Con la firma del Tratado de Roma el 25 de marzo de 1957 vio la luz la familia europea. Cincuenta años más tarde, estamos cada vez más cerca unos de otros. Aunque tenemos culturas, lenguas y tradiciones diferentes, nuestra unidad se basa en valores comunes: libertad, democracia, Estado de derecho, respeto de los derechos humanos e igualdad. Cincuenta años más tarde, tenemos mucho que celebrar.
Cincuenta años sin guerras entre ninguno de los países que ahora constituyen la UE es algo sin precedentes en la historia. La integración y la ampliación sucesiva de 6 a 27 países han sido en ello factores decisivos. En todo este tiempo, la UE se ha convertido además en una fuerza de paz en el mundo.
La democracia es uno de nuestros valores comunes básicos. Y por lo que respecta a la libertad, la UE la ha afianzado añadiendo nuevas libertades, como la libertad de circulación de personas y mercancías a través de las fronteras. Hoy podemos estudiar, trabajar o vivir en otro país de la UE con un papeleo mínimo y disfrutar de prestaciones sociales y sanitarias en cualquier lugar. Se puede viajar a través de la UE sin necesidad de pasaporte. La UE también ha sentado las bases de una zona en la cual las fronteras no sean un obstáculo para la justicia o la seguridad.
Los ciudadanos de la UE disfrutan de un nivel de vida que está entre los más altos del mundo y, al mismo tiempo, de las mejores condiciones sociales. El principio europeo es el demantener el equilibrio entre el aumento de la prosperidad y el modelo social. La potencia económica combinada lleva consigo responsabilidades mundiales, que la UE asume en sus políticas comercial y de ayuda.
Gracias a la colaboración se la logrado el mercado único –la mayor zona mundial de libre comercio–, una moneda única compartida por la mayoría de los ciudadanos de la UE y unas normas comunes de protección del medio ambiente y seguridad de los productos. Todo ello ha revertido en el empleo y el crecimiento y ha ampliado nuestras opciones de bienes y servicios a precios competitivos.
Estos logros son únicos y merece la pena celebrarlos, pero no se ciñen sólo al pasado. Constituyen una base única para entender mejor el presente y, con la mirada en el futuro, plantearnos cómo queremos que sea Europa.
El aniversario no debe limitarse a un solo día. Se organizará una amplio abanico de actos en toda Europa durante todo el año. ¡Que los disfruten!
Cincuenta años sin guerras entre ninguno de los países que ahora constituyen la UE es algo sin precedentes en la historia. La integración y la ampliación sucesiva de 6 a 27 países han sido en ello factores decisivos. En todo este tiempo, la UE se ha convertido además en una fuerza de paz en el mundo.
La democracia es uno de nuestros valores comunes básicos. Y por lo que respecta a la libertad, la UE la ha afianzado añadiendo nuevas libertades, como la libertad de circulación de personas y mercancías a través de las fronteras. Hoy podemos estudiar, trabajar o vivir en otro país de la UE con un papeleo mínimo y disfrutar de prestaciones sociales y sanitarias en cualquier lugar. Se puede viajar a través de la UE sin necesidad de pasaporte. La UE también ha sentado las bases de una zona en la cual las fronteras no sean un obstáculo para la justicia o la seguridad.
Los ciudadanos de la UE disfrutan de un nivel de vida que está entre los más altos del mundo y, al mismo tiempo, de las mejores condiciones sociales. El principio europeo es el demantener el equilibrio entre el aumento de la prosperidad y el modelo social. La potencia económica combinada lleva consigo responsabilidades mundiales, que la UE asume en sus políticas comercial y de ayuda.
Gracias a la colaboración se la logrado el mercado único –la mayor zona mundial de libre comercio–, una moneda única compartida por la mayoría de los ciudadanos de la UE y unas normas comunes de protección del medio ambiente y seguridad de los productos. Todo ello ha revertido en el empleo y el crecimiento y ha ampliado nuestras opciones de bienes y servicios a precios competitivos.
Estos logros son únicos y merece la pena celebrarlos, pero no se ciñen sólo al pasado. Constituyen una base única para entender mejor el presente y, con la mirada en el futuro, plantearnos cómo queremos que sea Europa.
El aniversario no debe limitarse a un solo día. Se organizará una amplio abanico de actos en toda Europa durante todo el año. ¡Que los disfruten!
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