“Ese periódico fuera de ahí”

Como alma que lleva al diablo, así se echaron a las calles, fueron de Colegio en Colegio, les iba demasiado en el envite, su propia condición estaba en juego. Luego me enteré que fueron todos a una; ya me pareció demasiado ser único en tan sublime tesitura: viví una auténtica muestra de censura, de intransigencia, de malos modos. “Ese periódico fuera de ahí”, palabras para un desencuentro. En el fondo, da pena, pero, no confundir, no, no es que ellos den pena, son como son, saben perfectamente lo que hacen; lo que da pena, lo que aburre, lo que llega a ser preocupante, es la condescendiente actitud de una mayoría que les comprende, que les da alas para que sus fanfarronerías no dejen de existir. La Derecha, sus representantes políticos, siempre actuaron movidos por unos aires, no ya de grandeza, no de superioridad, ni tan siquiera de perdonavidas: todo y nada, una mezcla amorfa que aglutina varios de los citados elementos, al tiempo que, habría que añadir, teatralizan todo en un marco escénico en el que siempre van de víctimas. ¡Ahí es nada!, de víctimas quienes aglutinan más trofeos humanos por capricho cuadrado. “Ese periódico, fuera de ahí”, lapidarias palabras sólo pronunciables desde la más absoluta carencia de valores con tintes democráticos. Subieron, bajaron, recorrieron todos los Colegios, ni uno solo se vio privado de tan necia, absurda, antidemocrática, impertinente y ridícula interpelación. Así son, así actúan. La portada sólo reflejaba un féretro; desde la Junta Electoral, vía telefónica, comunicaban que, salvo caras concretas de candidatos que indujeran al voto, lo cual carece de sentido alguno, todos los periódicos podían estar en las mesas electorales. El que yo leía no llevaba caras, llevaba un féretro, el féretro de un trabajador, de un militante socialista asesinado por unos cobardes…

A medio día, cuando subí a Cehegín, desde Valentín, para votar en mi mesa, me informaron de que no había sido el único en sufrir su torpe, inoperante y ridículo proceder. ¡Lamentable!: el miedo a la Libertad, hace estragos.

Santos López Giménez