10 de octubre de 2008

Más rigor e imaginación en la salud pública de la Región de Murcia


Este domingo, como hago de forma habitual, he leído con mayor profusión los periódicos nacionales y regionales y me encontré en La Verdad, a doble página, junto a la información completa de la situación del Servicio Murciano de la Salud, la explicación que el Gobierno regional daba sobre el agujero del Servicio Murciano de la Salud que supera en 2007 los 417 millones de euros, de los que 196 millones se han generado en los dos últimos años. El Gobierno de Valcárcel salió quitando dramatismo y lo justificaba con que no es el único agujero. Menos mal que no precisaba cuántos, con quién y por qué cuantía, porque en este caso tenemos más de 2.000 proveedores, organizándose porque llevan meses sin cobrar y piensan recurrir a los tribunales para poder hacerlo y exigir intereses de retraso. Por si faltaba algo autóctono que añadir a la crisis que tenemos enfrente, una nueva zozobra, que de la mano del PP anda como siempre buscando culpable fuera de nuestra Región cuando la responsabilidad es sólo suya.


Don Ramón Luis debería explicarle a esta criatura que habló desde el Servicio Murciano de la Salud, que llevan gobernando la Región desde hace trece años y que el servicio que él dirige se creó por el Gobierno regional gobernando el señor Aznar en España y él mismo en la Región. Es decir, que la financiación de la sanidad y las condiciones que adolece la misma nace de lo negociado en su momento con las transferencias de Sanidad, por cierto con una docilidad apabullarte, casi impuesta: ¡Esto es lo que hay, si quieres bien y si no también! Aceptado además con la carencia de un plan de inversiones en centros (hospitales comarcales y centros de salud), su equipamiento y la dotación de personal con vacantes, que ha tenido que cubrir la Región de su bolsillo.


Cuando lo borda este director es cuando dice que todo se debe al déficit de financiación de la Región, por el modelo que el Estado tiene de repartir a las comunidades autónomas, es decir, la culpa es de Zapatero y del PSOE, como de todos los males de la Tierra. Tesis que para todo está aplicando el PP, se trate de la crisis financiera o el déficit exterior de nuestra Región, del fracaso escolar o de la situación universitaria. Hasta aquí nada nuevo en el horizonte en nuestros gobernantes regionales del PP: «La Región y los ciudadanos tienen un problema, pues la culpa es de otro». Yo les pediría rigor político y contable porque la variable población siempre ha sido un handicap para la financiación regional, desde el modelo anterior que pactó el PP del señor Rajoy con Pujol en 1996. El censo de población que utilizaba era el de 1987, es decir, Murcia estuvo recibiendo por 150.000 habitantes menos, la diferencia de población que en ese año había respecto al censo utilizado. En todo caso, eso debía haberlo defendido entonces y ustedes votaron en contra una enmienda mía en ese sentido, es decir, el modelo pactado por Zapatero en 2005 es idéntico en este sentido al del PP e incluso más actualizado en la valoración.


Pero sobre todo haría bien el presidente si le dijera que no es bueno señalar, ni mucho menos culpar, del déficit a la actualización del Plan de Pensiones de los Trabajadores o que el gasto de personal crece porque los cerca de 17.000 trabajadores de la sanidad se han incorporado, por acuerdo sindical, a la jornada laboral de 35 horas, que ha conllevado al aumento de las guardias y de las horas extra. Esta culpabilización de los que trabajan en la sanidad pública no es de recibo, porque en realidad son los que sacan adelante la asistencia sanitaria, más por su voluntad profesional que por la capacidad de dirección o gestión que les aportan los dirigentes designados por el Servicio Murciano de Salud. La responsabilidad hay que buscarla en la prioridad en el gasto del Gobierno regional; en la pésima gestión en genéricos para el gasto farmacéutico; en la concertación con la iniciativa privada, incluso en la gestión de los centros públicos; en el fracaso de la autonomía de gestión de cada hospital o centro de salud para contener el gasto, que además echa mano de manera irracional a las peonadas sin orden ni concierto, a veces graciables, como forma de reducir la lista de espera o compensar los escasos salarios de los funcionarios y, sobre todo, en una nula línea política sanitaria del Gobierno regional, que dote de coherencia a un sistema básico del estado del bienestar.


Ahora el presidente ha acometido una reducción de consejerías para ahorrar, pero al parecer todas las cabezas visibles van a encontrar un acomodo en las diferentes estructuras del poder regional, instituciones, organismos, entidades, fundaciones o cargos de libre designación, por lo que desconocemos cual va a ser el ahorro regional real. Pero lo que ha fallado han sido las prioridades establecidas en la Comunidad Autónoma. Esa inversión en campañas de publicidad y autobombo, esa inversión desmedida en pan, vino, pandereta y festorros, prioridades que chocaban con la inversión en la prestación de servicios de calidad como la educación, la sanidad y los servicios sociales, que salen adelante por la profesionalidad, dedicación y dignidad de quien los presta, pero no de la capacidad gestora coherente de quien los gestiona. ¿Por qué el PP de Murcia ha enterrado casi 40 millones de euros en poner en marcha una televisión autonómica, para mayor autobombo?. Era innecesaria ante la situación radiotelevisiva de la Región, con una amplia oferta privada funcionando y un ente público con un centro regional de RTVE, con el que podría llegar a acuerdo para una programación pública plural, eso sí compartiendo espacio y designación de director.


Le pido al Gobierno regional un poco de coherencia; hay menos dinero porque han realizado rebajas en los impuestos y el modelo de financiación de las Comunidades Autónomas se basa en la participación de las mismas en los ingresos que el Estado recibe desde los impuestos directos: IRPF, que se mantiene porque lo pagamos las rentas del trabajo desde las nóminas, y el Impuesto de Sociedades, que ha caído en picado por los efectos de la crisis y por la reducción de tipos acometida el año pasado o el impuesto de Patrimonio, que han suprimido. Igualmente ha caído la recaudación del IVA, porque la crisis afecta al consumo que cada familia realiza. Pero cae en el infantilismo político cuando culpa del déficit a que Murcia ha recibido 97 millones menos de la cantidad acordada por anticipos a cuenta. Sabe este señor que el anticipo a cuenta se hace sobre el 98% de la recaudación de la «cesta de impuestos participados» y que si estos ingresos en 2008 son menos que en el anterior, puede ser que al liquidar definitivamente y si el 100% es menor que el anticipado, el Estado le puede reclamar que le devuelva lo entregado en demasía con el anticipo


Mala antesala para lo que se nos avecina con Presupuestos de crisis, que como las epidemias vienen por dosis: ahora los del Estado, el mes próximo los de la Comunidad Autónoma y en noviembre o diciembre los de los Ayuntamientos, por lo que sería bueno predicar con el ejemplo y no exigir al otro lo que tu no haces. Por ejemplo: si pides bajar impuestos debes decir cuáles vas a bajar tú y cómo vas a cubrir los menores ingresos o a qué actuaciones renuncias. Si pides al Estado más transferencias o más participación para la financiación de tus servicios, cuál es el incremento que tu Comunidad da para aumentar la financiación local de los impuestos que recaudas.


Pedro Antonio Ríos, ex diputado por la Región de Murcia.

laverdad.es

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que más da que subiera el déficit en el servicio murciano de salud si la culpa de to de to de to, dice Valcárcel es de Zapatero hasta de no tener su calzoncillos preparados para cuando se duche.
Murcia con el pp la mayor endeudada, teniendo los sueldos mas bajos de todos los trabajadores, menos los sueldos de sus políticos del PP que son los mejores pagados asta mas que el propio Zapatero.

Jose.

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