El secretario de Estado y director del CNI, Alberto Saiz, ha informado hoy de la detención, ayer lunes, del agente Roberto Flores García, ex-miembro del Centro de Inteligencia español que vendió presuntamente información clasificada al servicio de inteligencia ruso desde diciembre de 2001 a febrero de 2004, cuando causó baja a petición propia.
El ex agente será puesto mañana a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 del Puerto de la Cruz, donde se produjo la detención. Aunque el asunto se encuentra bajo secreto de sumario, sí ha trascendido que la Fiscalía le imputará al menos un delito de traición , que puede ser castigado con una pena de entre 6 y 12 años.
En una insólita rueda de prensa, el máximo responsable de la Inteligencia española ha explicado que el ex-agente reveló, a cambio de "mucho dinero", decenas de identidades, además de procedimientos, estructuras internas y actividades en materia de contrainteligencia, aunque ha querido dejar claro que las revelaciones no afectan a la seguridad de España o sus instituciones, ni tampoco de la Unión Europea u OTAN.
Saiz ha precisado que, hasta donde saben, el agente no transmitió información relacionada con la lucha antiterrorista y ha admitido que se trata de un caso "único" en la historia de los servicios de inteligencia españoles. "El primer elemento de tranquilidad es que la seguridad nacional no ha estado en riesgo", ha señalado. Asimismo, ha precisado que la investigación la encargó en julio del año 2005 y que no ha sido hasta hace tres semanas cuando se ha puesto en manos de la fiscalía.
Una de las principales conclusiones esgrimidas por el máximo responsable del CNI es la importancia de las "amenazas" a las que se enfrenta España, que es observada "de cerca" por otros países y cuyos servicios de inteligencia son ahora "más deseados que antes".
La investigación, que está ahora en manos de un juzgado de Tenerife, entró en el cauce judicial hace tres semanas, cuando el CNI informó de los resultados de las pesquisas internas a la Fiscalía. Las diligencias ordenadas por la juez (varios registros domiciliarios) harán públicos algunos de los detalles que no han trascendido aún. Pese a todo, la información acumulada por el CNI no servirá como prueba judicial, ya que ha sido obtenida mediante "técnicas de inteligencia"
Desvinculado del terrorismo
En el marco de sus servicios, el agente detenido, quien se dio de baja en el CNI en febrero de 2004, tras 12 años de servicio, pudo revelar las identidades de los siete agentes del CNI muertos en Irak en noviembre de 2003, aunque, según Saiz, "no existe ninguna relación" entre lo sucedido en aquel país y las actividades de Flórez.
Pese a que, por su trayectoria y destinos, "jamás" estuvo cerca del departamento de terrorismo internacional del CNI, el agente detenido ocupó diversos puestos de nivel medio tanto en la sede central como en el exterior, lo que ha llevado a Saiz a reconocer que las actividades ilícitas de Flórez han causado daños internos al centro, obligado a modificar estructuras y procedimientos y a introducir nuevas medidas de seguridad.
La investigación interna comenzó en julio de 2005 tras un "incidente" ocurrido en el ámbito de la contrainteligencia que podía estar conectado con otros sucesos ocurridos en 2002 y 2003, relacionados con posibles "fugas de información" sobre actividades del Centro. Saiz tuvo entonces "sólidas sospechas" de que el Centro podía tener "un agujero de seguridad" y haber sido "infiltrado" por servicios de inteligencia extranjeros.
laverdad.es
El ex agente será puesto mañana a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 del Puerto de la Cruz, donde se produjo la detención. Aunque el asunto se encuentra bajo secreto de sumario, sí ha trascendido que la Fiscalía le imputará al menos un delito de traición , que puede ser castigado con una pena de entre 6 y 12 años.
En una insólita rueda de prensa, el máximo responsable de la Inteligencia española ha explicado que el ex-agente reveló, a cambio de "mucho dinero", decenas de identidades, además de procedimientos, estructuras internas y actividades en materia de contrainteligencia, aunque ha querido dejar claro que las revelaciones no afectan a la seguridad de España o sus instituciones, ni tampoco de la Unión Europea u OTAN.
Saiz ha precisado que, hasta donde saben, el agente no transmitió información relacionada con la lucha antiterrorista y ha admitido que se trata de un caso "único" en la historia de los servicios de inteligencia españoles. "El primer elemento de tranquilidad es que la seguridad nacional no ha estado en riesgo", ha señalado. Asimismo, ha precisado que la investigación la encargó en julio del año 2005 y que no ha sido hasta hace tres semanas cuando se ha puesto en manos de la fiscalía.
Una de las principales conclusiones esgrimidas por el máximo responsable del CNI es la importancia de las "amenazas" a las que se enfrenta España, que es observada "de cerca" por otros países y cuyos servicios de inteligencia son ahora "más deseados que antes".
La investigación, que está ahora en manos de un juzgado de Tenerife, entró en el cauce judicial hace tres semanas, cuando el CNI informó de los resultados de las pesquisas internas a la Fiscalía. Las diligencias ordenadas por la juez (varios registros domiciliarios) harán públicos algunos de los detalles que no han trascendido aún. Pese a todo, la información acumulada por el CNI no servirá como prueba judicial, ya que ha sido obtenida mediante "técnicas de inteligencia"
Desvinculado del terrorismo
En el marco de sus servicios, el agente detenido, quien se dio de baja en el CNI en febrero de 2004, tras 12 años de servicio, pudo revelar las identidades de los siete agentes del CNI muertos en Irak en noviembre de 2003, aunque, según Saiz, "no existe ninguna relación" entre lo sucedido en aquel país y las actividades de Flórez.
Pese a que, por su trayectoria y destinos, "jamás" estuvo cerca del departamento de terrorismo internacional del CNI, el agente detenido ocupó diversos puestos de nivel medio tanto en la sede central como en el exterior, lo que ha llevado a Saiz a reconocer que las actividades ilícitas de Flórez han causado daños internos al centro, obligado a modificar estructuras y procedimientos y a introducir nuevas medidas de seguridad.
La investigación interna comenzó en julio de 2005 tras un "incidente" ocurrido en el ámbito de la contrainteligencia que podía estar conectado con otros sucesos ocurridos en 2002 y 2003, relacionados con posibles "fugas de información" sobre actividades del Centro. Saiz tuvo entonces "sólidas sospechas" de que el Centro podía tener "un agujero de seguridad" y haber sido "infiltrado" por servicios de inteligencia extranjeros.
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