25 de agosto de 2007

Pan y circo

El alcalde de Villanueva (Murcia), como no podía ser de otra forma, nos ha dado la noticia del verano. Es nuestra Ana Obregón particular, salvando las distancias, y Dios nos libre de verlo luciendo en bañador, aunque todo llegará. Pero los hechos ocurridos en el municipio del Valle de Ricote son de suma gravedad. La utilización de símbolos religiosos de la Iglesia Católica para promocionar su negocio particular es ya un signo de decadencia moral máxima, cuando la política ya estaba por los suelos.

José Luis López Ayala, alcalde del Partido Popular, ha utilizado, en beneficio propio, las procesiones de San Roque de los días 13, 14 y 16 de agosto. Los anderos que portaban a San Roque iban uniformados con camisas verdes que mostraban publicidad de la asesoría GESCOM, propiedad del alcalde. Este es un hecho, en primer lugar, irreverente. No parece muy acorde con la práctica piadosa de una procesión exhibir publicidad de una empresa privada. En segundo lugar, puede parecer un abuso de poder por parte del alcalde de Villanueva la utilización de un acto religioso popular para hacer publicidad de su empresa particular, sin reparo, sin decoro, y sin vergüenza.


Tampoco entendemos cómo el párroco permite esta acción político económica en unas fiestas populares y en una procesión en donde prima la devoción, la admiración por el santo y la fe, obviando todo ello para dar la buena nueva de las calidades de la asesoría contable – jurídico –laboral – fiscal de López Ayala. Así no se gana el cielo.

Despilfarro público
Las fiestas patronales de Villanueva han vuelto a ser, un año más, un ejemplo de la capacidad de un ayuntamiento para despilfarrar el dinero público con fines propagandísticos. Pues, dejando a un lado calidad de los cinco conciertos ofrecidos, es absolutamente desproporcionada la oferta gratuita de eventos tan costosos para un pueblo que apenas llega a los mil habitantes (los barrios tienen sus propias fiestas patronales).

Gratis total
A esto hay que añadir corridas de toros, también gratis, comidas, bebidas, etc. Y, sin exageración, se puede hablar de despilfarro y de inoportunidad, porque las fiestas patronales de un pueblo funcionan muy bien con presupuestos mucho más modestos, para cumplir unos objetivos que pasan porque las calles y bares estén llenas de gente, o las verbenas en alguna plaza de las que tiene el pueblo. En cambio, un presupuesto de más de (¿60 millones de pesetas?) no ha servido sino para dejar el pueblo hecho un desierto la mayor parte del día y de la noche.

Poca efectividad
La vida en la calle, típica de los días de fiestas, ha sido prácticamente nula, si exceptuamos el momento de las procesiones, al tiempo que el rendimiento como fórmula de festejo de los conciertos ha sido escaso.

La falta de público para unas actuaciones interesantes o la presencia de un público que acaba durmiendo en las sillas durante un concierto de rock, son prueba de ello.

Pan y Circo
Lo más triste de todo, es que los presupuestos para tales actos se obtienen supuestamente de unos proyectos urbanísticos que destruyen la huerta y el paisaje, lo más valioso del pueblo, y generan situaciones que actualmente están en los juzgados, como es el caso de La Morra. Las fiestas patronales, como tantos otros eventos que tienen lugar en este pueblo no son otra cosa que un intento de esconder una gestión municipal lamentable tras una cortina. Una fórmula moderna de Pan y Circo.

De entre los hechos que han llamado nuestra atención especialmente por ser nuevas pruebas del abuso de los servicios públicos por parte del alcalde de Villanueva destacamos los siguientes:

Abuso de las instituciones
- En el interior del recinto donde tenían lugar los conciertos de entrada libre había una barra en la que se vendía bebidas de todo tipo (servidas en vasos de plásticos), alcohol incluido. Pero desde fuera del recinto, la gente obtenía también bebidas con las que pretendía introducirse en el recinto (también con vasos de plástico). Para evitar esta entrada de bebidas al interior del recinto, y solo con ese fin , el alcalde de Villanueva fijaba cada noche en la puerta del mismo varios policías municipales que volvían atrás a quienes pretendían entrar con un vaso de plástico desde el exterior. De esta forma, el alcalde de Villanueva vuelve a abusar de las instituciones públicas y del personal encargado de las mismas en beneficio de intereses particulares, en este caso, los de la barra instalada en el recinto, donde por cierto, el alcalde regalaba consumiciones a sus adeptos.

Peticiones inexplicables
- En días previos a las fiestas, el ayuntamiento ha regalado a los vecinos toallas con el logotipo municipal, eso si, a cambio del número del documento nacional de identidad. ¿?

Entradas para los toros
- En último lugar, no dejaremos de comentar la última. En Villanueva, se han regalado a los vecinos entradas para ir a los toros, dos por casa, lo que ha generado ciertas situaciones esperpénticas.

Todas estas prácticas, nadie podrá dudar que responden al más detestable estilo caciquil por parte de quienes consideran este pueblo una propiedad privada y no reparan en gestos para convencer a sus habitantes de lo contrario.

Respuesta taurina
Por cierto, al final de la corrida, un toro se quedó tendido en el suelo negándose a ser toreado. Queremos felicitar a ese toro por dar al alcalde de Villanueva el corte de mangas que merecía.
vegamediapress.com

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