14 de mayo de 2007

Las barbaridades que repite la derecha minan la credibilidad de Rajoy

En España siempre se ha insultado de modo contumaz, agrio, descomplejadamente, con la verdad por delante, la descalificación con brío y el cuerpo a tierra que vienen los nuestros. Es parte de lo peor de nuestra historia y de nuestra tradición civil, social y política. No digamos personal. Hay dementes que sólo brillan con luz propia en el cultivo miserable de la inquina y la miseria personal hacia los demás (algunos ejemplos se cuelan, por ejemplo, por entre las rendijas digitales abiertas a la opinión plural de este diario); voces tristemente autóctonas que muestran con especial bajeza todo lo que somos capaces de no pensar con tal de echárselo a la cara al primero que pasa, cuanto más si ese primero me parece mejor que yo, o, dicho de otro modo, distinto que yo; y ya se sabe, el "español cantando sus penas etc."; más que cantando, añado yo, insultando.

Eso sí, a la manera castiza, por las bravas, vamos sin complejos ni chirimbainas, con la verdad por delante y la mentira por aliada si es necesario y la prosapia del verduguillo lenguaraz no hiciese suficiente daño.

Si esto es parte de una venerable historia (nunca se ha insultado en España mejor que en nuestro Siglo de Oro), también forma parte de nuestra actual vergüenza política. Y aquí dejo la remembranza literaria para aliarme con la claridad verbal.

“¡Qué legislatura, Dios!”
¡Qué legislatura, Dios! No hay tarde, día, mañana, aurora o anochecida que no nos venza el hastío secular que ya va produciendo este continuo alarde inmoral y apolítico, antidemocrático y predemocrático de la práctica del insulto personal. Por ejemplo, al Sr. presidente del Gobierno (quien , por cierto, y por encima de aciertos o errores, jamás ha insultado a nadie desde el Parlamento o fuera de él, lo cual le honra). No es así, desgraciadamente, en esta legislatura por parte de los máximos dirigentes del Partido Popular que no han dejado ocasión, cuando la han tenido, y si no han ido a buscarla para -confundidos tras el insulto- apear la razón, que podría quizá haberles asistido, de usar la voz para la proclamación de ideas políticas por encima de trastazos dialécticos.

La confusión
El PP ha confundido en esta legislatura -parece que sin solución de continuidad- la crítica con el insulto sin complejos. Desconociendo, como es lógico, que con semejante práctica insultaba , en primerísimo lugar , la razón democrática de sus votantes, afiliados y simpatizantes. Es decir , de los casi diez millones de españoles que confiaron en él para ser representados con dignidad y eficacia, también con educación, cordura y mesura, en el Congreso y el Senado.

Sin sonrojarse
Al parecer, los dirigentes del Partido Popular, comenzando en ocasiones, ciertamente lamentables, por su líder, Sr. Rajoy , y secundado por fieles escuderos, han podido venir diciendo sin sonrojarse por ello cosas tan increíbles como que:

"Zapatero traiciona los muertos"

"Si Vd. responde -dirigiéndose Rajoy desde la Tribuna del Congreso a Zapatero -no le ponen bombas; si no, le pondrán bombas" (en el debate sobre el terrorismo tras el atentado de la T-4 de Barajas);

“Zapatero rinde al Estado ante ETA”

“Zapatero liquida la unidad española”

“Zapatero balcaniza España”

“Zapatero vende Navarra”

“Zapatero ha resucitado a ETA”

“Zapatero es un insolvente” ( dicho en el Congreso de los Diputados por el entonces presidente del Gobierno, Sr. Aznar )

“Zapatero es un bobo solemne"; lamentable exabrupto contra el presidente del Gobierno pronunciado por D. Mariano Rajoy

“Zapatero permite que ETA se presente a las elecciones”

“Zapatero hace todo lo posible por tapar la verdad del 11-M” (tesis mantenida durante cerca de tres años por los que, de forma absolutamente falsa y totalmente irresponsable políticamente han amparado, apañado, firmado, preguntado, etc. sobre la teoría conspiratoria del 11-M., hoy desmontada en el Juicio que se está celebrando en la Casa de Campo de Madrid contra los terroristas imputados en la masacre)

“Zapatero permite la vuelta de ETA a los Ayuntamientos", proclamado por el Sr. Acebes con insistencia particular desde hace unos días.

Por respeto
O esta última perla expresada por el eurodiputado del PP Sr. Iturgaiz : "El que deja que los asesinos se presenten a las elecciones es un traidor a España ". O el argumento de que Zapatero, quién si no, se ha permitido el intento de condicionar las decisiones de los Tribunales españoles, tanto la el Supremo como la del Constitucional, en el asunto de la presencia o no presencia de ciertas candidaturas de ANV a las elecciones; amén de toda suerte de epítetos y calificativos que por respeto y sonrojo ajeno no voy a reproducir en un medio público.

Línea de flotación
El Partido Popular, conscientemente, ha convertido la política antiterrorista y la desmembración de España en constantes supuestos argumentos contra la línea de flotación del Gobierno, incumpliendo para ello las dos primeras y más importantes condiciones del Pacto Antiterrorista, que, propuesto por Zapatero en la oposición, finalmente aceptó firmar en Moncloa el entonces Gobierno del Sr. Aznar. Son estos extremos los siguientes: según el Pacto Antiterrorista (al que se refiere a menudo el Sr. Rajoy mientras otros, en su nombre o en el propio, hacen lo posible para que hasta la fecha haya sido imposible de reubicar, redefinir y volver a convocar como correspondía a un país serio y civilizado tras un atentado como el de Barajas ), el Gobierno dirige la lucha y la política antiterrorista ; la oposición, en segundo lugar, le apoyará sin expresar, si las hubiere, discrepancias en público. Sin comentarios.

Anticlima político
Los españoles no merecen este anticlima político. Ni Zapatero es insolvente, ni al Gobierno no le queda un ápice de vergüenza y trabaja en beneficio exclusivo de los terrorista y ETA. Semejante barbaridad terminará, seguro, minando profundamente la credibilidad de Rajoy y del Partido Popular. Pero no hay derecho a que en España el principal partido de la oposición practique diariamente la política de tierra quemada del insulto y tentetieso, en lugar de haber ofrecido a los españoles a lo largo de la legislatura una oposición sensata, moderada, legítima. Que apoyara al Gobierno de la nación y al presidente del Gobierno, Sr. Zapatero, en los grandes asuntos del Estado.

“¡Qué triste!”
Es tal la ponzoña que ni siquiera podemos abordar de modo civilizado y con altura de miras la necesaria reforma constitucional sin gritos, altercados y alharacas.

¡Qué triste espectáculo para un país tan grande, desarrollado y democrático como es España! ¡Qué triste! ¡Y que injusto!

Joaquín Calomarde. Diputado al Congreso por Valencia, adscrito al Grupo Mixto (ex-Diputado del Partido Popular)
elplural.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jajajajajaja, las frases me parecen graciosísimas. ¿Puedo añadir alguna inventada?

Zapatero crea una revuelta judeo-masónica después de ver La Lista de Schindler en DVD.

Zapatero resucita a la momia de Lenin.

Zapatero le compra a su mujer un traje negro como los de la Pasionaria.

Zapatero regala Ceuta, Melilla, Canarias y Andalucía al rey de Marruecos.

Zapatero regala a la Pérfida Albión todo el anexo de la península para que Gibraltar sea un pelín más espacioso.

Pues según los del PP este Zapatero tiene más poder divino que humano para lograr toda esa serie de cosas ¡Vamos, que ni queriendo!

www.unabohemia.blogspot.es

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