La avidez sintáctica de las noticias hizo posible el acercamiento de cientos de kilómetros de un lugar a otro: en la edición de El País del lunes. Uno podía leer la noticia de la corrupción urbanística destapada en el PP de Totana -es curioso que el verbo destapar sirva para descubrir alcaldes corruptos o abrir una lata de mermelada- y conducir hasta la siguiente página situada a 600 km para ver la manifestación que en Salamanca protestaba contra las subidas de tasas.
Mientras unos alzan sus voces contra la subida de las tasas de basura, transporte, agua y demás, en Totana quienes se agolpaban frente al ayuntamiento eran militantes y simpatizantes incondicionales del PP al grito de «Pepe, Totana te necesita». Y no se confundan, Pepe no es el fiscal ni el juez que investiga los presuntos mecanismos de transporte por los que el dinero se materializaba en los bolsillos de los corruptos. Pepe es el alcalde que está en la cárcel. Porque existe una segunda posibilidad, y es que esta gente estuviera realmente gritando «PP, Totana te necesita». Sinceramente, no sé cuál de las dos opciones me asusta más.
José Pedro Cerón Carrasco
Mientras unos alzan sus voces contra la subida de las tasas de basura, transporte, agua y demás, en Totana quienes se agolpaban frente al ayuntamiento eran militantes y simpatizantes incondicionales del PP al grito de «Pepe, Totana te necesita». Y no se confundan, Pepe no es el fiscal ni el juez que investiga los presuntos mecanismos de transporte por los que el dinero se materializaba en los bolsillos de los corruptos. Pepe es el alcalde que está en la cárcel. Porque existe una segunda posibilidad, y es que esta gente estuviera realmente gritando «PP, Totana te necesita». Sinceramente, no sé cuál de las dos opciones me asusta más.
José Pedro Cerón Carrasco
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