25 de marzo de 2008

Dragó y Gallardón

Hechos son amores. Ya empezamos a disfrutar de los beneficios del triunfo de Zapatero, también sobre un esperpéntico dragón: Se marcha de España, como prometió si no se iba Zapatero, ese insufrible prototipo de chulo pseudointelectual, Sánchez Dragó, víctima así de uno de sus necios desplantes de intolerancia.

Buen viaje, y un merecido descanso para todos nosotros. En el otro extremo, en una especie de compensación, como las desgracias nunca vienen solas, Gallardón aprovecha que el Pisuerga pasa por Valladolid, y Rajoy no se apea del burro, para decir que él tampoco renuncia, a pesar de su tremendo fracaso político.

Manuel Delgado Iriarte

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