La presencia de españoles entre las miles de personas que gaseó el Ejército nazi durante la Segunda Guerra Mundial es un episodio de la Historia de España que apenas conoce un grupo selecto de historiadores. Tanto es así que incluso la mayoría de los descendientes de esos más de 7.000 españoles apenas ha tenido claro a lo largo de su vida dónde y cómo fallecieron sus ascendientes. Para acabar con este vacío, la Asociación de Amigos de los Caídos por la Libertad de la Región de Murcia ha hecho público el listado completo de los 233 soldados de la República española de los que se tiene constancia que fueron apresados tras su lucha contra la Alemania nazi, y posteriormente trasladados a los campos de concentración del Tercer Reich de Adolf Hitler, en dónde fueron fusilados o gaseados junto a millones de personas de etnia gitana o de religión judía.
El presidente de la asociación en la Región, Floren Dimas Balsalobre, que considera un acto de justicia el reconocimiento a este colectivo de españoles, reconoce la dificultad para obtener una información fiel. "Es normal que datos como los nombres de los fusilados o gaseados en el nazismo, que se guardaban en papeles independientes, no sean del todo exactos, como por ejemplo es el caso del apellido Abellian, que podría ser realmente Abellán. Pero estos datos los han confirmado los responsables de los campos de concentración de Sachsenhausen, Flössenburg, Mauthausen y Gusen; y el propio Gobierno austriaco, país en el que estaban ubicados todos los campos en los que exterminaron a los militares españoles".
Pero Dimas Balsalobre considera que merece la pena el esfuerzo, pues el Estado francés asigna una pensión de 6.000 euros a los descendientes de las personas que fueron deportadas a los campos de concentración procedentes de Francia. "Y nosotros nos ofrecemos a gestionar la indemnización francesa. Que se pongan en contacto con nosotros y haremos el resto".
Pero el interés de esta asociación trasciende el interés económico, y Floren Dimas recuerda que gracias a un ex concejal de IU en Molina de Segura, un hijo de uno de esos españoles ejecutados, el murciano Rafael Ortiz, afincado en Badalona, se ha podido reencontrar con la figura de su padre, Ángel, "pues durante toda su vida había pensado que lo había abandonado siendo niño y que voluntariamente decidió no volver por él. Incluso había escuchado rumores que ubicaban a su padre en Francia donde se habría vuelto a casar y fundado otra familia". Nada de eso era verdad, lo cierto era que su padre, Rafael Ortiz, había perdido la vida en un campo de exterminio, seguro que con su mujer e hijos en la cabeza y en el corazón.
laopinion.es
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