Cualquier cosa sirve ya como líquido inflamable. Da lo mismo el arresto de Isabel Pantoja que un premio del vino de la Ribera del Duero: todo es munición que alimenta la maquinaria del PP para desacreditar al Gobierno. El salto tiene tanto ímpetu que lo que se deterioran son las instituciones.
Miguel Arias Cañete cree que la detención de Isabel Pantoja es una cortina de humo para desviar la atención de otras cosas. Como corolario de su afirmación, establece el político del Partido Popular que el juez que instruye la operación Malaya es un muñeco en manos del Gobierno que, además, habría cometido un acto de prevaricación al proceder a la detención de Isabel Pantoja por móviles expureos que no tendrían que ver con la instrucción del caso.
Como daba cuenta ayer la edición de elplural.com, Antonio Basagoiti, se permite ironizar en la misma dirección, recomendando a Isabel Pantoja que se presente a las elecciones en las listas de Acción Nacionalista Vasca para que sus delitos le salgan gratis. ¿Significan estas afirmaciones que los dirigentes del PP se sitúan extramuros del sistema al no reconocer la existencia de un Estado de Derecho en el que los jueces y los tribunales no son otra cosa que piezas de intereses políticos?
Esta actitud de falta de respeto a las instituciones, que ha sido la norma de conducta con todo el proceso del 11-M, se extiende a cualquier comentario sobre cualquier cosa que vaya cimentando la idea de que en España el imperio de la ley está ocupado por los intereses políticos.
El ex presidente del Gobierno, José María Aznar, en una de esas escenificaciones de la simpatía que le es propia, ha declarado que a él nadie le tiene que decir cuándo puede beber vino. La alusión viene a cuenta de un premio recibido por los productores de vino de la Ribera del Duero y la ha hecho sobre las campañas de tráfico que recomiendan no consumir bebidas alcohólicas si se va a conducir un vehiculo. Es posible que a Aznar la hagan gracia las prohibiciones de conducir bajo los efectos del alcohol, que son una de las principales causas de los accidentes de tráfico.
Pero esa actitud aparentemente ácrata de situarse por encima del mínimo respeto a las instituciones, es una pendiente de descrédito de la que es muy difícil salir. Porque las familias de los muertos en accidente de tráfico por causa de conducir bajo los efectos del alcohol es difícil que encuentren divertidos los comentarios jocosos de José María Aznar. Y, en Marbella, los ciudadanos que ven poner en cuestión la instrucción de la Operación Malaya, tendrán que examinar las candidaturas del PP, para encontrar en ellas a quienes se burlan de la justicia cuando quieren poner orden en este mayúsculo escándalo inmobiliario en el que está sumergido el municipio malagueño.
Miguel Arias Cañete cree que la detención de Isabel Pantoja es una cortina de humo para desviar la atención de otras cosas. Como corolario de su afirmación, establece el político del Partido Popular que el juez que instruye la operación Malaya es un muñeco en manos del Gobierno que, además, habría cometido un acto de prevaricación al proceder a la detención de Isabel Pantoja por móviles expureos que no tendrían que ver con la instrucción del caso.
Como daba cuenta ayer la edición de elplural.com, Antonio Basagoiti, se permite ironizar en la misma dirección, recomendando a Isabel Pantoja que se presente a las elecciones en las listas de Acción Nacionalista Vasca para que sus delitos le salgan gratis. ¿Significan estas afirmaciones que los dirigentes del PP se sitúan extramuros del sistema al no reconocer la existencia de un Estado de Derecho en el que los jueces y los tribunales no son otra cosa que piezas de intereses políticos?
Esta actitud de falta de respeto a las instituciones, que ha sido la norma de conducta con todo el proceso del 11-M, se extiende a cualquier comentario sobre cualquier cosa que vaya cimentando la idea de que en España el imperio de la ley está ocupado por los intereses políticos.
El ex presidente del Gobierno, José María Aznar, en una de esas escenificaciones de la simpatía que le es propia, ha declarado que a él nadie le tiene que decir cuándo puede beber vino. La alusión viene a cuenta de un premio recibido por los productores de vino de la Ribera del Duero y la ha hecho sobre las campañas de tráfico que recomiendan no consumir bebidas alcohólicas si se va a conducir un vehiculo. Es posible que a Aznar la hagan gracia las prohibiciones de conducir bajo los efectos del alcohol, que son una de las principales causas de los accidentes de tráfico.
Pero esa actitud aparentemente ácrata de situarse por encima del mínimo respeto a las instituciones, es una pendiente de descrédito de la que es muy difícil salir. Porque las familias de los muertos en accidente de tráfico por causa de conducir bajo los efectos del alcohol es difícil que encuentren divertidos los comentarios jocosos de José María Aznar. Y, en Marbella, los ciudadanos que ven poner en cuestión la instrucción de la Operación Malaya, tendrán que examinar las candidaturas del PP, para encontrar en ellas a quienes se burlan de la justicia cuando quieren poner orden en este mayúsculo escándalo inmobiliario en el que está sumergido el municipio malagueño.
Carlos Carnicero
1 comentario:
Hemos tenido la oportunidad de escuchar los comentarios del ex-presidente, y sin haberlo sido, ni ser un santo de nuestra devoción, hemos de decir que algunos deberían leer la letra pequeña de sus comentarios, que al parecer ha desaparecido rápidamente de algunos medios de comunicación.
Pero claro, se acercan las elecciones y todo vale.
"La nave de los argonautas"
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