Hubo quíen en su momento se opuso a la aprobación de la Ley del Divorcio y, una vez aprobada, no dudó en ejercitar este derecho. También hubo quien se mostraba contrario a que la unión entre personas del mismo sexo se denominase "matrimonio" y, aprobada la ley, no ha tardado en ejercitar su derecho a contraer matrimonio con su pareja. Hay quienes luchaban por la aprobación o la ampliación de derechos: en el trayecto son tachados de golpistas, de desmembradores del Estado, de desestabilizadores de la sociedad; hay quienes, aun negándose a todo y poniendo los mayores obstáculos, disfrutan, en igualdad de esos derechos por los que no han movido un dedo. Los derechos son de todos y para todos; pero son derechos, no obligaciones: me parece incoherente que ciertas personas ejerciten unos derechos que, si de ellas dependiesen, no se habrían conseguido.
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