29 de marzo de 2008

Certezas frente a bravuconadas

Tengo la impresión de que los miembros de la Comunidad Educativa del Colegio Pérez Villanueva, de Cehegín, tras la larga historia de despropósitos, que nos contempla, hemos caído en una rara versión del llamado “Síndrome de Estocolmo”.

Ni en su día, la deplorable situación de la estructura del viejo colegio, que nos llevó a negarnos a que nuestros hijos volviesen a entrar en aquel recinto, y todo lo que se derivó, hasta acabar en un nuevo colegio; ni ahora, la presencia de una antena de telefonía móvil, a escasos metros del nuevo colegio, ofrecen duda alguna, a terceras personas, ajenas a nuestra Comunidad Educativa, en cuanto a la posición que, como padres y madres, hay que adoptar respecto de ambas. Pero, desgraciadamente, si bien no hubo dudas cuando de salir de aquel viejo edificio agrietado se trató, ahora, frente a esta clamorosa, a todas luces, absurda e inconcebible, presencia de semejante artefacto, los mismos miembros de la citada Comunidad Educativa, mostramos cierta complacencia con el retraso en la retirada de la antena. El anuncio oficial de su retirada, sin plazo de ejecución, ha sido emitido, por parte del gobierno municipal de Cehegín, hace una semana, a través de las páginas de El Noroeste. Conviene recordar que, para mayo, hace un año desde que los niños se trasladasen al nuevo colegio.

Y bien, desde el punto de vista de la peligrosidad, que ambas circunstancias comportan, si hemos de tener en cuenta las bravuconadas que, de cuatro años para acá, hemos tenido que soportar, por parte de algunas personas, de gran responsabilidad política en Cehegín, cuando nos echaban en cara que el viejo colegio seguía sin caerse, es obvio que la radiación que la antena emite es un inminente peligro que nuestros hijos han soportado durante el último año, y esperemos que el riesgo sea eliminado cuanto antes. Pero, me niego a aceptar bravuconadas, prefiero apelar a la lógica, a las certezas que la ciencia nos ofrece, las que en su día determinaron nuestra negativa a la vuelta de nuestros hijos a semejante recinto ruinoso, certezas a modo de informes técnicos, tanto privados como de la propia Administración, que aconsejaban una importante inversión en rehabilitar la estructura de aquel edificio, ante lo cual, la Administración, prefirió construir un nuevo colegio. Del mismo modo, ahora, apelo al más importante informe, a nivel mundial, el Informe de Friburgo, firmado por miles de profesionales de la salud, los cuales, fundamentándose en estudios epidemiológicos, han puesto de manifiesto los muchos riesgos que comporta la presencia, en las proximidades de lugares habitados, de estas horribles antenas, siendo focos de innumerables casos patológicos, y hacen especial hincapié en centros infantiles, hospitales y geriátricos; apelo, frente a los informes de empresas y Administración, que a lo sumo son firmados por un profesional asalariado o un funcionario, cuyo fin primordial es el de no detener el avance tecnológico, en el que estamos inmersos, sin que, al parecer, importe la salud ciudadana.

Santos López Giménez

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esperemos que no les pase nada a nuestros niños por estar la antena ya un año, pues no me perdonaría no haber sido más contundente con estos señores del ayuntamiento a quien le correspondía haberla quitado cuando mismo sabían que el colegio lo iban a ubicar en el polígono. ESA ANTENA FUERA ¡YA ¡
Ana

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...