Hay
tantos titulares como creatividad en la manipulación de fondos por parte de
Urdangarín. Un escándalo real, el talonmano, el cantazo tras las puertas de la Zarzuela y en medio de
todo ello, el suegro con las gafas. Juan Carlos I no imita a Martirio aunque
pudiera utilizar su nombre para describir la actuación de su yerno. Hay tantos
puntos de vista que analizar que ni siquiera nos planteamos cuánto nos ha
costado la carta de presentación de este duque…
Lo
cierto es que en este país el silencio se paga caro, muy caro… Nos cuesta el
silencio de los caudillos, el que se fue y el que ha llegado, que ha preferido
articular palabra lejos de nuestras fronteras, claro, que como aún no es
presidente, el estado en funciones le avala ¿no?
Y
como en este país no avala quién puede sino quién quiere, parece que es lo que
está haciendo la Casa Real …
En el contexto terrenal ya ni siquiera podemos buscar avales, porque para
argumentar la precaria situación de millones de familias sólo nos quedan
atrincherarnos ante los desahucios, mientras que un deportista casado con una
mantenida por todos pretende construir palacios bajo el paragüas de los
Borbones. Señores, nunca una Carta de Presentación había dado tanta riqueza y
tan poca vergüenza. Ahora bien, me tocó nacer y verlos ya en la Zarzuela , me tocó crecer
y verlos casarse en catedrales, me niego a madurar y verlos pasar por la puerta
de la justicia, y solo de paso, aunque el 24 de diciembre al suegro le siga
llenando de orgullo y satisfacción… Nací bajo una monarquía parlamentaria en la
que como Jefe del Estado, el Rey es el jefe del ejército y el máximo
representante de nuestro país en el exterior. Así, si Juan Carlos I guarda
también silencio, aquí y en el exterior y la Reina Doña Sofía se
hecha fotos con el deportista intrépido en Washington, yo seguiré sin entender
nuestra Constitución y sus definiciones obsoletas, y si no que alguien me explique
si las Cortes elaboran las leyes y proponen al Presidente del Gobierno, y luego
las Cortes son elegidas por los votos de los ciudadanos, y por todo eso
¿nuestro sistema político es democrático?. Voy a hacerme la ciega, sin gafas ni
nada y me voy a pasar el puente a IKEA, porque allí al menos me reciben sin
carta de presentación y estaré en la República Independiente
de mi Casa…
Vanesa Navarro Calero
3 comentarios:
Pues sip. Lo mejor irse de comprar y desconectar del mundanal ruido que nos rodea.
Aunque más que de compras, ultimamente salgo a ver tiendas, porque comprar lo que se dice comprar, con la que está cayendo, puedo comprar más bien poco.
si
Ayyy, que verdades más grandes que dices. Yo también los he visto crecer, casarse y tener hijos y estoy harta, ya no me importa la monarquía ni un poquito. Creo que van por el camino de la iglesia, de perder todo el respeto.
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