na menos, era oir al juez.
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