11 de octubre de 2008

Rajoy pillado in fraganti: "Mañana tengo el coñazo del desfile"

Los micrófonos han jugado una mala pasada al presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy. "Mañana tengo el coñazo del desfile. Menudo plan apasionante", ha dicho Mariano Rajoy a modo de confidencia a Javier Arenas durante la clausura de la en la XIII Interparlamentaria del PP que se celebra en La Coruña, cuando se creía lejos del foco de los micrófonos.

El presidente del Partido Popular asistirá mañana al tradicional desfile del 12 de octubre, Día de la Fiesta Nacional, que será presidido por los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía.

Se da la circunstancia de que Rajoy pidió el año pasado , con motivo de esta festividad, que los ciudadanos "manifiesten con franqueza" su orgullo de ser españoles y hagan "algún gesto que muestre lo que guardan en su corazón".

RAJOY YA HA HECHO "ESE GESTO" QUE ÉL PEDÍA...





4 comentarios:

Anónimo dijo...

http://es.youtube.com/watch?v=lYHS_WdsQOA

Anónimo dijo...

Bueno, no está bonito decirlo, pero verlo en casa no es lo mismo que estar en el palco, firme, aguantando un desfile de dos horas. Que todos tenemos dolores de espalda y cosillas...

Anónimo dijo...

LO QUE RAJOY GUARDA EN SU CORAZÓN

Mariano Rajoy cometió ayer dos errores. El primero, tachar de "coñazo" el Desfile de las Fuerzas Armadas con motivo del Día de la Hispanidad, y el segundo, si cabe más grave, el de no pedir disculpas por ello y, en lugar de eso, justificar sus palabras con la excusa de que se trataba "de una conversación de ámbito privado".

Evidentemente, sus comentarios irónicos sobre el "plan apasionante" que supone para él acudir a los actos del 12 de octubre no formaban parte de una declaración oficial. Esa aclaración sobraba. Estamos de nuevo ante una de esas malas pasadas que juegan los micrófonos abiertos a nuestros políticos. A veces esos lapsus no pasan de ser anécdotas divertidas, como cuando Trillo, presidente del Congreso, reaccionó con un "manda huevos" a la complejidad de la jerga legislativa. Sin embargo, hay ocasiones en las que los descuidos son más significativos, pues quitan la careta a los políticos y nos revelan sus verdaderos pensamientos. Rajoy conoce bien esa realidad, pues no en vano no hubo plaza durante la campaña de las generales donde no se burlara de Zapatero y su intención de "dramatizar un poco" porque la "tensión" le convenía, tal y como éste confesó a un periodista afín, creyendo que nadie le escuchaba.

Entonces, los micrófonos nos desvelaban el doblez de un presidente del Gobierno que criticaba en público la crispación cuando su intención real era atizarla. De la misma forma, ayer la opinión pública tuvo la oportunidad de constatar una contradicción de igual calibre. Y es el que el mismo Rajoy que hace exactamente un año exhortaba a los españoles a aprovechar el 12 de octubre para hacer "algún gesto que muestre lo que guardan en su corazón", demostraba ayer que lo que hay en el suyo es desgana y desdén hacia los actos más relevantes de este día, una actitud que refuerza su fama de persona poco comprometida con lo que hace.

Ante semejante metedura de pata, la única salida que tenía Rajoy era disculparse y retractarse sin rodeos. Pero, en lugar de eso, ha optado por justificarse con un comunicado en el que se afirma que sus palabras son parte de una "conversación de ámbito privado" y que "para despejar cualquier duda o mala interpretación" él respeta y apoya la celebración de la Fiesta Nacional. Dos objeciones importantes podemos hacer a esa explicación. La primera, que sus comentarios se han realizado en un acto público y oficial de su partido al que tenían acceso los medios de comunicación, un ámbito por tanto nada privado. La segunda objeción, aún más significativa, es que con esa excusa Rajoy está dando por sentado que es aceptable que un político afirme una cosa en público y la contraria en privado siempre y cuando su doblez no trascienda. Y que no hay ningún problema con que él diga a sus colegas que el desfile es un "coñazo", siempre y cuando en sus comunicados oficiales anime después "a todos los españoles a celebrarlo con entusiasmo".

Los ciudadanos pueden ser muy comprensivos y aceptar que un político tenga un desliz, pero no van a serlo tanto con quien, en vez de pedir perdón, aliente la cultura del fariseismo.

U.B dijo...

Creo recordar que éste era el mismo que decía que España se rompía, ¿o me falla la memoria? Jajajaja.

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