La campaña por el Mediterráneo para denunciar las agresiones contra el litoral, que lidera Ecologistas en Acción, llega a la Región. Ayer los ecologistas estuvieron en Águilas y a partir de hoy, en Cartagena, donde se centrarán en la defensa del atún rojo. Desde Águilas un equipo de La Verdad subió a bordo del barco Diosa Maat del grupo ecologista para ver los parajes en los que se planea el macroproyecto urbanístico de Marina de Cope y también las obras que se están realizando frente a la isla del Fraile.
El primer objetivo de la travesía es la bahía del Hornillo. En las laderas de las colinas, se apiñan de forma escalonada grupos de viviendas. Algunas llevan unos años, pero en la playa Amarilla está en plena construcción el complejo residencial Isla del Fraile. Todas están a menos de 500 metros de la costa, según los ecologistas. Denuncian que «el Gobierno regional se salta su propia campaña publicitaria mediante artilugios como no amparar en la protección de dicho tramo a hoteles, puertos deportivos, centros comerciales, campos de golf o acondicionamientos como paseos marítimos, pero también, directamente, con viviendas».
Las especies amenazadas por estas obras son en primer lugar las tortugas moras que pueblan esos parajes, y la pradera de poseidonia. Para Rubén Vives, representante de Ecologistas en Acción en Murcia, «mucha de la flora protegida en este litoral desaparecerá por estos proyectos». La vegetación afectada es muy común en la zona pero única en Europa, por lo que Ecologistas en Acción denuncia que «la biodiversidad amenazada por el modelo imperante de desarrollo turístico es enorme en la Región de Murcia».
El mismo portavoz explica que la falta de conciencia ciudadana respecto de la importancia de la fauna y flora en peligro, reside en la infravaloración de los paisajes áridos. Frente a ellos, la vegetación más verde, aún siendo menos rica en diversidad, «es idealizada en el subconsciente colectivo».
Pero el objetivo principal del recorrido es Cabo Cope, tras el que se extiende una llanura de dunas móviles sobre la que se proyecta Marina de Cope. Para los ecologistas, más allá de los problemas que sufrirán las especies de la zona, como el águila perdicera, la construcción de este macrocomplejo turístico, sólo equiparable al de Marina d'Or, «supondría la destrucción de la única gran llanura costera virgen en el Mediterráneo», fulminando ese reclamo turístico para la Región.
En Cabo Cope se desplegaron pancartas reivindicativas, que la Policía Local y la Guardia Civil se apresuraron a retirar.
El primer objetivo de la travesía es la bahía del Hornillo. En las laderas de las colinas, se apiñan de forma escalonada grupos de viviendas. Algunas llevan unos años, pero en la playa Amarilla está en plena construcción el complejo residencial Isla del Fraile. Todas están a menos de 500 metros de la costa, según los ecologistas. Denuncian que «el Gobierno regional se salta su propia campaña publicitaria mediante artilugios como no amparar en la protección de dicho tramo a hoteles, puertos deportivos, centros comerciales, campos de golf o acondicionamientos como paseos marítimos, pero también, directamente, con viviendas».
Las especies amenazadas por estas obras son en primer lugar las tortugas moras que pueblan esos parajes, y la pradera de poseidonia. Para Rubén Vives, representante de Ecologistas en Acción en Murcia, «mucha de la flora protegida en este litoral desaparecerá por estos proyectos». La vegetación afectada es muy común en la zona pero única en Europa, por lo que Ecologistas en Acción denuncia que «la biodiversidad amenazada por el modelo imperante de desarrollo turístico es enorme en la Región de Murcia».
El mismo portavoz explica que la falta de conciencia ciudadana respecto de la importancia de la fauna y flora en peligro, reside en la infravaloración de los paisajes áridos. Frente a ellos, la vegetación más verde, aún siendo menos rica en diversidad, «es idealizada en el subconsciente colectivo».
Pero el objetivo principal del recorrido es Cabo Cope, tras el que se extiende una llanura de dunas móviles sobre la que se proyecta Marina de Cope. Para los ecologistas, más allá de los problemas que sufrirán las especies de la zona, como el águila perdicera, la construcción de este macrocomplejo turístico, sólo equiparable al de Marina d'Or, «supondría la destrucción de la única gran llanura costera virgen en el Mediterráneo», fulminando ese reclamo turístico para la Región.
En Cabo Cope se desplegaron pancartas reivindicativas, que la Policía Local y la Guardia Civil se apresuraron a retirar.
1 comentario:
Me da que las tortugas llevan las de perder.
Reconozco que a mi me atrae un paisaje verde mas que uno árido, pero no por eso me parece bien que desaparezca, porque todo tiene su encanto aunque uno guste más que otro.
De todas formas es cuestión de dinero que es lo que en definitiva les importa.
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