29 de agosto de 2008

La avaricia rompe el saco

Quizá no sea buen momento para hablar de aeropuertos y de aviones, por lo que nuestro país está viviendo, y mucho menos en la vuelta de las vacaciones; pero es que estamos en una carrera alocada, cuando no, descabellada, que da la imagen de una Región que crece anárquicamente, que se dota de infraestructuras duplicadas costosísimas, de fuerte impacto económico, social y ambiental; descoordinadas unas de otras, que en nada obedecen a un desarrollo territorial y económicamente sostenible.

Me parece una frivolidad esta carrera aeroportuaria en la que están inmersas las administraciones en una región, con necesidades importantes aplazadas, que cuesta una eternidad concretar y otra realizar. Damos una impresión de avaricia o improvisación, en un diseño desarrollista sin límite, desfasado por el reventón del Boom inmobiliario o en el mejor de los casos de ir cada uno por su lado. Deberíamos poner cordura en un Proyecto Regional común, asentado en todas las comarcas y en todos los sectores endógenos o potenciales de la Región.

De una parte el Gobierno de la Nación está tomando medidas para transformar el aeropuerto de San Javier en un aeropuerto operativo todo el día, con la inversión de 70 millones de euros en la construcción de una segunda pista, que al parecer estará terminada en octubre, junto a la posibilidad de ampliar el edificio de la terminal de viajeros, que ya fue ampliada en 2005, si es necesario según la demanda. Es decir para el verano próximo una pista tendrá exclusivamente un uso comercial todo el día y la otra de uso militar de la Academia del Aire. Se amplia así la capacidad de la oferta de los servicios actuales, según la demanda de las compañías aéreas y se mejora ostensiblemente la realizada este año, que ha supuesto transportar unos dos millones de turistas, fundamentalmente ingleses.

De otra parte el Gobierno regional del PP, con el apoyo de un grupo significativo de empresarios llevan años clamando por la construcción de otro aeropuerto internacional de viajeros y mercancías que después de muchos dimes y diretes al parecer se construirá en Corvera a escasos kilómetros del actual. ¿ Por qué no esperar a ver como responde a la demanda el nuevo aeropuerto de S. Javier, con un funcionamiento de 24 horas? ¿ Cuáles son las demandas no cubiertas que lo justifica? ¿ Qué estudios de mercado y con qué eficiencia se acomete esta costosísima inversión?. Empezamos hace años pidiendo que el aeropuerto del Altet se denominara Aeropuerto de Alicante y Murcia. Después apostamos por desarrollar el uso civil del aeropuerto de San Javier y sin haber logrado su máxima explotación abordamos la construcción de otro aeropuerto.

Podemos estar sobredimensionando la inversión en infraestructuras aeroportuarias y tengo muchas dudas de que se justifique económica, social y ambientalmente, que una Región como la de Murcia, con un millón y medio de habitantes que dispone de un aeropuerto a sesenta kilómetros en el Altet y otro en S. Javier, tenga la prioridad de la construcción de otro aeropuerto, sin esperar a ver cómo funciona la oferta que se pondrá a disposición de las compañías aéreas y la actividad comercial en la primavera de 2009. ¿Cuántos aeropuertos tiene Palma de Mallorca o Alicante, con el Complejo de Benidorm? Debemos actuar en el tiempo actual y con la coyuntura actual a la vista del conjunto del país, de la situación económica que se nos avecina y de los efectos de esta sobre una política presupuestaria más restrictiva y un menor dinamismo del turismo, que en los últimos seis meses ha descendido el cuatro por ciento en el número de pasajeros y en el corto plazo tiene una tendencia recesiva, en el mercado exterior y en el interior.

Las obras del nuevo Aeropuerto internacional de Corvera, según parece estarán terminadas para 2010 ( Valcárcel llegó en un momento a plantear hacerlo con la inversión privada, si no lo hacía AENA), Ahora aparecen problemas de compatibilidad entre los dos aeropuertos, para mejorar la comunicación exterior y la salida de mercancías y se plantea la necesidad de una distribución de cargas y de quién se tiene que dirigir a quién. La realidad es que hoy desde el interés general de la Región de Murcia, se precisan con mayor urgencia un esfuerzo inversor en otras infraestructuras para conectar la Región con ferrocarril de altas prestaciones con el corredor Mediterráneo y con Madrid ( Cartagena - Murcia - Madrid) y (Alicante-Murcia- Almería), ultimar la interconexión de las grandes infraestructuras viarias y sobre todo acometer una fuerte inversión en infraestructuras hídricas y energéticas.

El arte de gobernar es el arte de establecer prioridades y administrar recursos escasos, mucho más en años de dificultad económica y presupuestaria. En los próximos tres años la Región de Murcia puede tener cubiertas unas mínimas necesidades aeroportuarias, pero no las de un ferrocarril de Velocidad Alta y buenas prestaciones que pueda ser usado por nuestros viajeros y nuestras mercancías; no tenemos resuelta la saturación de la Red de carreteras del Estado y la red básica de carreteras regionales y carecemos de las necesarias infraestructuras hídricas y energéticas para un desarrollo más racional que huya de la economía especulativa y se asiente en la capacidad endógena, el diseño y la diversificación de su estructura productiva.

En 1992, en plena crisis industrial, perdimos la ubicación de un Parque Tecnológico peleando por ubicarlo en Cartagena o en Espinardo, el Gobierno Regional del PSOE entonces, propuso instalar dos, uno en cada sitio y el Gobierno central del mismo partido, se lo llevó a otra Región. ¿La avaricia rompe el saco!. Aprendamos de nuestra historia reciente. Tenemos el reto y la obligación de coordinar un Programa de Desarrollo Regional con toda la capacidad inversora del Estado, la Comunidad Autónoma, los municipios y la inversión privada, es decir, dotarse de prioridades compartidas en un compromiso presupuestario plurianual, para lograr los beneficios de todos los habitantes de la región y hacer crecer la capacidad de riqueza de nuestras empresa y nuestros ciudadanos, al margen de los grandes negocios en los que tengan interés una minoría muy poderosa.

El escenario presupuestario que se nos avecina, así lo aconseja, con la batalla abierta de la financiación autonómica, en la que tenemos intereses territoriales enfrentados, junto a una mayoría parlamentaria en construcción, nos hace encontrarnos ante la lucha de egoísmos, viejos agravios o victimismos populistas de carácter electoralista, más que ante una dinámica cooperadora y de interés común, que pueden ralentizar algunas de las inversiones en marcha o aplazar actuaciones anunciadas. Tanto la Comunidad Autónoma como el Gobierno de la Nación y los partidos que le dan soporte deben ver las políticas presupuestarias en el marco de un escenario compartido hasta 2011 y 2012, por tanto con espacio para rentabilizar cada uno sus legítimos intereses electorales en su momento, antes que enredarse en un permanente culpar al otro, de lo mal que van las cosas y anunciar las buenas nuevas que cada uno consigue.

Pedro Antonio Ríos Martínez, ex diputado por Murcia

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